LA PSICOTEOLOGÍA


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LA PSICOTEOLOGÍA


La Psicoteología para el Neobiblismo, es una disciplina específica en el estudio del comportamiento y conducción personal de los discípulos de Jesucristo. Se establece una influencia según la mente y psique de Jesucristo, de un mayor grado de consciencia y percepción en la afectividad y sensibilidad celestial. La psique en la mente humana, tiene relación con el sentido de la vida, es la ciencia de vida para el propósito de la existencia, la energía que va más allá de la vida actual. La vitalidad en profundidad de la trascendencia de Jesucristo para vida eterna, es de suma importancia para el pensamiento cotidiano de la mente humana en Cristo.


La consciencia de la afectividad y sensibilidad celestial, implica la capacidad consciente de experimentar una realidad de emociones y sentimientos, la persona se da cuenta de su trascendencia espiritual a lo celestial, reconoce el equilibrio inteligentemente y racionalmente con la palabra de Dios. La mente humana tiene la capacidad y facultad de aprender, conocer y recordar. Funciones y propiedades de concienciar, imaginar, percibir y pensar. Algunas de estas características las tienen otros seres vivos como los animales, pero la consagración y santidad son propias del ser humano. En el caso de la afectividad es el crecimiento y desarrollo de amar y querer, con emociones, pasiones y sentimientos conscientes. La sensibilidad es afinidad al pensamiento capaz de apreciar.


La capacidad veraz de percibir la manifestación clara de la comprensión y entendimiento del conocimiento celestial se recibe de Jesucristo, porque es la fuente anímica generadora de aliento y fuerza de vida, tanto en el saber y en el ser: “Yo soy la puerta: el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. El ladrón no viene sino para hurtar, y



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matar, y destruir: yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10.9 al 10 – RVR1909). Esta prerrogativa de excelencia y superioridad de Jesucristo, como puerta del conocimiento celestial para salvación y vida eterna, es congruente con la relación de conocimiento e interacción de energía celestial con Dios el Padre. Lo contrario se presenta con los seres humanos limitados solamente a lo natural: “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo” (1 Corintios 2.14 al 16 – RVR60). Nuestras mentes son puertas que abren o cierran al conocimiento, pero la puerta mayor y principal es conocer la Mente de Jesucristo, que representa la puerta al conocimiento celestial.

La Energía celestial es igual a Espíritu. La consciencia es un acto psíquico de las facultades mentales de recapacitar, por consiguiente, coadyuvante del conocimiento de sí mismo, de los actos reflexivos, la percepción inmaterial de la realidad y la relación personal con el entorno material. La disciplina de la Psicoteología estudia el efecto placebo producido por la fe en la psicobiología, y su relación con otras disciplinas como la neurobiología y el sistema nervioso, la neurociencia cognitiva o la neuropsicología. Esta fe capta y se centraliza en Jesucristo, tanto como centro común y poder central, que opera en quienes le siguen, ya que es mediante la atención y enfoque directo hacia Jesucristo, el logro de la efectividad de del control y dominio sobre las emociones, pensamientos y sentimientos, reflejado en el comportamiento y conducta:


“Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el santuario por la sangre de Jesucristo, Por el camino que él nos consagró nuevo y vivo, por el velo, esto es, por su carne; Y teniendo un gran sacerdote sobre la


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casa de Dios, Lleguémonos con corazón verdadero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua limpia” (Hebreos 10.19 al 22 – RVR1909).

Según el pasaje anterior, la plena certidumbre de fe, es la certeza y seguridad mental relacionada a los pensamientos, y purificados los corazones de mala conciencia, tiene una relación entre la intención y voluntad con las emociones y sentimientos. En el vínculo corporal de lavar los cuerpos con agua pura, es la purificación congruente entre el cuerpo y la mente. La reciprocidad de la relación física, entre lo biológico y fisiológico con la mente y los pensamientos. Similar a lo que sucede con las enfermedades psicosomáticas, que por los motivos psicológicos se manifiesta en síntomas físicos, o sea, se hace visible corporalmente. En el caso de lo biológico y fisiológico, se menciona la importancia de la sangre y carne de Jesucristo, relacionado con la mente espiritual, además de los pensamientos espirituales, porque en nuestra semejanza, Jesucristo es sin pecado, a pesar de que fue tentado en todo:


“Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4.14 al 16 – RVR60).

Obsérvese en el pasaje como se hace referencia a las debilidades humanas con el soporte oportuno del socorro celestial. Esto es lo que llaman la transformación que viene desde el Espíritu Rector. Por consiguiente la espiritualidad no es exclusivamente una realidad biológica, sino que desde la



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Psicoteología es una combinación psicológica junto con el conocimiento del estudio acerca de Dios, para que sea el Ser Supremo quien gobierne nuestras vidas con la abundancia, mediante la influencia de mensaje y pensamiento transmitido por nuestro Señor Jesucristo. Aunque la espiritualidad no es exclusivamente biológica, sí intervienen nuestras debilidades neurobiológicas, que se mitigan con la buena educación y el fundamento con el dominio del aprendizaje a través de la enseñanza adquirida. Las debilidades neurobiológicas se manifiestan y hacen visibles en las reacciones de nuestros ojos o vista. Los mismos se alteran y cambian su apariencia, con el enojo, ira, entre otros estados anímicos o emocionales. Por este motivo la importancia del carácter dócil y obediente en la confianza y sumisión a Dios, debido a la creencia y fe para mantener la calma, serenidad y tranquilidad, según sea el caso, a pesar de las vicisitudes, adversas o prósperas.

La neurobiología es la biología del sistema nervioso. La debilidad o déficit neurobiológico, depende de la condición de conocimiento y madurez de la persona, por ejemplo, se dice que el pensamiento egoísta afecta la ausencia de empatía. La exasperación o irritación espontánea afecta el enfurecimiento en las personas con falta de paciencia, que es la ciencia de la paz, según la capacidad de forma imperturbable de padecer, soportar o sufrir sin alterar el ser interior. El conjunto de fibras nerviosas conducen impulsos corporalmente desde el sistema nervioso central, que está compuesto por el encéfalo, la médula espinal, sus clases y correspondientes conexiones al cerebro, que por consiguiente se comunica con los ojos. Así es como los ojos se ven diferentes cuando la persona cambia de humor extremo o estado anímico en relación con la alegría, enojo y la ira, tristeza, entre otros. También cuando hay de por medio el engaño, mentira, preocupaciones mentales y la simulación, el control, manejo y resolución de conflictos. Hay procesos corporales de sustancias químicas del organismo, que se requieren para regular el estado anímico. Algunas son producidas por el mismo cuerpo autónomo, otras se suplen de los alimentos nutritivos, plantas naturales y medicinales.



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Por ejemplo, entre las llamadas hormonas de la felicidad, se encuentra la serotonina como un neurotransmisor de nivel saludable para bienestar del ánimo. Esto implica el triptófano que es un esencial precursor de la serotonina, ingerido con la dieta alimenticia, cereales, ciertos frutos y productos lácteos.

Es indispensable aumentar una confianza mental plena y dominio propio, a través de la función de conexión cuerpo y mente, con el estado de consciencia y su relación íntima con el comportamiento. De esto depende la condición conductual del ser humano, cuando se rige por una Ley Celestial que a la vez es la Ley Moral de Orden Universal Absoluto. Por lo tanto, la neurocognición psicoteológica, implica la capacidad del ser humano para conocer, a través de la función del cerebro y los procesos neuronales, que activan la mente a la trascendencia de consciencia natural hacia la consciencia celestial, pasando y superando los límites de la consciencia espiritual. Por esta razón, para la Psicoteología hay un vinculante interés en el potencial estudio de las ciencias sociales, en relación con el comportamiento exclusivo de la organización de los discípulos de Jesucristo en la sociedad. Esto debido a los procesos neurobiológicos influyentes en la actividad mental, que son determinantes en el comportamiento de los discípulos, según el aprendizaje y educación en las enseñanzas y el mensaje integral de Jesucristo. Por esta causa, la necesidad de iglesias cristianas locales, para inculcar el cambio y conservación de los principios y valores, en los habitantes de las comunidades creyentes y practicantes, que cumplen un orden ante Dios.


La mente de Dios Padre es la mente superior o suprema, la mente del Hijo, es la conexión o enlace espiritual de fe exclusiva, que intercede en la transmisión del conocimiento necesario, para lograr la comprensión y entendimiento celestial: “Porque hay un Dios, asimismo un mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (1 Timoteo 2.5 – RVR1909). También existe la inteligencia emocional y la inteligencia espiritual que es según Jesucristo, en aquellos discípulos con las características de nobleza espiritual, con



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los sentimientos elevados en la condición, estado y situación afectiva del ánimo y la espiritualidad. Se demuestra con la personalidad sensible, sin el apego perjudicial en lo superfluo de lo material y sin el arraigo a la temporalidad de lo terrenal, con la mente y pensamiento puestos en la patria celestial:

“Conforme á la fe murieron todos éstos sin haber recibido las promesas, sino mirándolas de lejos, y creyéndolas, y saludándolas, y confesando que eran peregrinos y advenedizos sobre la tierra. Porque los que esto dicen, claramente dan á entender que buscan una patria. Que si se acordaran de aquella de donde salieron, cierto tenían tiempo para volverse: Empero deseaban la mejor, es á saber, la celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos: porque les había aparejado ciudad” (Hebreos 11.13 al 16 – RVR1909).

Las características o cualidades atribuidas al carácter de Dios se le consideran atributos Divinos, que son propiedades manifestadas en principios, valores y virtudes en el discípulo, por ejemplo, la semejanza en la santidad del amor, bondad, caridad, compasión, empatía, fe, fuerza, generosidad, justicia, misericordia y paz, presentes en la encarnación de la obra de Jesucristo. Hay una inconmensurable benevolencia de buena voluntad y simpatía auténtica, genuina y sincera hacia las demás personas en la colectividad, con verdadera honestidad, respeto y solidaridad. La Biblia dice: “Carísimos, amémonos unos á otros; porque el amor es de Dios. Cualquiera que ama, es nacido de Dios, y conoce á Dios. El que no ama, no conoce á Dios; porque Dios es amor. En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió á su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él” (1 Juan 4.7 al 9 – RVR1909). Las prácticas de fraternidad y hermandad con participación de la sociedad. La fe de y en Jesucristo produce un placebo de efecto psicoterápico, que el discípulo ejerce en su mente,



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propiedades exclusivas de la enseñanza y mensaje de los acuerdos de fe promovidos por el evangelio de Jesucristo. Por consiguiente, una fortaleza en las normas y reglas en el temor a y de Dios Padre. Así los discípulos integran un grupo de fortalecimiento de las buenas nuevas y prácticas, o sea, las buenas noticias ofrecidas por los principios del Salvador que ofrece Vida Eterna, mediante su diálogo directo y personal, tanto con el individuo como con el grupo en la educación de discipulado, manifestado en una convivencia más espiritual.

Hay principios y valores transmitidos por la enseñanza de Jesucristo, aprendido y practicado por sus seguidores, por ejemplo, la paz que produce efectos bioquímicos de bienestar positivo, con el resultado saludable de mejoría en el estado de la personalidad. La manifestación fisiológica o psicofisiológica según la mente y pensamiento, emociones y los sentimientos vinculados a la vida espiritual, tienen una explicación en el factor de la vida espiritual que atañe a la determinante de tomar una resolución mental, para disponer con anticipación la actitud y ánimo en la confianza al Maestro Jesucristo y su enseñanza como ejemplo y modelo de vida. En esto consiste el efecto placebo, como tratamiento terapéutico de la fe de y en Jesucristo. El significante es el resultado de personas nacidas de nuevo, que han vuelto en sí con el cambio de personalidad y forma de ser, en función de ser semejantes a Jesucristo:


“Y en él estáis cumplidos, el cual es la cabeza de todo principado y potestad: En el cual también sois circuncidados de circuncisión no hecha con manos, con el despojamiento del cuerpo de los pecados de la carne, en la circuncisión de Cristo; Sepultados juntamente con él en la bautismo, en el cual también resucitasteis con él, por la fe de la operación de Dios que le levantó de los muertos. Y á vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os vivificó juntamente con él, perdonándoos todos los pecados” (Colosenses 2.10 al 13 – RVR1909).


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La praxis transformadora consistente en un sistema de arrepentimiento, conversión y del resarcimiento, está en la práctica de los principios y valores fomentados, promovidos y propuestos directamente por Jesucristo. Estos principios son normas Divinas para regir la comprensión y el entendimiento, a nivel de la dimensión de las acciones y conducción formal, consciente para la regulación del bien común, personal y social. Se requiere ser un creyente fiel y leal en Jesucristo: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado á su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios á su Hijo al mundo, para que condene al mundo, mas para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; mas el que no cree, ya es condenado, porque no creyó en el nombre del unigénito Hijo de Dios” (Juan 3.16 al 18 – RVR1909).

En el proceso mental se involucra las funciones afectivas y sensitivas, coadyuvantes del desarrollo y proceso emocional y sentimental. Todo este conjunto de factores humanos de la mente, las decisiones, designios, pensamientos y propósitos, integralmente aunados y unidos al conocimiento de Dios, determinan la intención, motivación, ocupación y voluntad, que moldea las actitudes, el raciocinio y la reflexión. La fe es congruente con la adhesión a la realidad concreta de la personalidad de Jesucristo, en su carácter y temperamento, que es el modelo de identidad de una forma de ser auténtico y legítimo del discípulo. Se sigue el camino, la verdad y la vida en la persona de Jesucristo, según sus acciones, ejemplo, hechos y modelo de vida, que en conjunto conforma la obra plena de Jesucristo como un prototipo de vida ejemplar:


“Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué se hará? Y llevaban también con él otros dos, malhechores, á ser muertos. Y como vinieron al lugar que se llama de la Calavera, le crucificaron allí, y á los malhechores, uno á la derecha, y otro á la izquierda. Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo


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que hacen. Y partiendo sus vestidos, echaron suertes. Y el pueblo estaba mirando; y se burlaban de él los príncipes con ellos, diciendo: A otros hizo salvos: sálvese á sí, si éste es el Mesías, el escogido de Dios” (Lucas 23.31 al 35 – RVR1909).

Jesucristo es el enviado y escogido de Dios Padre, sin embargo, los mismos gobernantes (príncipes) hacen mofa de burla y escarnio. Jesús afirma que no saben lo que hacen, luego en la primera carta o epístola a los Corintios se escribe:


“Para que vuestra fe no esté fundada en sabiduría de hombres, mas en poder de Dios. Empero hablamos sabiduría de Dios entre perfectos; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que se deshacen: Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria: La que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de gloria” (1 Corintios 2.5 al 8 –RVR1909).

¿Cuál es esta fe en el poder de Dios? Es aquella gratitud que en su ausencia es imposible agradar a Dios. La fe viene a ser como la bujía, el catalizador, el detonante, el motor y el propulsor de la certeza, convicción y seguridad en el galardón de la eternidad. Esta confianza se desenvuelve en la psique, como mecanismo indubitable de las facultades mentales, que garantiza una relación infalible con nuestro Creador. Es una interrelación recíproca donde se aprecia, estima y valora la vida con agradecimiento y correspondencia a Dios, a pesar de la adversidad y sufrimiento. El Amor original y preexistente, consiste en que Dios Padre es nuestro Destino y su Hijo es el Camino. A pesar de la vida terrenal, tenemos la posibilidad de volver a habitar nuestro hogar en la patria celestial. Hay que acercarse a Dios en su búsqueda. La Biblia dice al respecto:



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“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía. Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella. Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios. Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan” (Hebreos 11.1 al 6 – RVR60).

Esta fe en todo su esplendor y plenitud, nos obliga a una cosmovisión del respeto y reverencia universal de solemnidad, hacia la energía celestial creadora proveniente de nuestro Dios el Creador: “¡Cuán preciosa, oh Dios, es tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas. Serán completamente saciados de la grosura de tu casa, Y tú los abrevarás del torrente de tus delicias. Porque contigo está el manantial de la vida; En tu luz veremos la luz” (Salmos 36.7 al 9 – RVR60). En la luz del conocimiento de Dios veremos la luz del conocimiento celestial, así como un paraguas o una sombrilla, permite o posibilita resguardarse de la lluvia o nos guarece de la irradiación del sol, así la misericordia de Dios es preciosa, con su amparo y protección mediante el temor del principio de la sabiduría: “Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor; Porque Dios es el que en vosotros obra así el querer como el hacer, por su buena voluntad” (Filipenses 2.12 al 13 - RVR1909). La psique con fe sumada al santo temor de Dios, es en grado sumo,



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porque contribuye con la consciencia de la formación de la actitud y el carácter necesario para obedecer fielmente a Dios. En relación con alcanzar el extremadamente buen testimonio de los antiguos, al ocuparse de la salvación con el genuino temor, temblor y virtud de Dios. Los requisitos de los jueces colaboradores de Moisés establecen indispensablemente:

“Y enseña á ellos las ordenanzas y las leyes, y muéstrales el camino por donde anden, y lo que han de hacer. Además inquiere tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y constituirás á éstos sobre ellos caporales sobre mil, sobre ciento, sobre cincuenta y sobre diez. Los cuales juzgarán al pueblo en todo tiempo; y será que todo negocio grave lo traerán á ti, y ellos juzgarán todo negocio pequeño: alivia así la carga de sobre ti, y llevarla han ellos contigo” (Éxodo 18.20 al 22 – RVR1909).

Virtud, temor de Dios, verdad y sin avaricia. Estos requisitos todavía están vigentes para llegar a ser personas espirituales que no seamos condenados por la maldad y el pecado. Recordemos el pasaje mencionado donde se dice: “En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie”. Se combina la rectitud en el proceder cotidiano, la práctica y reflexión moralista, de principios muy sólidos, fortaleza en la conciencia de la ética del bien y del mal, además muy altos valores en dirección al perfeccionismo del anti pecado, correcto e íntegro en toda circunstancia, lugar y momento. Se contiene y modera en lo que dice y hace en busca de la aprobación directa de Dios: “Porque el nombre de Jehová invocaré: Engrandeced á nuestro Dios. El es la Roca, cuya obra es perfecta, Porque todos sus caminos son rectitud: Dios de verdad, y ninguna iniquidad en él: Es justo y recto. La corrupción no es suya: á sus hijos la mancha de ellos, Generación torcida y perversa. ¿Así pagáis á Jehová, Pueblo



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loco é ignorante? ¿No es él tu padre que te poseyó? El te hizo y te ha organizado” (Deuteronomio 32.3 al 6 – RVR1909).

Ahora bien, en la actualidad hay una relación con las ciencias bíblicas, ética, moral y social, porque se trata del comportamiento y conducta en el ser humano, por la causa o motivo de ser juzgado, a través del rendimiento de cuentas ante el juicio final de Dios. Así, desde el principio el Árbol del conocimiento del bien y del mal, corresponde al Árbol de la ciencia. Dios desde el principio es el Creador de la ciencia, el ser humano solamente la descubre, inclusive hay un pasaje donde se indica: “Habló Jehová a Moisés, diciendo: Mira, yo he llamado por nombre a Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá; y lo he llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría y en inteligencia, en ciencia y en todo arte” (Éxodo 31.1 al 3 – RVR60). Dios mediante su Santo Espíritu provee sabiduría e inteligencia, habilidad y virtud en ciencia y arte, como un don en la cualidad, tanto física y psíquica. Otro pasaje menciona acerca del Mesías: “Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová” (Isaías 11.1 al 2 – RVR60). El Espíritu de Dios como energía y fuerza creadora, fuente de sabiduría e inteligencia, consejo y poder, conocimiento y temor de Dios, tienen mucha relación con el conocimiento de la ciencia para bien. La idea de la existencia de finitud, del fin cosmológico del espacio – tiempo, iniciado cuando el cosmos fue creado de la nada, hasta la llegada de su fin con el juicio final, de ninguna manera contradice u opone el propósito de la ciencia con la fe, todo lo contrario, la ciencia y la fe se unen desde el Edén.


Por lo tanto, Dios mismo es el Creador de la ciencia, que al inicio tiene relación con la conciencia de la percepción de las emociones y sentimientos propios, como una condición, estado y proceso psíquico interior. Por consiguiente, surge el conocimiento interno del bien y del mal, que por el deber u obligación que es responsable, se tiene que hacer o evitar.



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Esto posteriormente con el tiempo, mediante la comprobación y observación se presentan las explicaciones científicas, que ahora llamamos neurobiología, neurociencia cognitiva y neuropsicología, psicobiología y sistema nervioso, que sin la existencia conductual psicosomática, tampoco se hablaría de estas ciencias, en función y relación del componente mental y orgánico de la personalidad e integración del ser interior, con la incidencia conductual de la ciencia: “Formó, pues, Jehová Dios al hombre del polvo de la tierra, y alentó en su nariz soplo de vida; y fué el hombre en alma viviente. Y había Jehová Dios plantado un huerto en Edén al oriente, y puso allí al hombre que había formado. Y había Jehová Dios hecho nacer de la tierra todo árbol delicioso á la vista, y bueno para comer: también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de ciencia del bien y del mal” (Génesis 2.7 al 9 – RVR1909).

Esta formación del ser humano incluye su origen del ego y del temperamento, donde intervienen los factores psíquicos. A excepción del gen del envejecimiento, que se introduce genéticamente en Adán y Eva al comer el fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal, cuya transmisión genética heredan a su descendencia de hijos e hijas, aunque gradualmente, porque las primeras generaciones de seres humanos viven más tiempo. Este tipo de gen específico es una especie de cronómetro, reloj o temporizador genético, que al parecer afecta el tiempo de vida celular y su relación a nivel del ADN. El proceso de envejecimiento se acelera con el acontecimiento del diluvio y la finalización generacional de los primeros seres humanos, limitados hasta un máximo alrededor de 120 años de vida en el gen de envejecimiento transmitido por la familia de Noe: “Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne: mas serán sus días ciento y veinte años” (Génesis 6.3 – RVR1909). Obsérvese que anteriormente al diluvio, se dictamina al ser humano con la siguiente característica mental: “Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal” (Génesis 6.5 – RVR60).



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1) RELACIÓN MENTE Y CORAZÓN


El término neuro tiene relación con la neuroglia, sistema nervioso central y periférico, además del conjunto de fibras nerviosas, con la transmisión de los estímulos de fuerza y vigor físico y mental. Hay componentes de células y moléculas en relación con el pensamiento y propósito de la comprensión y entendimiento, la intencionalidad de la voluntad propia del ser humano, representado entre la mente y el corazón. Este significado de simbología de mente y corazón es la conjunción o unión de un nuevo pacto con Dios: “Y Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel, el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Amarás pues al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y de toda tu mente, y de todas tus fuerzas; este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante á él: Amarás á tu prójimo como á ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos” (Marcos 12.29 al 31 – RVR1909). El amor y la fe se complementan para renovar la mente, dar firmeza de carácter, determinación y resolución, ante el estado indeciso de la mente y la vacilación del ánimo en la intención con la voluntad. Además del dominio propio y control del temperamento, para una real y verdadera relación con Dios Padre mediante su Hijo Jesucristo. Esto implica mentalizarse y tomar conciencia del bien, para entender el temor de Dios y hallar el conocimiento e inteligencia, justicia, juicio, equidad y todo buen camino en la sabiduría de Dios.


“Entonces entenderás el temor de Jehová, Y hallarás el conocimiento de Dios. Porque Jehová da la sabiduría, Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia. El provee de sólida sabiduría á los rectos: Es escudo á los que caminan rectamente. Es el que guarda las veredas del juicio, Y preserva el camino de sus santos. Entonces entenderás justicia, juicio, Y equidad, y todo


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buen camino. Cuando la sabiduría entrare en tu corazón, Y la ciencia fuere dulce á tu alma” (Proverbios 2.5 al 10 – RVR1909).

Es muy gratificante y sublime estudiar en profundidad la Biblia, por ser la Sagrada Escritura de Dios, especialmente su interpretación y significado de las representaciones de figuras y símbolos, por ejemplo, cuál es la conclusión que obtenemos del siguiente pasaje de Eclesiastés, donde se menciona al corazón con la capacidad de percibir la sabiduría y la ciencia, con mucha molestia y con dolor. La causa es el conocimiento profundo del buen juicio, que nos despierta de la sensación de estar desorientados y perdidos, con el consiguiente efecto de incomodidad y aflicción intensa e intensión de espíritu, al descubrir y saber consciente de todas nuestras limitaciones, especialmente en aquellos deseos personales de las locuras y los desvaríos, de alguna manera contrarios a su voluntad:


“Hablé yo con mi corazón, diciendo: He aquí hállome yo engrandecido, y he crecido en sabiduría sobre todos los que fueron antes de mí en Jerusalem; y mi corazón ha percibido muchedumbre de sabiduría y ciencia. Y dí mi corazón á conocer la sabiduría, y también á entender las locuras y los desvaríos: conocí que aun esto era aflicción de espíritu. Porque en la mucha sabiduría hay mucha molestia; y quien añade ciencia, añade dolor” (Eclesiastés 1.16 al 18 – RVR1909).

La palabra de Dios añade más simbología para nuestro deleite e inspiración: “¿A quién se enseñará ciencia, ó á quién se hará entender doctrina? ¿A los quitados de la leche? ¿á los arrancados de los pechos? Porque mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá: Porque en lengua de tartamudos, y en extraña lengua hablará á este pueblo” (Isaías 28.9 al 11 – RVR1909). Jesucristo enseña y



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transmite el lenguaje de Dios, es decir la ciencia y doctrina imprescindible de la revelación de amor y fe procedente de Dios. De esto testifica el autor de la carta o epístola a los Filipenses: “Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aun más y más en ciencia y en todo conocimiento, para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo, llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios” (Filipenses 1.9 al 11 – RVR60). La ciencia del conocimiento está en los frutos de justicia por medio de Jesucristo, para la gloria y alabanza de Dios Padre. Entonces la ciencia proviene de Dios, el ser humano la descubre y llama de diferentes especificaciones y nombres de ciencias de estudio, disciplinas y especialidades. Por ejemplo, Dios es el Creador del cerebro, sus componentes, neuronas, actividad mental y neuronal. El ser humano estudia cada órgano y las partes corporales, así establece los resultados de sus estudios e investigaciones.

La analogía o comparación de los fotones neurológicos, la actividad neuronal y su relación con la conciencia, tiene un sentido figurado, con la representación de una simbología con el significado de la luz de la vida en Jesucristo. Los nervios actúan como fibras ópticas en el sentido de transportar luz, así como el ser humano tiene reacción química celular en la producción de electricidad, debido a sus funciones vitales, también se requiere espiritualmente de luz interior focalizada en el conocimiento de Jesucristo. Se podría decir que son formas de generación de energía, donde el cerebro es el centro de control, pero el corazón también es vital. Así como en otras ocasiones hemos mencionado al temperamento, ya sea como instrumento o mecanismo de la Divinidad para accionar o detonar, el bio-fotón celestial o fotón celestial vendría a ser la energía luminosa con fines biológicos, para accionar el canal de comunicación y conocimiento celestial en el ser humano, la apertura de la comprensión y entendimiento celestial.


Desde el principio Dios hizo la luz celestial antes que al mismo sol y su luz del sistema solar: “Y dijo Dios: Sea la luz; y



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fue la luz. Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas” (Génesis 1.3 al 4 – RVR60). Luego Jesús viene a este mundo y dice: “Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8.12 – RVR60). La luz de la vida es la luz biológica o bio-fotón, para fines psicoteológicos a través de la información en Jesucristo. Hay transmisión de datos: “Y este es el mensaje que oímos de él, y os anunciamos: Que Dios es luz, y en él no hay ningunas tinieblas. Si nosotros dijéremos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no hacemos la verdad; Mas si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión entre nosotros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado” (1 Juan 1.5 al 7 – RVR1909).

Esto demuestra que la ciencia es compatible con la fe y creados por Dios, igual entre fe y razón. La sociedad mundial históricamente a confabulado y conspirado con distractores, para desviar y tergiversar la experiencia de gratitud real y verdadera al Señor Jesucristo. Además de tratar de invalidar el sentido de unidad de interconexión inherente con la fuerza y el poder del Espíritu Santo de Dios Padre, la reverencia y santidad cósmica y universal. Por esta razón, la atención y enfoque en Jesucristo ayuda en el proceso biológico del ser humano, para su relación espiritual y celestial con Dios, como accionamiento del mecanismo detonante para emerger la conciencia y la consciencia en sus respectivas funciones.


Entre el objeto de estudio del ser humano están los seres vivos, toda la naturaleza, fauna y flora, de manera que surgen de los resultados toda clase de ciencias de la medicina y salud, ciencias sociales, científicos empíricos y profesionales, técnicos y tecnólogos investigadores, científicos atmosféricos y meteorólogos. Hay antropólogos, arqueólogos, astrónomos, biólogos, bioquímicos, botánicos, físicos, genéticos, geofísico, microbiólogos, toxicólogos y zoólogos, entre muchas clases de énfasis, especializaciones y especificaciones, inclusive las ciencias bíblicas, políticas, teológicas, ciencias de los datos e



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información, forense, entre otras. La ciencia estudia tanto la materia invisible y visible, como lo inmaterial. Por ejemplo, en el estudio de las ondas de radio, el científico no las puede sentir ni ver, tal es el caso del espectro radioeléctrico, porque se requiere cierta tecnología, en el caso del viento se siente pero no es visible, para el estudio de los microorganismos se necesitan microscopios potentes. Se podría determinar que el primer científico empírico y rudimentario en sus inicios fue Adán, porque asigna el nombre a los animales al considerar las características o cualidades observables en los mismos:

“Formó, pues, Jehová Dios de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y trájolas á Adam, para que viese cómo les había de llamar; y todo lo que Adam llamó á los animales vivientes, ese es su nombre. Y puso Adam nombres á toda bestia y ave de los cielos y á todo animal del campo: mas para Adam no halló ayuda que estuviese idónea para él. Y Jehová Dios hizo caer sueño sobre Adam, y se quedó dormido: entonces tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar; Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y trájola al hombre. Y dijo Adam: Esto es ahora hueso de mis huesos, y carne de mi carne: ésta será llamada Varona, porque del varón fué tomada. Por tanto, dejará el hombre á su padre y á su madre, y allegarse ha á su mujer, y serán una sola carne” (Génesis 2.19 al 24 – RVR1909).

Las áreas o disciplinas relacionadas con la explicación de la Psicoteología tienen relación entre sí, aunque llamadas de diferentes nombres, como la neurobiología, neurociencia cognitiva, neuropsicología, psicobiología y sistema nervioso, según desde el punto de vista del análisis o estudio realizado. El común es que el objeto de estudio es creación de Dios, el ser humano solamente descubre, estudia e informa, trata de apropiarse o asumir la autoría, pero en realidad el autor de



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todo lo que existe y es objeto de estudio es Dios el Creador. El ser humano aporta su acción y resultado de su comprobación y observación en los estudios e investigaciones realizadas, el objeto y materia prima es propia de la creación de Dios, por ejemplo, el estudio de la actividad atómica, celular, eléctrica, energética, electromagnética, fotónica, molecular, química, neurológica, etc. En el caso de la psico es considerada una actividad mental, donde se involucra las ideas primigenias hasta los pensamientos más complejos. Así los procesos en actitudes, conceptos, deducción, designios, emociones, ideas, imaginación, intención, motivación, percepción, recuerdos, raciocinio, sentimientos, voluntad, entre otros, son procesos inmateriales e invisibles, que tienen relación entre la ciencia y lo espiritual, ya que afectan el proceder del comportamiento y la conducta del ser interior, con el carácter y la personalidad.

La actividad mental “psico” es susceptible de influencia de la pseudología, como sentimiento o tendencia psíquica y enfermiza de la acción de mentir, inclusive manipulada de lo que en algún momento se llamó psicología inversa. Lo curioso es que es una cognición inicial presentada en Adán y Eva, al advertir y entender por primera vez, la situación expuesta al conocer la serpiente antigua y las consecuencias de comer del fruto. La Biblia dice: “Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo” (2 Corintios 11.3 –RVR60). Hay una disfunción molecular del componente proveniente del árbol de la ciencia del bien y del mal, con la composición molecular del ser humano, al llegar a la combinación o mezcla con el gen del envejecimiento. Por otra parte, la pérdida de inocencia en el respeto y reverencia, causa el mal pensamiento, debido a la tentación y como fruto o resultado la concupiscencia de la maldad en el ser humano. Esto tiene connotación de fuerzas de atracción de enlace químico. La Biblia dice de Eva: “Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.



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Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales” (Génesis 3.6 al 7 – RVR60).

Esta pseudología de la psique con psicología de manera inversa, se presenta en la actualidad entre el supuesto amor al derecho del libertinaje humano y el verdadero amor a Dios, como las consecuencias de fuerzas de atracción y repulsión originadas desde el inicio en Edén: “EMPERO la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo á la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?” (Génesis 3.1 – RVR1909). El ardid del mal es el artificio para lograr la finalidad de la maldad, inversamente a lo dicho por el Creador, para repeler el bien. En esto estriba la astucia del mal, en su habilidad para engañar, mentir y traicionar. El meollo del asunto es la interpolación entre la decisión y la indecisión: “Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses?” (Génesis 3.11 – RVR60). El fruto en cuestión es del árbol de la ciencia del bien y del mal, sin embargo, el tener celo de Dios implica tener ciencia, para que el pueblo de Dios no sea engañado: “Porque yo les doy testimonio que tienen celo de Dios, mas no conforme á ciencia. Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado á la justicia de Dios” (Romanos 10.2 al 3 –RVR1909). La ciencia implica la justicia de Dios, que en nuestro contexto algunos legislan supuestos derechos como el aborto, para establecer la justicia propia, porque ignoran y no se sujetan a la justicia celestial de Dios.


Entonces existe la falsa ciencia: “Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas sobre cosas vanas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia, la cual profesando algunos, se desviaron de la fe. La gracia sea contigo. Amén” (1 Timoteo 6.20 al 21 – RVR60). Ahora bien, actualicemos esta situación de la falsamente llamada ciencia en nuestros días. Un sector de la sociedad trata de realizar un plan de legalización, mediantes medios



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políticos y autoridades gubernamentales de ciertas naciones. Toda esta ideología se trata de justificar como un derecho humano, para validar su aprobación y la práctica desde el campo jurídico y legal. Aunque prevalezca la ignorancia sin sujeción a la justicia que es de Dios, porque se desautoriza la existencia y voluntad de nuestro Creador. Por ejemplo, en las relaciones humanas del mundo frente a Dios, históricamente las guerras fueron las causas o motivos para justificar los exterminios, genocidios y masacres. Ahora en los últimos tiempos sumado a esto, se encuentra el aborto ilegal y legal, inclusive a nivel de pastilla o píldora abortiva, conocido como la cultura e ideología de la muerte. La verdadera ciencia, como la ciencia médica y de la salud, es aquella que defiende y salva la vida con toda la prioridad de principios y valores éticos. Es el compromiso y responsabilidad de dar un servicio profesional y técnico con el amor y la vocación a la vida, sin el interés atroz al dinero y al enriquecimiento inmoral. Es una paradoja contradictoria entre el ejercicio de conservar y mantener la vida contraria a la lógica con provocar la muerte.

Se pretende ignorar la palabra de Dios y pasar por alto las Sagradas Escrituras, pero está escrito lo siguiente: “Seis cosas aborrece Jehová, Y aun siete abomina su alma: Los ojos altivos, la lengua mentirosa, Las manos derramadoras de sangre inocente, El corazón que maquina pensamientos inicuos, Los pies presurosos para correr al mal, El testigo falso que habla mentiras, Y el que enciende rencillas entre los hermanos” (Proverbios 6.16 al 19 – RVR1909). Lo que pasa es que las corrientes legislativas de cierto grupo de naciones, se empeñan a toda costa en aprobar estas leyes contrarias a Dios. La situación pandémica actual ha posibilitado algún indicio de temor a Dios; la conciencia en el discernimiento del bien y del mal, nos permite la consciencia de nuestra realidad en relación con los sucesos del entorno. Tanto conciencia interna y consciencia externa son necesarias para procesar el conocimiento requerido para la intención y voluntad. Estos aspectos tienen relación con la neurobiología, neurociencia cognitiva, neuropsicología, psicobiología y sistema nervioso,



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según se demuestra progresivamente con el avance de la explicación de este tema de la Psicoteología, cada trascripción textual de la selección de textos de la Biblia tiene su relación.

En épocas antiguas muchas aclaraciones se realizaban desde el punto de vista filosófico, sin embargo, en nuestro caso logramos recurrir a la factibilidad de la herramienta del enfoque en ciencias bíblicas. Además se pretende reforzar el argumento desde una perspectiva teológica, en el estudio de lo relacionado con Dios, para entender la creación y función del cerebro humano y su relación con el sistema nervioso, con ayuda de la anatomía, fisiología y neurofisiología, a la vez explicar la conducta y comportamiento de la personalidad del ser humano, como construcción psicológica con las diversas características psíquicas. La Biblia establece: “El malo, por la altivez de su rostro, no busca á Dios: No hay Dios en todos sus pensamientos. Sus caminos son viciosos en todo tiempo: Tus juicios los tiene muy lejos de su vista: Echa bocanadas en orden á todos sus enemigos. Dice en su corazón: No seré movido en ningún tiempo, Ni jamás me alcanzará el infortunio” (Salmos 10.4 al 6 – RVR1909). La misma sociología es considerada entre las ciencias sociales, que en sus inicios fue analizada y estudiada desde la filosofía, con la observación y comentario acerca de la civilización, costumbres y cultura presentada en la sociedad. Sin embargo, la Sagrada Escritura desde el primer pacto describe cierto análisis del ser humano. También según su comportamiento, procedencia y relación entre las personas. Nótese en los pasajes bíblicos la mención acerca del pensamiento o los pensamientos. Lo que pasa es que Dios habla y no escuchamos. En Salmos 94 advierte:


“JEHOVA, Dios de las venganzas, Dios de las venganzas, muéstrate. Ensálzate, oh Juez de la tierra: Da el pago á los soberbios. ¿Hasta cuándo los impíos, Hasta cuándo, oh Jehová, se gozarán los impíos? ¿Hasta cuándo pronunciarán, hablarán cosas duras, Y se vanagloriarán todos los que obran iniquidad? A tu


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pueblo, oh Jehová, quebrantan, Y á tu heredad afligen. A la viuda y al extranjero matan, Y á los huérfanos quitan la vida. Y dijeron: No verá JAH, Ni entenderá el Dios de Jacob. Entended, necios del pueblo; Y vosotros fatuos, ¿cuándo seréis sabios? El que plantó el oído, ¿no oirá? El que formó el ojo, ¿no verá? El que castiga las gentes, ¿no reprenderá? ¿No sabrá el que enseña al hombre la ciencia? Jehová conoce los pensamientos de los hombres, Que son vanidad. Bienaventurado el hombre á quien tú, JAH, castigares, Y en tu ley lo instruyeres; Para tranquilizarle en los días de aflicción, En tanto que para el impío se cava el hoyo. Porque no dejará Jehová su pueblo, Ni desamparará su heredad; Sino que el juicio será vuelto á justicia, Y en pos de ella irán todos los rectos de corazón” (Salmos 94.1 al 15 – RVR1909).

La soberbia presume la vanagloria de la convergencia de la altivez y la arrogancia. La altivez es presentar una postura envanecida de un supuesto alto concepto y mérito propio, con el deseo de ser admirado y considerado como un ejemplo y modelo, para sobresalir sobre los demás, aunque sea una influencia que cause, fomente, infunda o promueva la misma soberbia y vanidad transmitida a los demás. La arrogancia es la insolencia del despropósito de orgullo, con la descarada y desvergüenza ostentación de la habituación del pecado y el vicio. Se presenta un círculo vicioso, donde se presupone perpetuar la corrupción del bien, la degradación de la moral, la perversión de la rectitud, la carencia de la piedad, y la depravación del sentimiento de amor y respeto a lo sagrado y santo. Prevalece en los impíos y soberbios la vanagloria de la iniquidad, injusticia y maldad. Dios es el que enseña al ser humano la ciencia, porque la verdadera ciencia contribuye al bien y a la vida. La ciencia auténtica y genuina contribuye a diferenciar y discernir la acción y pensamiento del bien y del mal. Los pensamientos de la humanidad son vanidad, Dios instruye y corrige, castiga y reprende al ser humano fatuo,



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que está lleno de presunción y vanidad infundada, inclusive hasta la ridiculez del desprecio por el derramamiento de la sangre de Jesucristo y su redención. El desaire y desdén hacia la indiferencia de la consagración y santidad de la salvación y la vida eterna, porque lo que no se sufre no se aprecia ni se valora: “Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día; como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno” (Judas 1.6 al 7 – RVR60). En Salmos 33 se indica:

“Tema á Jehová toda la tierra: Teman de él todos los habitadores del mundo. Porque él dijo, y fué hecho; El mandó, y existió. Jehová hace nulo el consejo de las gentes, Y frustra las maquinaciones de los pueblos. El consejo de Jehová permanecerá para siempre; Los pensamientos de su corazón por todas las generaciones. Bienaventurada la gente de que Jehová es su Dios; El pueblo á quien escogió por heredad para sí. Desde los cielos miró Jehová; Vió á todos los hijos de los hombres: Desde la morada de su asiento miró Sobre todos los moradores de la tierra. El formó el corazón de todos ellos; El considera todas sus obras” (Salmos 33.8 al 15 – RVR1909).

La dirección, rumbo o sentido de ideario del pensamiento colectivo e individual, en la adoración, respeto y reverencia universal a Dios, corresponde a un derecho de parte del Creador: “De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan. Porque él la fundó sobre los mares, Y la afirmó sobre los ríos” (Salmos 24.1 al 2 – RVR60). El derecho de Dios de pertenencia de todo lo existente como el Creador, inclusive el derecho sobre el humano, es inherente al deber



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de la humanidad de reconocer a Dios como su Creador. Así Dios Padre entregó a su Hijo toda la Creación para que los humanos vivan para Jesucristo: “Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: Que si uno murió por todos, luego todos son muertos; Y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, mas para aquel que murió y resucitó por ellos” (2 Corintios 5.14 al 15 – RVR1909). Esta señal de pertenencia o propiedad de Dios, se representa en el sentido figurativo y simbólico con un sello en la frente, en relación con la mente: “Y se les mandó que no dañasen a la hierba de la tierra, ni a cosa verde alguna, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tuviesen el sello de Dios en sus frentes” (Apocalipsis 9.4 – RVR60). El sello de Dios es el poder del Espíritu Santo en el pensamiento: “PUES que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también estad armados del mismo pensamiento: que el que ha padecido en la carne, cesó de pecado; Para que ya el tiempo que queda en carne, viva, no á las concupiscencias de los hombres, sino á la voluntad de Dios” (1 Pedro 4.1 al 2 – RVR1909).

El Señor Jesucristo, es entre toda la historia de los seres humanos, la Mente Superior o Suprema del Conocimiento Celestial, que le ha transmitido directamente su Padre. Por otra parte se menciona lo siguiente: “Empero el que se junta con el Señor, un espíritu es. Huid la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre hiciere, fuera del cuerpo es; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque comprados sois por precio: glorificad pues á Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios” (1 Corintios 6.17 al 20 – RVR1909). En este pasaje entiéndase espíritu como la parte inmaterial de la mente, entonces dice que el que se une al Señor una mente es con él, se indica que glorificad a Dios en vuestro cuerpo y en vuestra mente, tanto el cuerpo como la mente tienen que ser santas, con el don, energía, fuerza y poder del Espíritu de Dios, excluyente de la maldad y del pecado, exclusivo de la consagración, paz y santidad de Dios.



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En todo ser humano el soma hace referencia a la parte material del cuerpo, la psique alude la parte inmaterial de las actividades y funciones de la mente, el alma es la vida de la persona mediante la combinación del cuerpo y mente sumado a la función de respiración. En el caso del ser humano que vive la espiritualidad auténtica, la concepción y construcción de las ideas y la diversidad de las creencias religiosas, facilita y posibilita la experiencia, inclusión confesional e integración y unidad dentro del fraccionamiento cristiano. Esto es posible a través de la mente y la psique según las creencias, pero la demostración de espiritualidad depende de las prácticas del comportamiento y conducción corporal. De acuerdo con los principios, valores y virtudes espirituales, manifestados por la acción, obra y poder del Espíritu Santo. Hay combinación, porque esto afecta la consagración y santidad del cuerpo, según el tipo de creencia de ideología humana en la mente: “¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios” (1 Corintios 6.9 al 10 – RVR60). Para tomar en cuenta a Dios, en lo que respecta al proceder del ser humano, se requiere la congruencia de la ética y sentido común entre el cuerpo y la mente, según el ideario y pensamiento colectivo e individual, del respeto y reverencia universal a Dios el Creador. Se requiere el examen de conciencia y la objeción de conciencia en el ser humano, para la verdadera libertad humana, que no sea un libertinaje.


Si se cultiva el bien se recoge el bien, si se siembra el mal se cosecha el mal, la justicia de Dios nunca falla, tarde o temprano, en el tiempo de Dios, la justicia Divina es infalible. El control mental para ser una mejor persona depende del poder de decisión, pero que sea conforme a la presencia de Dios, o sea, con la razón de Dios, que es el entendimiento de la justicia y rectitud de Dios. Somos como partículas de la luz abrazadora de Dios, luz que se propaga y llena el vacío del ser humano, para apreciar el don de la vida en Cristo Jesús.



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2) LA OBJECIÓN DE CONCIENCIA


Este examinarse consciente de sí mismo con argumentos y razonamientos imprescindibles, hacen que sea existencial la objeción de conciencia e inherente al ser humano, desde que existe la propia intención y voluntad. Hay una radicalidad en el Evangelio de Jesucristo que en la Psicoteología es imposible evadir. La sociedad lamentablemente está inmersa en una dispersión, distorsión y distracción de la imperante confusión social. Se ha tergiversado la buena fe e intención noble de las defensas y luchas sociales a favor de los excluidos, por la justificación y legalización de la práctica del pecado como una nueva normalidad, especialmente para favorecer las prácticas de ciertas minorías, en sus gustos y preferencias al aparente amor sexual o la justificación al aborto, como consecuencia al desenfreno de la confusión sexual y de la promiscuidad desde edades tempranas. Jesucristo radicalmente instruye no volver a pecar, amar sin pecado, sin contaminación ni corrupción.


En el contexto del mundo contemporáneo se disfraza lo profano como bueno, hay precedente de mezcla seglar, desde el paganismo antiguo practicado con adoración y prostitución considerada como sagrada. Las corrientes de pensamiento con la contradicción y resistencia a la objeción de conciencia, son muy confusas e incongruentes en quienes se oponen a la objeción y a la vez hacen defensa de las libertades humanas. Los mismos legisladores demuestran con su ejercicio, que la objeción de conciencia es inherente al ser humano, ya que objetan con los argumentos y razonamientos las propuestas legislativas, hasta llegar a un acuerdo y a la aprobación de nuevas leyes. La libertad de culto y religión, posibilita la defensa de principios, valores y virtudes sustentadas en la inevitable objeción de conciencia, que es propia del humano, exista o no legislación constitucional en cada nación o país.



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Por ejemplo, a pesar de que las corrientes inclusivas o incluyentes, de mujeres que defienden a las mujeres, por más adoctrinamiento que se pretenda para buscar la aprobación de las conciencias a favor de los abortos, según la propia conciencia del bien y del mal, es inaceptable que las mismas madres consientan, permisiva y socialmente, en exterminar a sus propias hijas, o sea, mujeres que impiden el nacimiento de sus mismas mujeres. Esto es una ampliación del femicidio abortivo. Por esta razón, se pretende callar las conciencias de los habitantes, muchas veces por medio de encubrimientos con astucia de intención y disimulo legal, que desmejora las buenas costumbres, ética y moral de las personas ante Dios. Otro ejemplo, el material didáctico de las guías de educación sexual en los centros educativos formales, ya sea de forma explícita o subliminal, donde se induce a los infantes al uso de la debida protección profiláctica, con una práctica libre y sin prejuicios de relaciones coitales activas a satisfacción, que evite embarazos o enfermedades en edades prematuras. Se pretende despertar el interés hacia las conductas sexuales, como un derecho al preservativo, a pesar de la implicación de irrumpir la inocencia de los infantes y pre jóvenes menores.


Además de la incitación a la malicia y con el pretexto del desarrollo psicosexual de la infancia, al formar personas libidinosas con edades inmaduras, para que se descubran en sí mismos su tendencia a la lascivia y lujuria, según sus propios impulsos libidinales, con ayuda del estímulo, pulsión o tacto en sus zonas erógenas de excitación sexual, debido a la supuesta propensión determinante desde la infancia a una neurosis posible al llegar a la edad más adulta. Se lesiona el derecho fundamental de la libertad espiritual, religiosa y el derecho primordial a educación, custodia moral y orientación de las buenas costumbres de transmisión materna, paterna, tutor o responsable legal directo sobre los infantes. También se provoca un daño del derecho a la dignidad y a la integridad ética - personal, con la afectación a una espiritualidad sana, de hábitos espirituales y de buenas prácticas de convivencia moral, que no sean de carácter inconstante, nefasto o voluble.



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Debido a que se aprueban leyes contrarias a la voluntad del Creador, la objeción de conciencia resulta un derecho fundamental, inalienable e intransferible, que no hará callar las conciencias colectivas e individuales que tienen temor a un Ser Supremo, que rige principalmente las conciencias en consagración y santidad cotidiana. El mundo pretende acallar y despreciar la sangre redentora de Jesucristo, pero ha tenido que utilizar los cubrebocas y callar ante los acontecimientos pandémicos presentes, donde trata de levantarse conspirando contra la moral promovida por Jesucristo, sin embargo, ha doblegado su pie y doblado su rodilla en la actualidad. Por ejemplo, además del aborto, se promueve en las legislaciones de algunas naciones la eutanasia y el suicidio asistido, para una muerte confortable, porque la persona ya no desea vivir más y toma su propia decisión de forma voluntaria. El mundo divaga en confusión y desvarío moral, tal es el derecho a la normalidad de la copulación sexual sin ligamen matrimonial.


Otro caso es la pastilla o píldora abortiva, a pesar de la evidente existencia histórica de un Orden Superior (Supremo) que rige la moralidad, en relación con el bien o el mal y en función de la vida colectiva e individual. Se excluye la oración en la educación y el deber a la espiritualidad. Se niega la consagración del matrimonio y la santidad del Espíritu Santo, que sea con el lecho sin la mancilla de la deshonra: “Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios” (Hebreos 13.4 – RVR60). Hay proponentes que pretenden legitimar en algunos países, la normalidad de una nueva moralidad, excluyendo toda existencia, protección y relación a la obediencia a Dios. Inclusive el caso de una nación Europea, que se legisla acerca del acto sexual con animales vertebrados, donde se castiga o pena solamente en el caso de que haya daño, herida o lesión, que requiera tratamiento veterinario el animal afectado. La confusión es tal, que se comete deshonor y vergüenza a Dios, pero hay un llamado de atención a la conciencia mediante el Calentamiento Global, porque el planeta cada vez supera el registro de las altas temperaturas e incendios forestales.



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Mientras tanto la Biblia dice lo siguiente:


“Y estando Josué cerca de Jericó, alzó sus ojos, y vió un varón que estaba delante de él, el cual tenía una espada desnuda en su mano. Y Josué yéndose hacia él, le dijo: ¿Eres de los nuestros, ó de nuestros enemigos? Y él respondió: No; mas Príncipe del ejército de Jehová, ahora he venido. Entonces Josué postrándose sobre su rostro en tierra le adoró; y díjole: ¿Qué dice mi Señor á su siervo? Y el Príncipe del ejército de Jehová repondió á Josué: Quita tus zapatos de tus pies; porque el lugar donde estás es santo. Y Josué lo hizo así” (Josué 5.13 al 15 – RVR1909).

¿Cuál es la relación de solemnidad en Psicoteología con el Príncipe del ejército de Jehová? La respuesta es el respeto y la reverencia cuando se rinde adoración. Esto es representado con quitar el calzado de los pies en un lugar determinado como santo, el detenerse para prestar atención a la santidad, sentir el contacto que elimine cualquier distracción y mejore la concentración, para lograr el enfoque adecuado hacia lo santo. Muchos proponentes de legislaciones han sido ateos, con propuestas sin considerar la existencia de Dios, han sido supuestos creadores de legislaciones inaceptables, porque se han aferrado a su propio calzado, en su camino contrario a la santidad, sin ningún tipo de dedicación alguna a Jesucristo, han sido promotores de la corrupción del mundo, que se aleja y distancia al contrario cada vez más de Dios. El incremento e intensidad de la maldad de las tinieblas, aumenta al grado de oscuridad de la media noche: “Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera: allí será el lloro y el crujir de dientes. Y cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará sobre el trono de su gloria. Y serán reunidas delante de él todas las gentes: y los apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos” (Mateo 25.30 al 32 – RVR1909).



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En la gran confusión acerca del concepto y construcción del amor santo, algunos sin importar la voluntad de Dios desprecian la santidad en la manera de vivir: “como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo” (1 Pedro 1.14 al 16 – RVR60). El amor procede de Dios, por consiguiente el amor es santo. Es contradictorio como actos de injuria u ofensa a Dios, la sociedad trata de justificar y legalizar engañosamente una apariencia de unión y bendición del favor de Dios. Por esta razón la importancia de tener claridad en la relación psicológica bidireccional con la mente de Jesucristo, para glorificar y honrar verdaderamente a Dios.


El mundo se encuentra envuelto en una convulsión que trastorna violentamente la normalidad sana de la vida. Toda la creación gime a una: “porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora” (Romanos 8.21 al 22 – RVR60). Este gemir es un sufrimiento de dolor, pero también una pena de aflicción del ánimo y sentimiento, hasta la angustia moral. Impera una confusión e incertidumbre, casos como la misma unión de hecho de las parejas, se presta para la legitimación de la fornicación, haciendo innecesario el vínculo matrimonial en la convivencia, porque se pierde la honra y respeto a la unión sagrada del matrimonio, es una sustitución de lo establecido por Dios. Así se desvanece la autoridad de la palabra de Dios, al eclipsar y eliminar de la conciencia y mente con la pérdida del sentido original de Dios. Recordemos que la etimología de la palabra Psicoteología, es la psique combinada del alma, en relación con la persona y la vida. Además la actividad mental, el conocimiento y la intimidad personal con Dios, implica la espiritualidad, moral, principios, valores y virtudes del Señor Jesucristo. La Psicoteología es desde la perspectiva de su discipulado en el aprendizaje y práctica de su enseñanza.



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¿Qué representa la astucia en la psicología de la mente? ¿Será un ardid o artificio para el logro de un fin? ¿Será la habilidad para engañar? En el principio la serpiente le dice a Eva: “EMPERO la serpiente era astuta,… la cual dijo á la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?” (Génesis 3.1 – RVR1909). Luego Eva dice: “Entonces Jehová Dios dijo á la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí” (Génesis 3.13 – RVR1909). Este engaño es un desdoro de mancilla en la virtud y una mancha contra el honor del ser humano. La buena reputación y dignidad quedó totalmente al desnudo, sin la cobertura de luz. La moral que impela severamente al cumplimiento del deber ante Dios, quedó al descubierto, expuesto a la acusación de desobediencia moral, de conducta impropia, a manera de falsedad ideológica contextualizado al presente. Dios mismo le pregunta a Adán: “Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses?” (Génesis 3.11 – RVR60). Esta pérdida de inocencia al comprender lo impúdico, malicia y perversidad, es semejante a la pretensión del mundo de corromper las nuevas generaciones desde la edad de infancia.

La declaración pública del cambio de la definición de formación de una “familia” como derecho humano universal, diferente entre la unión de un núcleo familiar de un hombre con una mujer, es contrario de la declaratoria original de la creación: “Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne” (Génesis 2.23 al 24 – RVR60). Jesucristo lo confirma: “El, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre” (Mateo 19.4 al 6 – RVR60). La Palabra de Dios es contundente y determina el siguiente enunciado de sentencia universal:



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“Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia. Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido” (Efesios 5.28 al 33 – RVR60).

Las consideraciones de la psicología sexual, ya sea en el ejercicio del comportamiento o la conducta del ser humano, con base en la construcción de los conceptos y la imperante creencia de la psicología sexual, su análisis e interpretación, altera e influye la Psicoteología, en la relación psicológica del ser humano con Dios. Desde este punto de vista, mientras la Psicoteología analiza, describe y estudia el comportamiento y conducta humana congruente y en función del conocimiento de Dios, la psicobiología establece las teorías psicológicas en términos exclusivos de lo biológico, para determinar y dictar las leyes que rigen la sexualidad, pero según la tendencia mental en la geopolítica global. El problema de regirse por las inclinaciones mentales, sin tomar en cuenta el conocimiento de Dios, es la convivencia instintiva mediante el desenfreno del impulso y motivación irreflexiva, regido por los apetitos de la carne y la concupiscencia corporal y mental. La injerencia del instinto y pulsión sexual, afecta la Psicoteología, porque se aferra fuertemente al conocimiento natural, sin trascender al conocimiento espiritual y en contraste con el conocimiento del orden celestial de Dios. Hay una emancipación en el sentido deliberado de salir de la sujeción del Creador y negar su existencia, para afirmar un derecho humano de hacer lo que se quiera libremente, con desacato, precipitación y ruina espiritual, sin tomar en cuenta la voluntad de Dios:



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“Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, Bien que en oculto fui formado, Y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas. ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos!” (Salmos 139.13 al 17 – RVR60).

¿Cuál es la tensión psicoteológica sufrida por el ser humano desde su existencia? La respuesta es la lucha entre la intemporalidad y la temporalidad, de lo que no es eterno sino que pasa con el tiempo: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón: Pruébame y reconoce mis pensamientos: Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno” (Salmos 139.23 al 24 – RVR1909). En este pasaje el evaluar y dirigir a Dios la expresión pruébame y conoce mis pensamientos, es Psicoteología, la alusión al camino de la perversidad es la temporalidad, porque es contraria a la guía hacia el camino eterno, que es la intemporalidad. Entonces, ¿cuál es la estrategia de la temporalidad para imponerse ante la intemporalidad? Sobre esta base, la clave estratégica radica en la “Distracción con Dispersión”, especialmente para apartar y desunir de la vida virtuosa ordenada a Dios. Está escrito: “El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, derrama… Y cualquiera que hablare contra el Hijo del hombre, le será perdonado: mas cualquiera que hablare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo, ni en el venidero. O haced el árbol bueno, y su fruto bueno, ó haced el árbol corrompido, y su fruto dañado; porque por el fruto es conocido el árbol” (Mateo 12.30 al 33 – RVR1909).


En el principio la serpiente astuta crea una distracción con dispersión en Adán y Eva, porque confunde y desorienta



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el enfoque hacia Dios: “… ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?” (Génesis 3.1 – RVR1909). Además, desenfoca el análisis acertado de diferenciar y discernir entre temporalidad e intemporalidad: “Entonces la serpiente dijo á la mujer: No moriréis” (Génesis 3.4 – RVR1909). Lo que pasa es que el ser humano prefiere y pretende vivir la buena vida del presente, porque tiene la seguridad de la existencia actual, pero pierde el horizonte e interés en la vida venidera, que por el momento de ninguna manera tiene constancia de la existencia de la misma, hasta que se presencie el tiempo de la resurrección de los muertos y el juicio final ante Dios. En el principio Adán y Eva tienen clara la instrucción o conocimientos adquiridos: “Y la mujer respondió á la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto comemos; Mas del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, porque no muráis” (Génesis 3.2 al 3 – RVR1909). Este asunto de la muerte tiene muchas aristas, en el nivel de dificultad de noción de muerte corporal, física o material, muerte espiritual o muerte intemporal. Por ejemplo, las personas que se encuentran con muerte espiritual por su práctica de maldad y pecado. Las cuestiones espirituales asociadas al sentido figurado, representativo o simbólico, tiene problemas de apreciación e interpretación en algunos por el significado que corresponde:

“De cierto, de cierto os digo, que el que guardare mi palabra, no verá muerte para siempre. Entonces los Judíos le dijeron: Ahora conocemos que tienes demonio. Abraham murió, y los profetas, y tú dices: El que guardare mi palabra, no gustará muerte para siempre. ¿Eres tú mayor que nuestro padre Abraham, el cual murió? y los profetas murieron: ¿quién te haces á ti mismo? Respondió Jesús: Si yo me glorifico á mí mismo, mi gloria es nada: mi Padre es el que me glorifica; el que vosotros decís que es vuestro Dios; Y no le conocéis: mas yo le conozco; y si dijere que no le conozco, seré como vosotros mentiroso: mas le conozco,


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y guardo su palabra. Abraham vuestro padre se gozó por ver mi día; y lo vió, y se gozó. Dijéronle entonces los Judíos: Aun no tienes cincuenta años, ¿y has visto á Abraham? Díjoles Jesús: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy. Tomaron entonces piedras para tirarle: mas Jesús se encubrió, y salió del templo; y atravesando por medio de ellos, se fué” (Juan 8.51 al 59 – RVR1909).

El factor anatómico, fisiológico, patológico y psicológico está integrado como ser humano, en su aspecto natural, pero la espiritualidad de ninguna manera está implícita, sino, por el contrario, se completa con el conocimiento y práctica de principios y valores, según el comportamiento y conducta, tanto desde la colectividad como en el nivel individual. Por esta razón se moldea la personalidad de la infancia en su actitud, carácter, ego y control del temperamento, para su afectividad, apego, emociones, sensibilidad, sentimientos y voluntad, en el sentido contrario o a favor del respeto y reverencia a la consagración y santidad a Jesucristo y a Dios Padre como Creador. Lo que pasa es que el juicio subjetivo de la persona, desde la perspectiva de su propia experticia e interpretación, es maleable, o sea, se puede malear, por la influencia externa que aprovecha la inocencia interna de la condición del infante. Este daño, para echar a perder o pervertir a las nuevas generaciones, se pretende de forma planeada y sistemática, desde desarticular el núcleo familiar, hasta la infiltración del adoctrinamiento escolar, con el apoyo de un sector gubernamental o político, exigido y presionado por entes internacionales, tanto abiertamente, como muy astutamente y sutilmente. Por ejemplo, la indiferencia del ser humano, ante el flagelo abortista que impunemente practica un genocidio de millones de vidas humanas, ya sea ilegal o legalmente. Quienes están en la condición de cigoto, embrión o feto, están indefensos ante un acto de criminalidad, a manera del asesinato a sangre fría, que con la interrupción de la vida afecta a millones de inocentes sin nacer cada año.



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Se presenta el mundo contra su Creador, a través de la ausencia de coherencia y racionalidad hacia Dios. Inclusive con la autorización y complacencia de las mismas madres, que a manera de femicidio ampliado, matan a sus propias hijas que están por nacer. A pesar de las defensas y luchas de las mismas mujeres, impiden el nacimiento de sus mujeres, con la insistencia del aborto ilegal y legal. Este clamor y la maldad de la cultura e ideología de muerte han llegado hasta el Creador, de manera que las consecuencias cada vez se incrementan con el Calentamiento Global y la evolución de los virus en agresividad y mortalidad después de muchas cepas o variantes. Dios reivindica su legitimidad como Creador, para demostrar su poder en el orden mundial. La moral humana para los creacionistas está claramente definida y determinada por un Ser Superior, la presunción de la legislación moral en las naciones están creando una confusión tal, que al parecer ahora se pretende una igualdad, pero con las declaratorias de legalidad y su penalización diferenciada, se contradice cuando el concepto de asesinato u homicidio ya no es el mismo, ni aplica igual para todo ser humano, ya que se da a entender que la vida de unos vale menos que en el caso de otros, según el sexo o el no nacido.


El respeto a la vida humana es inalienable e inviolable sin distinción de edad o sexo. Este derecho a la vida desde la concepción y en todo el proceso de gestación, ya sea en la condición de cigoto, embrión o feto merece protección y respeto. El tipo de legislaciones nacionales, que llaman salud reproductiva de la mujer en relación con la legitimación del aborto, confirma la gran confusión y la doble moral que impera en el mundo actual. Se pretende inculcar y legitimar en las nuevas generaciones el aborto como una normalidad psicosocial aceptada. Entonces se pierde el respeto a la vida desde su inicio y se le considera al ser humano como un producto desechable. Por otra parte, la confusión es tan grave que se destruye la definición de familia, ahora un ser humano que nace con sexo masculino, por ideología de género se le convierte mental y psicológicamente en madre y mujer. El



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mismo femicidio ya no es contra la mujer, sino contra los mismos hombres que cambian de género en nuevas mujeres. Prevalece históricamente el predominio del hombre sobre la mujer, como un problema sistemático, porque ya no es cultural y social, mediante el machismo y patriarcado, sino que en forma camuflada los mismos hombres ahora se convierten en mujeres para tener el dominio. Esto se presenta en los deportes como distorsión social, cuando las mujeres que eran de sexo masculino se imponen deportivamente a las mujeres de nacimiento. Esta clase de decisiones afectan la integralidad de las áreas: emocional, física, mental y social, porque cada una se complementa a las demás, pero en el caso del ámbito espiritual, el tipo de decisión determina la ausencia o presencia de la espiritualidad y del pudor sincero.


El mundo requiere reformular acciones asequibles para encontrar otros ángulos de investigación científica del bien y del mal, acerca del conocimiento y dimensión espiritual que trasciende en el nivel celestial. Jesucristo es la Palabra, es la codificación y decodificación del único lenguaje celestial, en la Psicoteología necesaria para el comportamiento y conducta, que trasciende a la salvación del mundo actual y para la vida eterna venidera. Por ejemplo, en relación con la costumbre y práctica del pecado, el que se mantiene en los recuerdos o traumas del pasado sin superar, no avanza en mejorar su vida presente, siempre hay que mirar hacia adelante, sin quedar atrapado en lo que no construye ni edifica. Algunos consideran como un requisito importante la programación neurolingüística en las personas, para sentar las bases muy fuertes de respeto y responsabilidad en principios y valores. Así la modificación del pensamiento que refleja la práctica de los hábitos, de acuerdo con la comunicación y percepción, de un determinado comportamiento y conducta humana. En la medida que cambian los individuos, el cambio se muestra en lo colectivo, de manera que cuidar lo que se aprende y se escucha como infante y joven, en las nuevas generaciones, sus mentes experimentarán la aceptación y confirmación o la consecuencia del rompimiento de las reglas de orden divino.



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3) INFLUENCIA BIOLÓGICA Y FISIOLÓGICA


La dirección que damos a nuestra atención, además de la influencia debido al enfoque personal, es pertinente con el propio estado de alerta y la relación reticular del cerebro, de la red neuronal y sus conexiones de circuitos en cada una de las percepciones, acerca de lo que consideramos principal en la vida para nuestras multi-dimensiones. La concienciación y confianza en evaluar la información, que es indispensable en la educación, estudio, preparación y saber escuchar, para la innovación del entrenamiento y formación cognitiva referente a la salud cerebral. El pensamiento y reflexión, con una red neuronal integrada, capaz de ser potencializada por el hábito de concienciación, ecuanimidad, esperanza, mansedumbre, meditación, oración, paciencia, pacificación, relajación, salud mental, serenidad y temperancia, desde la niñez hasta la vida adulta, controla la personalidad impulsiva con la fuerza de voluntad, mediante la madurez durante toda la vida. Algunos teorizan como proyección, un mecanismo de defensa mental; que el primer reflejo en la niñez se presenta desde el vientre. Esto permea el pensamiento, ya sea negativo o positivo desde el desarrollo y formación, que luego en su convivencia con los demás, se refleja en otra persona su propia condición interna, según la experiencia vivida en la formación en el vientre y sus reacciones emocionales. Al parecer esto atañe a la memoria del proceso de formación, se involucran la amígdala cerebral, corteza cerebral prefrontal, almacenamiento y procesamiento.


En relación con lo que llaman estimulación temprana y la programación neurolingüística, para mejorar la percepción y calidad de vida, recordemos las palabras de nuestro Señor Jesucristo: “Y Jesús dijo: Dejad á los niños, y no les impidáis de venir á mí; porque de los tales es el reino de los cielos” (Mateo 19.14 – RVR1909). Hay que infundir en los infantes y



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jóvenes, estado de ánimo, motivación y sentimiento al respeto y reverencia a la sola Soberanía de Dios Padre, representado en el reino del Dios de los cielos. Además de la Supremacía de Jesucristo sobre la creación y todos los seres credos, debido a su autoridad, preeminencia y superioridad jerárquica, ante el séquito celestial y los seres humanos, aunque hay quienes convierten la libertad de Cristo en un libertinaje desenfrenado de carnalidad y pecado: “Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo” (Judas 1.4 – RVR60). El Apocalipsis o Revelación menciona lo siguiente al respecto:

“Y de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y príncipe de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos ha lavado de nuestros pecados con su sangre, Y nos ha hecho reyes y sacerdotes para Dios y su Padre; á él sea gloria é imperio para siempre jamás. Amén. He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra se lamentarán sobre él. Así sea. Amén” (Apocalipsis 1.5 al 7 – RVR1909).

El conocimiento es poder, pero también la palabra es poder, por esta razón Jesucristo es Conocimiento y Palabra. Mientras que el mundo infiel se encuentra inmerso en la arrogancia, confusión, distracción, ignorancia y subversión moral, lo más importante y urgente en los tiempos actuales, es el aprendizaje y educación en Jesucristo y su evangelio. Esto representa la acción de escapar por tu vida, o sea, equivale a guiarse con un pensamiento crítico y la perspectiva proactiva en la sola personalidad de Jesucristo, requerida para asumir e imitar ante la presente situación de crisis moral. La educación en Jesucristo nos lleva de lo espiritual a lo celestial. El enfoque en Cristo nos produce un cambio de



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mentalidad y personalidad, porque Jesucristo nos inculca la tendencia personal de ver el aspecto más favorable de la vida, como está claramente definido en la caracterología cristiana, ya que se alcanza apropiar y empoderar en los frutos del Espíritu Santo. Se logra con esto un cambio y transformación colectiva e individual. Mediante Jesucristo se adquiere el conocimiento celestial, por consiguiente el poder soberano de la palabra de Dios, es la metodología de principios y valores, para el dominio propio que lleva a la salvación y vida eterna.

¿Cuál es la influencia biológica y fisiológica predispuesta en relación con el ánimo adquirido y según el aprendizaje y la educación? Así como en el caso de la objeción de conciencia, que es innata al ser humano y una condición de la psique, inalienable e irrenunciable, sin la posibilidad de censurar o transferir, es indispensable la razón moral propia y subjetiva, que es determinante para las prácticas conductuales. Según el estudio e investigación bíblica en relación con el modelo de vida ejemplar, el objetor de conciencia principal es Jesucristo, su ley de principios, valores y virtudes está muy vigente y tiene trascendencia universal. Se alega que por lo general el ser humano tiene una tendencia a la conducta religiosa y su relación con lo psicosocial en meditación y reflexión, tanto de bienestar físico como psicológico espiritual. La libertad en el consumismo y una vida sencilla, sin el lujo superfluo y sin la ostentación de dinero para vanidades innecesarias, produce una libertad financiera que posibilita la libertad espiritual. Lo que pasa es que las deudas o elementos para la subsistencia, sin una salud financiera adecuada, es una ocupación que es indispensable como dependencia económica para sobrevivir. Pero podría dar ansiedad, depresión, estrés, incertidumbre, inseguridad, preocupación y zozobra, que pueden provocar enfermedades funcionales del sistema nervioso y trastornos psíquicos, descontrol de la ira, desorden de personalidad, disfuncionalidad e inestabilidad emocional, pensamientos irracionales, trastorno del control de impulsos, entre otros. Hay una posibilidad de una meta – neurosis, después de la enfermedad, donde el conocimiento consciente de la mente



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controle y domine los pensamientos, en lugar de que a la persona le afecte lo negativo o el pesimismo, perjudicial en su comportamiento emocional, su condición y estado de salud.

La medicina es una ciencia para conservar la salud y la existencia de la vida. En el caso del aborto, algunos tratan de justificar, como un tema de planificación reproductiva y salud pública, pero no toman en cuenta que se trata de un ser con alma (vida), que no tiene la oportunidad de defender por sí mismo, su derecho indisoluble a la existencia, por disolverse su vida de la madre con la decisión impropia, ante la violenta interrupción de su alma realizada por los abortistas. El alma es la función de respiración combinado con el oxígeno del aire, la sangre misma distribuye el oxígeno a todo el cuerpo. Lo mismo sucede en un cigoto, embrión o feto, en su proceso de recibir oxígeno y sangre de vida, hasta que el neonato llega a respirar por sus propios pulmones. Inclusive en el óvulo hay ciertos niveles de oxígeno en su crecimiento y madurez. Todo esto tiene relación con biología y fisiología micro-celular. Hay dos formas de certificación de la existencia del alma, a saber, las ausencias de oxígeno o de sangre que es alma o vida (Deuteronomio 12.23). Cualquier persona en el mundo, sin excepción alguna, puede proceder a obstruir sus orificios boca - nasal, el resultado es inevitable, la pérdida de la vida, si se desangra llega al grado de morir. El alma es la vida en la persona, por consiguiente el alma es vida y es persona. El oxígeno es espíritu de vida, recibido con el aire y respiración.


Otro aspecto en lo biológico y fisiológico está relacionado con los gametos femeninos y masculinos, ya sea el óvulo o el espermatozoide, que son controlados y regulados mediante el sistema endocrino, que también controla otras funciones del organismo en general. En el caso de la ovogénesis, se trata de los óvulos maduros y la espermatogénesis, es la producción de espermatozoides. Este mismo sistema llamado endocrino, de las glándulas, tiene afectación y relación con el control del estado de ánimo, que deposita cierta composición química de hormonas, en el sistema de circulación de la sangre enviado a



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todo el cuerpo. El hipotálamo y la hipófisis con ubicación en el cerebro, corresponden a un centro de control matriz o principal. El sistema endocrino junto con el sistema nervioso funciona en conjunto con una relación muy cercana, envían información e instrucciones entre células. Algunos procesos hormonales determinan las respuestas conductuales del ser humano y su reacción. Además del estado de ánimo, influye el comportamiento y la conducta. El ser humano puede sufrir cambios de humor, porque las hormonas funcionan como mensajeros químicos, su deficiencia, disminución de niveles hormonales, determinan muchas veces nuestras acciones y respuesta ante situaciones de desmoralización, especialmente presentes en la ansiedad, depresión, desánimo, estrés, ira, nerviosismo y preocupación, que afectan la decisión y valor.

El pensamiento influye en la activación y producción de ciertas hormonas, inclusive algunas que llaman “hormonas de la felicidad”. La mente y pensamiento en lo psicosomático, afecta la personalidad por factores del organismo vinculados a la mente, inclusive hay enfermedades corporales o físicas originadas desde lo psíquico de las facultades mentales. Se dice que el sistema hormonal, nervioso y psicológico influye en lo que llaman el “líbido”, del deseo o placer, por ejemplo, el placer sexual. El exceso desenfrenado termina en la lascivia, la propensión a deleites carnales de la lujuria descontrolada. No obstante, hay una comunicación e información que se relaciona entre el pensamiento humano con el conocimiento procedente de Dios. La comparación y relación entre los mensajeros químicos, que cumplen una función de control y regulación interna en la persona, con el ánimo y motivación, es semejante al efecto provocado por el conocimiento de Jesucristo, como la Luz de la humanidad, al ofrecer un enlace de lo celestial en su trayecto hasta la mente y pensamiento humano. Jesucristo es el mensajero celestial, que con su educación y formación se cimenta la enseñanza de principios y valores, que fortalecen y refuerzan el aprendizaje necesario, para la comunicación, generación del estímulo en la mente, influyente en el comportamiento y conducta que es espiritual.



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La atención y voluntad atraída por los ofrecimientos del mundo, ejerce una influencia cautivadora, que solamente es liberada por la obra magistral de Jesucristo, quien transmite con su enseñanza la inmersión en el conocimiento celestial. Todo el bagaje o caudal de conocimiento religioso asimilado por cada feligrés o miembro eclesiástico, corresponde al tipo de conocimiento espiritual, pero se requiere trascender al conocimiento de Jesucristo para ser verdaderamente libre. Porque Jesucristo es el verdadero objetor de conciencia por excelencia, para combatir e impugnar la práctica de maldad y del pecado. Solo en Cristo se consigue defender la libertad y la razón moral con el respaldo del Hijo de Dios, para impedir imposiciones contrarias a las buenas costumbres, principios valores y las virtudes espirituales, éticas, morales y religiosas. Las señales manifestadas con sus parábolas y las narraciones de sucesos proféticos, tuvieron reaccionarios emocionales en contra, sin escuchar a Dios. Hay un significado resultante de una figura simbólica, para aclarar las verdades morales. Así Dios ha revelado desde la antigüedad: “¿Se tocará la trompeta en la ciudad, y no se alborotará el pueblo? ¿Habrá algún mal en la ciudad, el cual Jehová no haya hecho? Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas. Si el león ruge, ¿quién no temerá? Si habla Jehová el Señor, ¿quién no profetizará?” (Amós 3.6 al 8 – RVR1960).


Jesucristo con su encarnación representa la esencia de lo intemporal, su persona y presencia, explica por convicción el contraste comparando lo intemporal y temporal, sapiencia mostrada mediante sus parábolas. La fuente del conocimiento de Jesucristo es Dios Padre. La precisión del enfoque central, para comprender y entender la interpretación de cada una de sus enseñanzas, se centra en su Persona. Jesucristo es el estándar de la perspectiva, es el centro del universo y el valor decisivo y esencial referido por Dios Padre. El neobiblismo es una nueva especialidad en el análisis, comentario y estudio bíblico, para restaurar el enfoque central de la preeminencia y supremacía de Jesucristo, que retoma el cristocentrismo. La intención primaria es identificar que tanto el séquito celestial



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y los humanos existen, con el propósito del reconocimiento y servicio a la autoridad que es superior en el Hijo, la alabanza, honra, gloria y poder, le es concedida por Dios Padre, según el sentido de la Creación correspondiente a la gratitud al Hijo:

“Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones, que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos” (Apocalipsis 5.11 al 13 – RVR60).

¿Quiénes son los seres humanos intemporales según el ejemplo y modelo de Jesucristo? Los que son guiados con la fuerza y poder del Espíritu Eterno de Dios Padre: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios. Porque no habéis recibido el espíritu de servidumbre para estar otra vez en temor; mas habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos, Abba, Padre. Porque el mismo Espíritu da testimonio á nuestro espíritu que somos hijos de Dios” (Romanos 8.14 al 16 – RVR1909). Esto significa que en el caso de decisión e intención de la persona es determinante entre lo intemporal o temporal. Entonces, ¿Quiénes son los seres humanos temporales? Según la Biblia, encontramos la siguiente respuesta: “y para que seamos librados de hombres perversos y malos; porque no es de todos la fe. Pero fiel es el Señor, que os afirmará y guardará del mal” (2 Tesalonicenses 3.2 al 3 – RVR60). Los humanos temporales son arrogantes en su propia estimación e insolencia contra Jesucristo, es decir, su desvergüenza y orgullo, consiste en ser humanos perversos y malos con desprecio a la fe de y en



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Jesucristo. Por ejemplo, el ángel caído desvirtúa la alabanza al Hijo de Dios, cuando direcciona su potestad de tomar la decisión al rechazar el reconocimiento y Supremacía del Hijo.

Por lo tanto, el ángel caído es la causa u origen de la necesidad de temporalidad de espacio – tiempo, conocido como el universo, entonces, ¿qué es la racionalidad científico espiritual o inteligencia espiritual? Y ¿cuál es la diferencia entre inteligencia espiritual e inteligencia celestial? Hay un examen o valoración retrospectiva en el ser humano, para evaluar su retrospección de la vida espiritual y evocar la memoria celestial. En cierta ocasión Dios insta y provoca a Job, el recordar su propio origen: “¿Dónde estabas cuando yo fundaba la tierra? Házme lo saber, si tienes inteligencia” (Job 38.4 – RVR1909). Encontramos la relación científico espiritual: “¿Quién ordenó sus medidas, si lo sabes? ¿O quién extendió sobre ella cordel? ¿Sobre qué están fundadas sus basas? ¿O quién puso su piedra angular” (Job 38.5 al 6 – RVR1909). Además la dimensión celestial: “Cuando las estrellas todas del alba alababan, Y se regocijaban todos los hijos de Dios?” (Job 38.7 – RVR1909). Los hijos de Dios, o sea, los que son guiados con la energía, fuerza y poder del Espíritu Eterno de Dios Padre, que influyen su voluntad.


La racionalidad científico espiritual tiene relación con la energía, fuerza y poder del Espíritu Santo de Dios en la Creación y los seres creados. A partir de los ángeles caídos se establece una diferencia entre el séquito celestial, en el caso de los ángeles caídos, los ángeles fieles y leales, y los ángeles indecisos. En las preguntas que hace Dios a Job, antes mencionadas, se justifica las afirmaciones para mejorar la comprensión y el entendimiento, con una argumentación de hermenéutica o interpretación de las decisiones correctas espirituales, determinante para las acciones, comportamiento y conducta. En este caso la razón que se expone, procede directamente de Dios, se discurre el entendimiento entre Dios y Job. En nuestro caso entre Dios y el ser humano, de forma científica, espiritual y racional. Esto es científico, recordemos



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que la energía, fuerza y poder tiene relación con la ciencia. Las preguntas y respuestas entre la interacción de Dios con Job, tienen la exigencia de precisión en cada contestación, al raciocinar se alcanza el conocimiento y juicio, con la evidente emanación Divina de certeza y seguridad del conocimiento de Dios, reflejado en nuestra vida corporal y mental. Nuestras acciones, actos o hechos a manera de Job lo demuestran.

La ciencia es conocimiento del razonamiento adquirido a través de la observación, es argumento y demostración. Job testifica su escucha a Dios su Creador, presta atención, medita y reflexiona, ahora identifica y reconoce al observar con la comprensión y entendimiento a Dios: “De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven” (Job 42.5 – RVR1909). ¿Cuándo es que trasciende Job de la racionalidad científico espiritual a la inteligencia que es celestial? Job testifica lo siguiente: “Y RESPONDIO Job á Jehová, y dijo: Yo conozco que todo lo puedes, Y que no hay pensamiento que se esconda de ti. ¿Quién es el que oscurece el consejo sin ciencia? Por tanto yo denunciaba lo que no entendía; Cosas que me eran ocultas, y que no las sabía. Oye te ruego, y hablaré; Te preguntaré, y tú me enseñarás” (Job 42.1 al 4 – RVR1909). Está establecido por Dios Padre, que su Hijo Jesucristo es el Camino de la comprensión y entendimiento del conocimiento celestial y la inteligencia celestial, la preeminencia, plenitud y supremacía sobre todo lo existente, para la gloria y honra de Dios Padre:


“El cual es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda criatura. Porque por él fueron criadas todas las cosas que están en los cielos, y que están en la tierra, visibles é invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fué criado por él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y por él todas las cosas subsisten: Y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia; él que es el principio, el primogénito de los muertos, para que en todo tenga el primado. Por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, Y por


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él reconciliar todas las cosas á sí, pacificando por la sangre de su cruz, así lo que está en la tierra como lo que está en los cielos” (Colosenses 1.15 al 20 – RVR1909).

El Neobiblismo es una nueva interpretación bíblica para volver al sentido original bíblico de Jesucristo como el centro de la ley y de la profecía. El significado de Neobiblismo tiene relación con una escuela, doctrina, movimiento o sistema, de análisis, comentario, estudio e investigación bíblica, pero con la orientación al enfoque exclusivo en Jesucristo. Por ejemplo, acerca de la inteligencia espiritual la Biblia dice: “Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad, en toda sabiduría y espiritual inteligencia” (Colosenses 1.9 – RVR1909). El conocimiento es como la fe, gradual y por medida para cada individuo, por este motivo se dice “llenos del conocimiento de su voluntad”. La Biblia tiene mensajes simbólicos, con un significado interpretativo, para que el entendido logre captar y darse cuenta de la definición del sentido bíblico, sumado a la capacidad de diferenciar el discernimiento razonable del discurrir y reflexionar de Dios.


En un pasaje, Jesucristo declara lo siguiente: “Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos. Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido” (Mateo 18.10 al 11 – RVR60). Estos pequeños, son como niños, con inocencia, sin maldad y sin pecado, sin embargo, son ángeles indecisos que vienen como seres humanos, pero los ángeles que mantuvieron sus dignidades fieles y leales al Hijo, son los que ven siempre el rostro del Padre en la morada celestial. En el caso del ser humano el verdadero faro de luz en el mundo es Jesucristo.


Acerca de los ángeles caídos la Biblia dice al respecto:


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“Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día; como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno” (Judas 1.6 al 7 – RVR60).

Entonces, Jesucristo de ninguna manera vino a salvar a los ángeles caídos, sino a los ángeles que con su indecisión se habían perdido, para que llenos del conocimiento, con toda sabiduría e inteligencia espiritual, reciban guía u orientación de vida consciente, con la decisión de la siguiente manera:


“para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad; con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados” (Colosenses 1.10 al 14 – RVR60).

Ahora bien, ¿qué tiene que ver todo este análisis con la Psicoteología? La relación está en lo que llamamos “neuronas” y sus procesos biológicos, eléctricos y químicos. Toda la estructura del sistema nervioso y su conexión con el encéfalo y la médula espinal, influye la forma de actuar, conducta, el pensamiento para la voluntad y la toma de decisiones. En relación con la naturaleza, las neuronas contribuyen con la consciencia del entorno a la persona, en relación con Dios ayudan en el proceso de reconocimiento del llamamiento de



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Dios. Aquí es donde interviene la sabiduría e inteligencia de lo espiritual, la luz que nos libra de la potestad de las tinieblas. La ciencia de las neuronas es coadyuvante a la fe, en la convicción, determinante y explicativa de muchas funciones indispensables para la consecución de la fe, específicamente en la fuerza y vigor de la mentalidad espiritual, en relación con la actividad y capacidad mental para una calidad de vida espiritual. Algunos especialistas teorizan acerca del resultado de la sensación de bienestar, según las prácticas de liturgia, meditación, oración y reflexión, además del beneficio de las lecturas motivacionales, la confianza y fortaleza generada por las promesas del mensaje o palabra de Dios, en el crecimiento y desarrollo del proceso espiritual con trascendencia celestial.

El sistema nervioso central y periférico, con toda la red de nervios corporal, influye el comportamiento, pensamiento y los sentimientos, por consiguiente, nuestra disposición conductual, que se manifiesta con la actitud, carácter, ego, emoción, forma de ser y temperamento, porque determina la reacción de la persona y su interacción externa con otras personas. Una misma situación, para alguno podría consistir en una tentación placentera, mientras que para otra persona podría ser una tentación repulsiva. La fe de la persona podría ser afectada de acuerdo con su grado o nivel de conocimiento, sabiduría e inteligencia espiritual. Además de su competencia psicosocial y la habilidad socioemocional con la inteligencia emocional. La Biblia menciona el origen de la fe en nuestras vidas, ya que fe y espiritualidad se combinan en lo interno de la personalidad: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Romanos 10.17 – RVR60). Algunos creen en la existencia funcional del “Cerebro Religioso”, otros en el gen o neurona religiosa, con estudios realizados en la corteza prefrontal, le han llamado neurociencia de la espiritualidad o neuroteología. También es importante el tipo de alimentación y nutrición para los neurotransmisores, el sistema nervioso y el cerebro en general, el beneficio de los ácidos grasos Omega 3, que son esenciales y obtenidos de frutos secos, el pescado y de ciertas semillas comestibles y nutritivas muy saludables.



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4) LA PREDISPOSICIÓN GENÉTICA


La Psicoteología considera la fe que es revelada. Hay una transmisión hereditaria general de una predisposición, tanto genética como neurológica que se encuentra inactiva o inerte en todo ser humano, sumado a la función del temperamento, que se activa como detonante para descubrir y despertar el llamamiento de Dios en la humanidad. Esto corresponde a una determinada función psicoteológica de activación del cerebro, según el llamamiento: “prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3.14 – RVR60). Hay dos palabras de suma relevancia, ciencia e inteligencia, según Jeremías se dice: “Convertíos, hijos rebeldes, dice Jehová,… Y os daré pastores según mi corazón, que os apacienten de ciencia y de inteligencia” (Jeremías 3.14 al 15 – RVR1909). Hay un conmover del llamamiento de Dios, una interconexión neuronal de la neurociencia y el proceso de activación de la fe, para una mejor percepción cognoscitiva del ser interior, en la medida de la fe se determina el grado de relación íntima capaz de conocer y practicar su voluntad.


Según el contenido de conocimiento y temor de Dios en la persona, así influye el grado o nivel de respeto y reverencia hacia sí mismo, como persona con dignidad, o en relación con el entorno y convivencia correspondiente con otras personas a su alrededor. Entonces dependiendo de la afectividad en la función cerebral del sistema límbico, así es la reacción en las emociones y su efecto en el comportamiento espontáneo y reactivo. El hipocampo en el cerebro y el sistema límbico en general, tienen una gran relación y vínculo con lo anímico, emociones, memoria y recuerdos. También desempeñan un papel muy importante las hormonas, para las funciones y procesos, entre el cerebro y los diversos órganos corporales, las cuales hay para bienestar mental, cognitivas, crecimiento,



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desarrollo, metabolismo, sexualidad, entre otras. El sistema límbico y ciertas reacciones fisiológicas, manifestadas en lo conductual, se presentan según ciertos estímulos específicos del afecto y de la sensibilidad, se involucran entre otras implicaciones, las emociones y la relación con la sexualidad.

El primer amor genuino a Dios, es la primera impresión de emoción, al percatar de la existencia de Jesucristo en nuestras vidas. La capacidad, empoderamiento y potencial de controlar, dominar y manejar las emociones, nos posibilita una mejor toma de decisión y relación en Cristo. Las acciones humanas provocan conductas reactivas, el empoderamiento del Espíritu Santo facilita las reacciones positivas, según el estudio de las ciencias bíblicas y de las ciencias espirituales, inclusive estudios realizados dentro de las ciencias sociales, acerca de los principios y valores que determinan e impulsan la mejor reacción de convivencia entre las personas, para decisiones espontáneas con medida de cordura, prudencia y responsabilidad. Lo que llamamos “inteligencia emocional” es demostración de madurez y sensatez de valores intrínsecos.


El conflicto, controversia y debate entre los crédulos e incrédulos, ateos y creyentes, corresponde a un pensamiento dualista, entre si Dios es el Creador del ser humano o si el ser humano para justificarse a sí mismo, fue el que creó sus propios dioses (politeísmo): “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!” (Romanos 10.14 al 15 – RVR60).


En relación con las inteligencias, no basta solamente de una eficiente inteligencia afectiva o de inteligencia emocional, sino que se requiere absolutamente y definitivamente de la combinación de ambas, junto con otra inteligencia espiritual, para ser peregrinos hacia la patria celestial: “… Mas ahora es manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el



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cual quitó la muerte, y sacó á la luz la vida y la inmortalidad por el evangelio” (2 Timoteo 1.9 al 10 – RVR1909). ¡Cuidado la vida es una trampa, para caer mal ante Dios! ¡No caigas en la trampa de la vida! Antes de los tiempos de los siglos, es antes de la creación del espacio – tiempo universal, por esta razón somos los ángeles indecisos que requerimos espiritualmente una decisión definitiva, ya que seremos transformados como ángeles decididos en la luz de la vida con la inmortalidad.

La conciencia analítica y crítica en nuestro ser interior, nos confirma que en el principio Dios crea el espacio – tiempo universal, luego crea la combinación de energía al crear los cielos y de la materia al crear la tierra: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Génesis 1.1 – RVR60). Se establece un orden. El tercer cielo representa la dimensión de Dios del conocimiento y energía celestial, el segundo cielo es la energía y materia universal de todo lo creado. Por último el orden del primer cielo bajo las capas de nuestra atmósfera terrestre, al parecer que son mayormente con las composiciones químicas de Nitrógeno y Oxígeno. La Biblia dice: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos” (Salmos 19.1 – RVR60). ¿Qué sucede con Adán, Eva y el ángel caído en el huerto del Edén? Se presenta una disidencia y separación entre la conducta y la creencia, mediante una estratagema que implica los órganos del cerebro y el corazón: “Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido” (Romanos 1.20 al 21 – RVR60). ¿Razonado?


La estratagema de la serpiente antigua fue con la astucia y fingimiento, llevar a cabo el engaño y mentira, con el ardid del artificio de introducir discordia y cizaña, para enmarañar o entretejer el pensamiento (cerebro), junto con las emociones y sentimientos entrañados en profundidad en el ser humano



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(corazón): “EMPERO la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo á la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?” (Génesis 3.1 – RVR1909). El efecto logrado como consecuencia en el cerebro y corazón del ser humano fue el siguiente: “Y vió la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable á los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dió también á su marido, el cual comió así como ella” (Génesis 3.6 – RVR1909). La Biblia dice: “Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo” (2 Corintios 11.3 – RVR60). El presente libro utiliza como particularidad la repetición de versículos claves para su reiteración didáctica.

El siguiente texto destaca la relación entre el cerebro y el corazón, con el pensamiento, emociones y sentimientos manifestados en el amor hacia y proveniente de Cristo, con la incidencia en nuestro ser interior (el subrayado es nuestro):


“Que ya no seamos niños fluctuantes, y llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que, para engañar, emplean con astucia los artificios del error: Antes siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todas cosas en aquel que es la cabeza, a saber, Cristo; Del cual, todo el cuerpo compuesto y bien ligado entre sí por todas las junturas de su alimento, que recibe según la operación, cada miembro conforme á su medida toma aumento de cuerpo edificándose en amor. Esto pues digo, y requiero en el Señor, que no andéis más como los otros Gentiles, que andan en la vanidad de su sentido. Teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón: Los cuales después que perdieron el sentido de la conciencia, se entregaron á la desvergüenza para cometer con avidez toda suerte


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de impureza. Mas vosotros no habéis aprendido así á Cristo: Si empero lo habéis oído, y habéis sido por él enseñados, como la verdad está en Jesús” (Efesios 4.14 al 21 – RVR1909).

Este pasaje menciona a quienes viven dominados por la vanidad de sus mentes, con el entendimiento entenebrecido, o sea, los que son muertos en vida que aunque están vivos, se encuentran inconscientes, sin comprender ni saber para qué es la vida espiritual y su proceso de trascendencia celestial. Semejante a una muerte neurológica espiritual, sin el oxígeno y la sangre vital, que es representa simbólicamente en Cristo. Así, la muerte física del ser humano consiste en la ausencia de espacio, materia y tiempo, en un cerrar y abrir de ojos, es inmediato a la resurrección con cuerpo transformado en la Segunda Venida de Jesucristo, o con el mismo cuerpo carnal y mortal aferrado a lo terrenal, para juicio final y condenación a la destrucción eterna. Mientras tanto, antes de la Segunda Venida de Jesucristo, el espacio, materia y tiempo es para los que están vivos, de ninguna manera para los que están muertos en espera de la resurrección, porque el muerto nada sabe ni es consciente ni presencial de lo que sucede entre los que están vivos: “Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido. También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol” (Eclesiastés 9.5 al 6 – RVR60).


En relación con la expresión: “conforme a la verdad que está en Jesús”, precisamente Jesucristo dijo lo siguiente: “Y Jesús le dijo: Sígueme; deja que los muertos entierren á sus muertos” (Mateo 8.22 – RVR1909). La muerte espiritual tiene una relación con la condición de ausencia de espiritualidad consciente. Hay muerte espiritual y muerte corporal, física o fisiológica. En la muerte del cuerpo se implica las funciones vitales cardiorrespiratorias junto con todas las funciones del encéfalo, sistemas circulatorio y nervioso. Es la pérdida de las



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funciones biológicas y orgánicas propias del individuo frente a la capacidad de las actividades conscientes con su entorno, hábitat específico y medio ambiente en general. Las funciones neurológicas y su contenido de la conciencia desempeñan un papel primordial, en el caso de la muerte espiritual como si es física. También la muerte espiritual puede presentarse como un proceso gradual, según se da cabida al mal, inclusive en aquellos que lo permitan, aunque pretendan obedecer y servir a Dios, pero con infidelidad. Jesucristo ofrece la equidad y equilibrio de paz, serenidad, tranquilidad, con la confianza a plenitud en la libertad de Dios, contrario a las demandas y ofertas decepcionantes, que incluyen el uso del cuerpo y mente ofrecido por el mundo. En la lucha contra la maldad y el pecado, podemos ser personas extraordinarias de calidad avanzada, en la innegable consagración de la paz y santidad:

“Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales” (1 Timoteo 6.3 al 5 – RVR60).

La piedad es el amor y apego sentimental al respeto y reverencia de la consagración y santificación a nuestro Dios. La capacidad de análisis, pensamiento y reflexión que es de criterio propio, pero versado en el contenido consciente de la voluntad de Dios, refuerza la combinación del estado de la fisiología con los cimientos biológicos manifestados en las acciones según lo psíquico que agrada a Dios. Por ejemplo, la fisiopatología del temperamento, influye en la percepción de discernimiento y prudencia consciente, que es reflejada en lo conductual. Se conjuga lo biológico, fisiológico y lo psíquico.



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La particularidad de cada individuo es determinada por su predominio fisiológico y psicosocial. El ser espiritual es un ser advertido y juicioso a cabalidad, con la completa comprensión y entendimiento, para actuar con perfecto conocimiento, sin dejarse cegar por el arrebato de la pasión irracional: “Pero éstos, hablando mal de cosas que no entienden, como animales irracionales, nacidos para presa y destrucción, perecerán en su propia perdición, recibiendo el galardón de su injusticia, ya que tienen por delicia el gozar de deleites cada día. Estos son inmundicias y manchas, quienes aun mientras comen con vosotros, se recrean en sus errores” (2 Pedro 2.12 al 13 – RVR60). Aquí dice que los que son nacidos para presa y destrucción, perecerán en su propia perdición. ¿Cuánto afecta la predisposición genética en cada individuo? Afecta la predisposición al vicio. ¿Habrá una preponderancia genética que incline la balanza en la dualidad de pensamiento? “… ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra” (1 Reyes 18.21 – RVR1909).

El ser humano es corruptible o es perfectible, según el camino y dirección de dualidad de pensamiento que siga. En el caso de la facultad para distinguir lo que es el bien del mal y diferenciar entre lo falso y verdadero, es una acción efectiva de juzgar, con cordura y sensatez. Hay un propósito y sentido lógico congruente, el debido pensamiento coherente y la vida espiritual con sentido común del modo de actuar y pensar:


“… Porque no los oidores de la ley son justos para con Dios, mas los hacedores de la ley serán justificados. Porque los Gentiles que no tienen ley, naturalmente haciendo lo que es de la ley, los tales, aunque no tengan ley, ellos son ley á sí mismos: Mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio juntamente sus conciencias, y acusándose y también excusándose sus pensamientos unos con otros;…” (Romanos 12.12 al 16 – RVR1909).


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De acuerdo con el corazón, conciencia, pensamiento y razonamiento, se determinan las acciones y hechos secretos de los seres humanos, que rendirán cuentas a Dios según el ejemplo y modelo de vida de Jesucristo, es decir, la medida, parámetro o regla de referencia es Jesucristo, que cautiva los pensamientos para sí mismo: “Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne. (Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas;) Destruyendo consejos, y toda altura que se levanta contra la ciencia de Dios, y cautivando todo intento á la obediencia, de Cristo; Y estando prestos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia fuere cumplida” (2 Corintios 10.3 al 6 – RVR1909). La mención de la carne en específico se refiere que la vida es corporalmente o físicamente, pero sin practicar el pecado, no es mediante la casta, etnia, familia, linaje o tribu, sino según la energía, fuerza y poder del Espíritu Santo de Dios, que es demostrado por la vida obediente y práctica de Jesucristo. Es Jesús quien revela la verdad. Así el principio de la vida está en Jesucristo.


Ahora bien, volviendo al análisis acerca de los muertos en vida, o sea, los muertos que son espiritualmente. ¿Cuál es la relación con la sangre? La Biblia dice: “Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén” (Hebreos 13.20 al 21 – RVR60). En la actualidad hay grandes avances en el conocimiento de la estructura celular y los tipos de células que contiene el ser humano, por ejemplo, las células sanguíneas que transportan oxígeno de los pulmones al resto de tejidos corporales, además de devolver el dióxido de carbono para su expulsión mediante los pulmones. Hay respiración celular y respiración pulmonar. La sangre lleva nutrientes a todo el cuerpo, ayuda a purificar y a las defensas de todo el organismo. El plasma de la sangre entre su composición líquida mayormente contiene agua. La



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simbología de las ciencias bíblicas y teológicas concuerda en dar una representación o significado al agua y a la sangre como purificadores, en el sentido de limpiar la imperfección e impureza. Ambos simbolismos también representan vida.

Un pasaje menciona lo siguiente: “Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan” (1 Juan 5.8 – RVR60). En cierta ocasión se presenta la siguiente situación con Jesucristo: “Mas cuando vinieron á Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas: Empero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y luego salió sangre y agua. Y el que lo vió, da testimonio, y su testimonio es verdadero: y él sabe que dice verdad, para que vosotros también creáis” (Juan 19.33 al 35 – RVR1909). Entonces, así como hay muerte espiritual hay vida espiritual en Jesucristo: “¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Este es Jesucristo, que vino por agua y sangre: no por agua solamente, sino por agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio: porque el Espíritu es la verdad” (1 Juan 5.5 al 6 – RVR1909). El agua y la sangre son los símbolos de la vida en Cristo, que purifica nuestras vidas mediante la fe en y de Jesucristo:


“Mas ahora, sin la ley, la justicia de Dios se ha manifestado, testificada por la ley y por los profetas: La justicia de Dios por la fe de Jesucristo, para todos los que creen en él: porque no hay diferencia; Por cuanto todos pecaron, y están distituídos de la gloria de Dios; Siendo justificados gratuitamente por su gracia por la redención que es en Cristo Jesús; Al cual Dios ha propuesto en propiciación por la fe en su sangre, para manifestación de su justicia, atento á haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, Con la mira de manifestar su justicia en este tiempo: para que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús” (Romanos 3.21 al 26 – RVR1909).


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La muerte corporal o física, es la ausencia de espacio, materia y tiempo: “Todo lo que te viniere á la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el sepulcro, adonde tú vas, no hay obra, ni industria, ni ciencia, ni sabiduría” (Eclesiastés 9.10 – RVR1909). Tampoco hay conciencia ni consciencia: “Vuélvete, oh Jehová, libra mi alma; Sálvame por tu misericordia. Porque en la muerte no hay memoria de ti; En el Seol, ¿quién te alabará?” (Salmos 6.4 al 5 – RVR60). La muerte es como un dormir sin sueños: “Mira, respóndeme, oh Jehová Dios mío; Alumbra mis ojos, para que no duerma de muerte” (Salmos 13.3 – RVR60). La muerte es un dormir sin existencia: “¿Y por qué no quitas mi rebelión, y perdonas mi iniquidad? Porque ahora dormiré en el polvo, Y si me buscares de mañana, ya no existiré” (Job 7.21 – RVR60). La muerte es un dormir sin conciencia ni consciencia, de la existencia del espacio, masa o materia y tiempo: “Mas el hombre morirá, y será cortado; Perecerá el hombre, ¿y dónde estará él? Como las aguas se van del mar, Y el río se agota y se seca, Así el hombre yace y no vuelve a levantarse; Hasta que no haya cielo, no despertarán, Ni se levantarán de su sueño” (Job 14.10 al 12 – RVR60). Así, en el caso de la muerte espiritual, tampoco hay conciencia ni consciencia que es de lo espiritual.


¿Qué pasa con los seres humanos en formación, en la condición o estado de cigoto, embrión o feto? El cigoto ya ocupa un espacio, materia y tiempo a nivel celular, con el proceso de respiración celular que es vital desde su gestación. Es primigenio como originario en el tiempo de la existencia de la vida humana. Además recibe la nutrición y oxigenación mediante la sangre, así como funciona con el resto de células y tejidos corporales. La principal característica del cigoto es que es cognoscible, o sea, conocible, porque se puede conocer y reconocer su existencia inicial como un ser, la esencia o naturaleza primera o primitiva de la presencia en humanidad, que solamente existe con la unión de las células sexuales femenina y masculina, del óvulo y espermatozoide, junto con sus componentes nutritivos para la formación del embrión. La existencia o ser, inicia desde el cigoto como un nuevo ser



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humano desde su gestación. La fusión de los gametos para dar vida al cigoto, es determinante para la personalidad del nuevo ser, porque según el gameto femenino y masculino, así son las características únicas y personales iniciadas desde el cigoto y que pasan, crecen y se desarrollan en el embrión y feto como un solo proceso de formación. De manera que la herencia genética de cierto conjunto de caracteres de los gametos, es transmitida desde el cigoto como parte del ser de los progenitores. La presencia humana inicia con el cigoto.

Nuevas investigaciones y avances en el conocimiento de la estructura de lo celular y de la genética, han aportado la trascendencia de los genes en el reconocimiento y visibilidad de la personalidad, además de los cromosomas, componente del núcleo de la célula con el contenido de los genes, según los filamentos proteicos que cambian de aspecto y formas, de acuerdo a la especie del género humano. La relación con el Ácido DesoxirriboNucleico conocido como el ADN, sustancia específica del grupo prostético de nucleoproteínas. Aunque el ADN se encarga de transmitir los caracteres hereditarios y el cigoto tiene carga hereditaria de los padres, el cigoto es considerado un nuevo individuo independiente de sus padres, como un nuevo ser con sus propias características (personal).


El ADN cumple una función, tanto biológica y genética específica, que es portador del código genético, ubicada en la cromatina del núcleo celular o material cromosómico que contiene los genes, pero hay otro ácido nucleico, llamado ARN o ácido ribonucleico, que además del núcleo de la célula, se encuentra en el citoplasma y nucléolo, para la síntesis de las proteínas, sustancia fundamental para el funcionamiento y estructura celular. Esto es, la vida está indispensablemente relacionada con ciertos componentes o compuestos vitales, como carbono, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, solubles en agua y catalizadores biológicos como las enzimas, entre otros.


El cigoto humano, su condición, contenido e información biológica y genética lo constituye un ser vivo desde su inicio,



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con su determinado código fisiológico y psicológico que es “in crescendo”, con aumento gradual y progresivo indefinido, porque empieza como cigoto hasta que llega la hora de su muerte corporal, física o fisiológica, cuando se completa todo su proceso natural de la longevidad, excepto en el caso de accidente, incidente premeditado o violento, ya sea un aborto, catástrofe natural, choque de tránsito, eutanasia, guerra, inseguridad ciudadana, suicidio, entre otros. Por lo tanto, el cigoto es vida humana e individuo humano, con el derecho de la oportunidad de escuchar la voz de Cristo en su mensaje salvador. Hay una neurociencia de la fe, recordemos que en la simbología de las ciencias bíblicas y teológicas, se comparan muchos aspectos de la presente vida y de la naturaleza con la interpretación y significado espiritual que lleva a lo celestial.

La cotidianidad de la experiencia y vivencia, según la armonía de la espiritualidad de Jesucristo en nuestras vidas, también es una evidencia científica comprobable de la fe. Se dice que la respiración del oxígeno combinada con la fe de la meditación y reflexión, desempeña un papel preponderante en la espiritualidad. Los símbolos de agua, aire, fuego y tierra han revestido gran importancia. Sumado a otros como la oxigenación y la sangre. Jesucristo en algún momento dijo: “Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna” (Juan 4.13 al 14 – RVR60). Estos elementos mencionados anteriormente son vitales, junto con la luz, para la existencia material o terrenal. ¿Cuál es su comparación o semejanza con la vida espiritual de luz? Jesús dijo lo siguiente al respecto:


“Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer otra


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vez. El viento de donde quiere sopla, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni á dónde vaya: así es todo aquel que es nacido del Espíritu” (Juan 3.5 al 8 – RVR1909).

Además, la Biblia dice: “¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual por el Espíritu eterno se ofreció á sí mismo sin mancha á Dios, limpiará vuestras conciencias de las obras de muerte para que sirváis al Dios vivo?” (Hebreos 9.14 – RVR1909). El agua, oxígeno y sangre, son combinaciones y compuestos necesarios en la depuración, limpieza y purificación del ser humano, tanto para la subsistencia o sustento saludable, indispensable durante la conservación y mantenimiento del diario vivir corporal o físico. En el caso de la vida espiritual, Jesucristo es Luz, representa la acción, palabra y verbo de Dios. Por medio de nuestro Señor Jesucristo se recibe el agua, oxígeno y sangre espiritualmente, para la salvación y vida eterna. Pero, ¿desde cuál etapa de nuestra vida tiene alcance la acción, energía, fuerza e influencia de Jesucristo en nuestro porvenir? Jesucristo dijo: “Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos” (Mateo 19.14 – RVR60). La vida corporal o física es el medio para la manifestación de la vida espiritual.


La etapa del nacido como neonato es imposible sin el proceso de formación desde cigoto. Un ser humano requiere inevitablemente su etapa primera de cigoto y su crecimiento y desarrollo como embrión y feto para llegar a Jesucristo. La individualidad y personalidad del ser humano surge desde cigoto a nivel biológico, celular y genético, su interrupción violenta o voluntaria impide que la persona humana llegue a conocer a Jesucristo, aunque sea conocido por él, según los auténticos valores de Dios. Recordemos el siguiente caso:


“Y uno de los malhechores que estaban colgados, le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate á ti mismo y á nosotros. Y respondiendo el otro,


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reprendióle, diciendo: ¿Ni aun tú temes á Dios, estando en la misma condenación? Y nosotros, á la verdad, justamente padecemos; porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos: mas éste ningún mal hizo. Y dijo á Jesús: Acuérdate de mí cuando vinieres á tu reino. Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo, que hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lucas 23.39 al 43 – RVR1909).

Este convencimiento y demostración de arrepentimiento, conversión y resarcimiento, es gracias a la oportunidad de la vida mediante la gestación. Dios ha posibilitado la eternidad en su reino de la luz de santidad. Inclusive, obsérvese lo que Dios menciona al profeta Jeremías: “Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo: Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones. Y yo dije: ¡Ah! ¡ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño. Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande. No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová” (Jeremías 1.4 al 8 – RVR60). El aborto es impedir la oportunidad de la decisión de un ángel indeciso:


“Porque tú poseiste mis riñones; Cubrísteme en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras: Estoy maravillado, Y mi alma lo conoce mucho. No fué encubierto de ti mi cuerpo, Bien que en oculto fuí formado, Y compaginado en lo más bajo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas. Así que ¬cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! -Cuán multiplicadas son sus cuentas! Si los cuento, multiplícanse más que la arena: Despierto, y aun estoy contigo” (Salmos 139.13 al 18 – RVR1909).


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5) DESDE EL CIGOTO


El cigoto tiene su propia forma corporal humana, con su estructura, código biológico y genético, información completa para su crecimiento, formación y transmisión de la herencia genética, con sus características físicas, ciertas enfermedades con tendencia patológica y el desarrollo de la capacidad del ser interior. Hay una influencia genética de los progenitores, sin embargo, el cigoto da origen a su propia identidad de ADN, cuerpo humano con sus propias características, tanto físicas como mentales, inclusive su propio temperamento. La individualidad y particularidad llega a manifestarse a nivel del carácter, emociones y sentimientos de la persona, porque aunque mayormente se adquiere durante el aprendizaje y el entorno, también hay influencia genética en la forma de ser. Es un ser irrepetible o único, porque con su principio surgen sus propias virtudes innatas, empieza a manifestarse lo que es connatural de su ser. El código o información genética del cigoto posibilita el origen de lo que llaman la huella genética mediante el ADN, que diferencia la identificación de un sujeto de otro. También según el proceso de formación de cigoto, embrión y feto, se presenta el origen de sus huellas dactilares únicas, para distinguir la singularidad de la persona de las demás. Además hay ciertos patrones del iris y la retina del ojo, que nos hace únicos entre toda la humanidad. El cigoto es determinante corporalmente para constituir y estructurar el cuerpo humano desde su proceso inicial de existencia.


El cigoto inicia como una semilla germinada de donde procede la planta, es decir el embrión, que luego en su proceso de crecimiento, desarrollo y evolución es un árbol, que vendría a ser el feto. Un ser humano de ninguna manera nace como neonato si primeramente no se forma como cigoto, embrión y feto. Luego cuando nace solamente se dedica a crecer en estatura y a madurar en conocimiento. La palabra de Dios dice lo siguiente: “Y lo que siembras no es el cuerpo



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que ha de salir, sino el grano desnudo, ya sea de trigo o de otro grano; pero Dios le da el cuerpo como él quiso, y a cada semilla su propio cuerpo” (1 Corintios 15.37 al 38 – RVR60). El cigoto tiene su propio cuerpo humano en el nivel celular y microscópico, con su propia personalidad del conjunto de las características y cualidades biológicas y genéticas. En la falsa ciencia y falsa filosofía, niegan las propiedades personales del cigoto, embrión y feto. Dios da la forma del cuerpo como él quiso; a cada cigoto, embrión y feto su proceso biológico y genético le proporciona su propio cuerpo. Es una sola etapa de vida en crecimiento, desarrollo y evolución hasta su ocaso. El ejemplo alegórico: “Y él mirando, dijo: Veo los hombres, pues veo que andan como árboles” (Marcos 8.24 – RVR1909).

Lo que pasa es que la dimensión personal actúa en la dimensión biológica y genética a nivel celular y microscópico. La identidad biológica y genética define la identidad personal. Así como al nivel macro astronómico en el sentido universal y celestial, cada elemento tiene sus propiedades únicas: “Y hay cuerpos celestiales, y cuerpos terrenales; pero una es la gloria de los celestiales, y otra la de los terrenales. Una es la gloria del sol, otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas, pues una estrella es diferente de otra en gloria” (1 Corintios 15.40 al 41 – RVR60). Lo mismo en el caso de los cuerpos corruptos y mortales, como los seres humanos o los cuerpos incorruptos e inmortales como los ángeles, cada uno tiene su propio cuerpo y características corporales diseñadas de Dios:


“Y como trajimos la imagen del terreno, traeremos también la imagen del celestial. Esto empero digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios; ni la corrupción hereda la incorrupción. He aquí, os digo un misterio: Todos ciertamente no dormiremos, mas todos seremos transformados. En un momento, en un abrir de ojo, á la final trompeta; porque será tocada la trompeta, y los muertos serán levantados sin corrupción, y nosotros


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seremos transformados” (1 Corintios 15.49 al 52 – RVR1909).

El ser humano en su proceso de cigoto, embrión y feto es un alma viviente, porque cumple con la condición del alma de vida e implica la respiración celular y el proceso sanguíneo de nutrición y oxigenación. El cigoto tiene el aliento de vida en el nivel biológico y celular, posteriormente la misma función se manifestará con los sistemas circulatorio y nervioso. Luego como neonato tiene la respiración pulmonar y el sistema digestivo. Progresivamente se hace visible y en aumento de lo microscópico a lo macroscópico como un bebé o infante. Semejante a una semilla germinada, hasta su visualización en planta y luego en un árbol. Por último, en su madurez de la vida en un árbol con frutos. Esto es semejante al feto que se manifiesta como un neonato hasta su edad de joven y de adulto, porque crece en estatura, tamaño y conocimiento. Además en su desarrollo psicofísico, psicosocial y de los principios y valores de la neurociencia de la fe. Su alma es sinónimo de vida, de manera que si se desangra o deja de respirar pierde su alma o vida, así el alma es la persona viva.


Una madre con su cigoto son dos almas o vidas, una madre con su embrión son dos almas o vidas, una madre con su feto son dos almas o vidas, por lo tanto, ya sea el cigoto, embrión o feto tiene derechos de protección de vida, como persona con su modo de ser y genoma humano, aunque sea en escala microscópica o en el caso macroscópico. Un pasaje bíblico relaciona alma con persona y con sangre que es vida: “Porque la vida de la carne en la sangre está: y yo os la he dado para expiar vuestras personas sobre el altar: por lo cual la misma sangre expiará la persona” (Levítico 17.11 – RVR1909). Alma, persona y vida son lo mismo, se relaciona con la capacidad de respiración de oxígeno, la nutrición y oxigenación de la sangre para vida. Es innegable la función de respiración celular, nutrición y oxigenación sanguínea en todo el proceso corporal, desde cigoto, embrión y feto, mucho



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antes de su nutrición por sistema digestivo fuera del útero o de respiración pulmonar. La vida del ser humano es estimada y valorada por Dios desde el vientre de la madre, Dios es el dador de la vida. Así dice Isaías al respecto, según podemos corroborar: “Ahora pues, dice Jehová, el que me formó desde el vientre para ser su siervo, para hacer volver a él a Jacob y para congregarle a Israel (porque estimado seré en los ojos de Jehová, y el Dios mío será mi fuerza)” (Isaías 49.5 – RVR60).

La ciencia que es de Dios en sus principios y valores como norma y regla moral y universal, sirve para estandarizar u homologar como el Juez de toda la existencia, por encima de cualquier civilización, costumbre, cultura, etnia, imperio, legislación y norma política o social. La circunscripción de autoridad de Dios en el globo terrestre, impera sobre todo gobierno humano: “AY de los que establecen leyes injustas, y determinando prescriben tiranía” (Isaías 10.1 – RVR1909). La tiranía impone el miedo irracional o miedo racional, con un efecto contagio e histeria colectiva, de excitación individual o social debido al terror. Los gobernantes de las naciones darán cuenta a Dios: “Entonces Josafat se puso en pie en la asamblea de Judá y de Jerusalén, en la casa de Jehová, delante del atrio nuevo; Y dijo: Jehová Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos, y te tienes dominio sobre todos los reinos de las naciones? ¿no está en tu mano tal fuerza y poder, que no hay quien te resista?” (2 Crónicas 20.5 al 6 – RVR60). Es deber y obligación del ser humano de rendir su integridad a Dios, así dice la Biblia en Job: “Si hubiera tenido en poco el derecho de mi siervo y de mi sierva, Cuando ellos contendían conmigo, ¿Qué haría yo cuando Dios se levantase? Y cuando él preguntara, ¿qué le respondería yo? El que en el vientre me hizo a mí, ¿no lo hizo a él? ¿Y no nos dispuso uno mismo en la matriz?” (Job 31.13 al 15 – RVR60). Dios tiene soberanía sobre todo lo que existe: “Tú solo eres Jehová; tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, con todo su ejército, la tierra y todo lo que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos; y tú vivificas todas estas cosas, y los ejércitos de los cielos te adoran” (Nehemías 9.6 – RVR60).



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¿Qué representa la matriz o útero ante Dios el Creador? La matriz o útero es vida y fuente generadora de todos los vivientes. Así se dice mediante el salmista: “Todos los que me ven, escarnecen de mí; Estiran los labios, menean la cabeza, diciendo: Remítese á Jehová, líbrelo; Sálvele, puesto que en él se complacía. Empero tú eres el que me sacó del vientre, El que me haces esperar desde que estaba á los pechos de mi madre. Sobre ti fuí echado desde la matriz: Desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios” (Salmos 22.7 al 10 – RVR1909). En relación con lo biológico y genético, en el ámbito microscópico hasta macroscópico, ya sea visible para Dios o visible para el ojo del humano, el inicio de la maternidad según el aspecto psicoteológico y la neurociencia de la fe, empieza antes del parto, desde la gestación del cigoto y su proceso embrionario y fetal. El ser humano es quien establece diferencias entre las fases prenatales de cigoto, embrión y feto, sin embargo, para Dios todo es un solo proceso de crecimiento y desarrollo del embarazo. La persona es madre desde que lleva consigo al cigoto, embrión o feto, sin importar en cuál estado o etapa se encuentra del proceso evolutivo del embarazo. Esta evolución incluye cambios de actitud, conducta y pensamiento en el amor materno, al sustentar la madre al nuevo ser desde la gestación, su crecimiento y formación, hasta el parto, con un apego maternal. Hay preparación y desarrollo de sentimientos afectuosos, según avanza y progresa la consciencia materna y los cambios relacionados con la gestación y el proceso final.


Dios dice en su palabra: “Yo que hago dar a luz, ¿no haré nacer? dijo Jehová. Yo que hago engendrar, ¿impediré el nacimiento? dice tu Dios” (Isaías 66.9 – RVR60). En cierta ocasión Adán dice de Eva: “Y llamó Adán el nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes” (Génesis 3.20 – RVR60). Dios es el dador de vida a través de la función de la matriz o útero, mediante Eva es que da vida a todos los vivientes y por medio de una misma sangre, porque la sangre es vida y de esta sangre depende todo el linaje de los seres humanos. Así está escrito en el siguiente pasaje:



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“El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, éste, como sea Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos de manos, Ni es honrado con manos de hombres, necesitado de algo; pues él da á todos vida, y respiración, y todas las cosas; Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habitasen sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los términos de los habitación de ellos” (Hechos 17.24 al 26 – RVR1909).

La ciencia antropológica podría confirmar la expresión del pasaje anterior, donde se dice que Dios ha hecho de una sangre todo el linaje de los seres humanos, es un solo género humano o raza humana, con mucha diversidad de etnias culturales y sociales desde el aspecto geopolítico. También es posible demostrar desde los genes y la genética misma, con el estudio de las poblaciones de las zonas humanas, que todos comparten una sola línea desde el origen, con la composición biológica y genética de una única especie humana en todo el planeta. El ADN es prueba de la existencia de una misma y sola especie humana. En el caso del temperamento, se dice que el mismo tiene influencia de la herencia genética, su procedencia al ser una sola raza humana, se origina desde Adán y Eva del Génesis. La invariabilidad del temperamento e inamovible modificación desde el principio de la vida humana (origen del psiquis), la hace una patología. Su control requiere de la interacción neurológica mediante los neurotransmisores biológicos, que tienen algún vínculo con el conocimiento y la conducta de la neurociencia, en relación con la fe y de las emociones regidas por el conocimiento de Dios. Por lo tanto, aunque el dominio propio requiere de un control neurológico por sí mismo, al enfrentar y reaccionar una situación por su predisposición emocional congénita, ya que es connatural, necesita del poder de Dios y la fe en su Hijo, para predominar el bien. Los genes influyen el desarrollo de la personalidad, del comportamiento y el control de los impulsos emocionales propios del temperamento, controlable con la ayuda de Dios.



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La realidad humana antropológica abarca los aspectos biológicos, culturales y sociales, desde la dimensión natural. Pero la inmersión en la realidad espiritual y celestial es otra. Dios miró en sí mismo su soledad, pensó en crear a su Hijo como una estimada compañía, luego el séquito celestial para su Hijo y por último al ser humano. ¿Cuál es el motivo del origen existencial del ser humano? Una teoría especulativa del conocimiento antiguo explica la razón. Cada ser humano tiene en retrospectiva una preexistencia corporalmente como ser celestial portador de luz. Eran conocidos como el séquito celestial y cada ser tenía su propia capacidad y el poder de tomar decisiones. La decisión por sí misma no es buena ni es mala, sino la consecuencia o resultado de la misma. Uno de los seres conocido como la luz bella, toma una decisión que arrastra como sus seguidores a la tercera parte del séquito celestial. Entre los demás integrantes del séquito, estaban los que tenían la indecisión de seguir a luz bella o conservar su condición y dignidad original. Estos son los seres que vienen a este mundo como humanos, con el propósito de tener una postura y decisión personal. El ángel caído tiene una segunda oportunidad de rectificar, reivindicar y resarcir el resultado de su decisión, cuando tuvo la opción de inducir y orientar a Adán y Eva, hacia una decisión conforme a la voluntad de Dios. Pero se aferra con orgullo y soberbia como adversario, porque comete un acto inmoral contrario a la moral de Dios. Aquí la importancia de hacer un examen de conciencia o auto-examinación del cumplimiento de las obligaciones que tenemos ante Dios. Así la tolerancia religiosa de la fraternidad espiritual, nos ayuda a tener la libertad espiritual del respeto mutuo, con un vínculo comunitario y religioso de ser activos y unidos en un propósito y sentido de comunidad espiritual.


En relación con la moralidad del mundo actual, algunos especialistas sexólogos promueven muchas veces cierto tipo de conductas o prácticas, que corresponden a un asunto de complacer las minorías, en relación con sus propios gustos y preferencias de la satisfacción carnal y sensual, con prácticas de copulación cuestionable ante Dios. Lo que pasa es que se



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pretende legitimar una intimidad entre los seres humanos, sin tomar en cuenta una intimidad con Dios el Creador, que concuerde con sus principios y valores, según la educación y enseñanza transmitida por el mensaje moral de Jesucristo. Que es indubitablemente en contra del pecado, porque no se permite incuestionablemente cometer maldad o infracción a la ley moral enérgica de Dios. La lucha contra el pecado está en la mente como campo de batalla entre la carnalidad y la espiritualidad: “Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios” (Romanos 8.5 al 8 – RVR60). Lo enérgico está en el poder y virtud eficaz para operar. Hay que venir a este mundo a vivir la experiencia de una aflicción y sufrimiento en contra del pecado. Adquirir la libertad del conocimiento que trasciende a un nivel mental superior en Cristo: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4.13 – RVR1909). La facultad intelectual del pensamiento, según la psique del alma humana y en relación con la vida espiritual y celestial, requiere la afectividad y sensibilidad de Jesucristo en el poder de fe de sus seguidores que le sirven.

La sensibilidad facilita la propensión de dejarse llevar y hacer la obra de Jesucristo, es enamorarse con pasión de él y sentir su presencia en consagración y santidad. Los deseos y pasiones pecaminosas desaparecen de la mente, debido a la inapetencia de pecar, sustituida por el sentimiento de dolor y pena en el padecimiento y sacrificio de Cristo, que produce la paz y santidad de una condición y estado moral de conciencia al respeto y reverencia, de la acción redentora de Jesucristo. La afectividad es la capacidad para experimentar emociones y sentimientos, relacionados con la transmisión del ejemplo y modelo de vida según Cristo Jesús. Hay una contrición de arrepentimiento por el desprecio y ofensa a Dios, debido a los pecados propios del ser humano. Luego se refleja en la vida



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cotidiana a través de conversión y resarcimiento permanente con las acciones y hechos cotidianos demostrados, es decir, la Psicoteología en el acto congruente entre mente y cuerpo. Por lo tanto, el comportamiento y conducta da a conocer y define la persona, según su conducción por el camino de la vida, así como dice la Biblia: “Así que, por sus frutos los conoceréis. No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos: mas el que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7.20 al 21 – RVR1909). Este Camino es psicosocial en Jesucristo y establecido por el Padre, como la indicación y señal que nos guía para mantener la dirección del rumbo. Jesucristo es la luz que alumbra nuestras mentes en la comprensión y el entendimiento del propósito y sentido eterno: “Jesús le dice: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14.6 – RVR1909).

Jesucristo es el querer como el hacer, en nuestra mente y nuestras acciones. La Biblia dice: “Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen” (Hebreos 5.7 al 9 – RVR60). Jesucristo es palabra y acción, es psicoteológico, psicosocial y corporal, porque nuestros hechos demuestran la medida de Jesucristo en nosotros. Este mismo grado o nivel de la esencia de Jesucristo en cada persona, le prepara su condición o estado corporal en el momento de la muerte para la resurrección. El instante de la transformación del cuerpo en la segunda venida de Jesucristo. Lo mejor es despertar y abrir los ojos del entendimiento, para visualizar las señales entenebrecidas de ofuscación mental y vendas espirituales, que obstruye y oscurece la razón y se confunde las ideas e imposibilita identificar y reconocer el plan de Dios. Los gobernantes del mundo, según la historia, se aferran y apegan a lo terrenal, desafían, provocan y retan a Dios, que es implacable, preeminente y su supremacía es infalible por siempre, porque la palabra de Dios permanece para siempre.



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6) UNA VIDA TEMERARIA ANTE DIOS


La Biblia dice: “Porque Dios es el que en vosotros obra así el querer como el hacer, por su buena voluntad. Haced todo sin murmuraciones y contiendas, Para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin culpa en medio de la nación maligna y perversa, entre los cuales resplandecéis como luminares en el mundo” (Filipenses 2.13 al 15 – RVR1909). Tarde o temprano Dios prevalecerá sobre toda la injusticia de los gobiernos que es contraria a su justicia divina. La vida consiste en analizar y considerar el respeto y reverencia a Dios. La historia de la humanidad es como un rompecabezas geopolítico, que se muestra desde la antigüedad de algunas civilizaciones y culturas de los Imperios asirios, babilónicos, egipcios, grecos y romanos, entre otros. Dios en cada caso se pronuncia según lo acontecido y manifestado en la Biblia. En nuestro contexto y mundo contemporáneo, así como sucedía en lo antiguo, se llegará a comprender de acuerdo con los precedentes, que ciertas prácticas, fomentan y promueven una cultura de la muerte espiritual. Es un asunto pertinente de ser irreprensibles ante Dios, como luminares con la mente y el corazón llenos de la luz de Dios en Jesucristo, porque no hay otro Dios como nuestro Dios el Padre de toda la creación:


“Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí. Yo te ceñiré, aunque tú no me conociste, para que se sepa desde el nacimiento del sol, y hasta donde se pone, que no hay más que yo; yo Jehová, y ninguno más que yo, que formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad. Yo Jehová soy el que hago todo esto. Rociad, cielos, de arriba, y las nubes destilen la justicia; ábrase la tierra, y prodúzcanse la salvación y la justicia; háganse brotar juntamente. Yo Jehová lo he creado” (Isaías 45.5 al 8 – RVR60).


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En todo caso frente a la cuestión del bien y del mal, Job menciona la siguiente interrogante: “… ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios” (Job 2.10 – RVR60). Según los términos espirituales ante el Creador, el delito consiste en la infracción tanto de la ley de Cristo, como de la ley de Dios Padre, ya que saber hacer lo bueno y no hacerlo o cometer injusticia, consiste en infracción y pecado. Jesucristo dijo:


“Y como fué en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del hombre. Comían, bebían, los hombres tomaban mujeres, y las mujeres maridos, hasta el día que entró Noé en el arca; y vino el diluvio, y destruyó á todos. Asimismo también como fué en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; Mas el día que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y destruyó á todos: Como esto será el día en que el Hijo del hombre se manifestará” (Lucas 17.26 al 30 – RVR1909).

¿Qué es una vida temeraria ante Dios? La Biblia aclara: “como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno” (Judas 1.7 – RVR60). Hay pecado que va en aumento hasta agravar al extremo. Así dijo Jehová Hijo, es decir, el Hijo de Dios, también llamado como Jehová en el primer pacto: “Entonces Jehová le dijo: Por cuanto el clamor de Sodoma y Gomorra se aumenta más y más, y el pecado de ellos se ha agravado en extremo, Descenderé ahora, y veré si han consumado su obra según el clamor que ha venido hasta mí; y si no, saberlo he…” (Génesis 18.20 al 23 – RVR1909). Hay una vida temeraria ante Dios:


“Y si no perdonó al mundo viejo, mas guardó á Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas,


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trayendo el diluvio sobre el mundo de malvados; Y si condenó por destrucción las ciudades de Sodoma y de Gomorra, tornándolas en ceniza, y poniéndolas por ejemplo á los que habían de vivir sin temor y reverencia de Dios, Y libró al justo Lot, acosado por la nefanda conducta de los malvados; (Porque este justo, con ver y oir, morando entre ellos, afligía cada día su alma justa con los hechos de aquellos injustos;)” (2 Pedro 2.5 al 8 – RVR1909).

Esta vida temeraria ante Dios corresponde a una vida sin temor y reverencia, debido a la conducta nefanda de los malvados, que con la imprudencia viven desafiantes frente a Dios. El caso de las ciudades de Sodoma y Gomorra es que al ser habitantes que son corporalmente humanos, pero ángeles indecisos, tratan de deshonrar a los ángeles celestiales fieles a Dios, como un acto indigno de deshonra, desvergüenza y humillación. La agresión, consumación de copulación carnal de violación, entendían que era lo más bajo, despreciable, infame y vil, que entre las conductas podía dañar a otro:


“Y antes que se acostasen, cercaron la casa los hombres de la ciudad, los varones de Sodoma, todo el pueblo junto, desde el más joven hasta el más viejo; Y llamaron á Lot, y le dijeron: ¿Dónde están los varones que vinieron á ti esta noche? sácanoslos, para que los conozcamos. Entonces Lot salió á ellos á la puerta, y cerró las puertas tras sí, Y dijo: Os ruego, hermanos míos, que no hagáis tal maldad. He aquí ahora yo tengo dos hijas que no han conocido varón; os las sacaré afuera, y haced de ellas como bien os pareciere: solamente á estos varones no hagáis nada, pues que vinieron á la sombra de mi tejado. Y ellos respondieron: Quita allá: y añadieron: Vino éste aquí para habitar como un extraño, ¿y habrá de erigirse en juez? Ahora te haremos más mal que á ellos. Y hacían gran


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violencia al varón, á Lot, y se acercaron para romper las puertas” (Génesis 19.4 al 9 – RVR1909).

Lot comprende que los visitantes son ángeles celestiales y ofrece sacrificar a sus propias hijas, esto es prueba de la gravedad pretendida por los habitantes de las ciudades en cuestión, en relación con la agravante blasfemia contra Dios y su Santo Espíritu. La maldad era inminente contra el mismo Lot y los ángeles, porque los perversos no muestran a cambio ningún interés en las mujeres hijas de Lot, menos en el caso de una consagración y santidad en matrimonio entre hombre y mujer, para que algunos de los ofensores escogieran y se unieran decentemente con las hijas de Lot como esposas. Lo mismo es comparable en abominación, entre las máximas prácticas de maldad, a la copulación de unir sexualmente con animal. Hay un caso actual legislado en una nación europea, donde se pretende castigar al infractor, únicamente cuando el animal sufre daño, herida o lesión en el propio acto, porque se requiere de la asistencia y pago veterinario. La Biblia dice:


“No te echarás con varón como con mujer: es abominación. Ni con ningún animal tendrás ayuntamiento amancillándote con él; ni mujer alguna se pondrá delante de animal para ayuntarse con él: es confusión. En ninguna de estas cosas os amancillaréis; porque en todas estas cosas se han ensuciado las gentes que yo echo de delante de vosotros: Y la tierra fue contaminada; y yo visité su maldad sobre ella, y la tierra vomitó sus moradores” (Levítico 18.22 al 25 y Levítico 20.13 – RVR1909).

Es una confusión, es mezclar con ignominia o afrenta pública, donde no se distingue o reconoce el bien del mal. La tierra vomitó sus moradores. El ser humano no necesita tocar el fondo del abismo del mal, para buscar y pedir el auxilio de Jesucristo con su Segunda Venida: “Y oí á otro del altar, que



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decía: Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos. Y el cuarto ángel derramó su copa sobre el sol; y le fué dado quemar á los hombres con fuego. Y los hombres se quemaron con el grande calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene potestad sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria” (Apocalipsis 16.7 al 9 – RVR1909). Los acontecimientos y sucesos de la actualidad del mundo corresponden a un llamado de atención de compasión y misericordia, por parte de Dios a la sociedad internacional, para arrepentimiento, conversión y resarcimiento. Porque se demuestra que estamos recibiendo los juicios de Dios, pero sin la destrucción total del planeta, el VIH-SIDA, las nuevas enfermedades, como la viruela símica o mpox, las pandemias y el incremento del calentamiento global, sumado a las olas de calor y a las posibles detonaciones termonucleares, harán de este mundo un horno de purificación del globo terráqueo, especialmente por la causa del incremento y legitimación de la maldad humana, según la palabra que permanece vigente. Las olas de calor en el mundo cada vez son más feroces como catalizador de la Edad del Calentamiento Global, que abrasa, deshidrata y calcina con altas temperaturas, que llaman la atención de la población mundial, con la cuestión de que el mismo ser humano está provocando su destino fatal y final:

“¡Ay de los que á lo malo dicen bueno, y á lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo! ¡Ay de los sabios en sus ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos! ¡Ay de los que son valientes para beber vino, y hombres fuertes para mezclar bebida; Los que dan por justo al impío por cohechos, y al justo quitan su justicia! Por tanto, como la lengua del fuego consume las aristas, y la llama devora la paja, así será su raíz como pudrimiento, y su flor se desvanecerá como polvo: porque desecharon la ley de Jehová de los ejércitos, y abominaron la palabra del Santo de Israel” (Isaías 5.20 al 24 – RVR1909).


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Por otra parte, el aborto de millones de seres humanos es un clamor que está subiendo a los oídos de Dios, es una provocación frontal ante Dios y un desafío a su autoridad como gobernante de su creación. El ser humano rehúye asumir compromiso y responsabilidad de fidelidad o lealtad a Dios. A pesar de las señales que estamos viviendo en todo el globo terráqueo y las amenazas constantes de catástrofes naturales, se niega y omite la existencia y presencia de un Creador. Algunos están más preocupados por establecer la eutanasia y el suicidio asistido como derechos humanos. Se pretende legalizar lo que Dios prohíbe, por ejemplo, en el caso de la fornicación, establecer como normalidad social un tipo de matrimonio genérico de igualdad civil, donde se acepta socialmente la unión de pareja llamada unión libre. El mundo en confusión se cae a pedazos moralmente, hacia el abismo del despeñadero, como un salto al vacío del suicidio social, en términos de la ética y moral colectiva, en el reino del desamor a Dios y del predominio de los anti-principios y anti-valores. Algunos están propuestos en corromper la infancia de las nuevas generaciones, desde la educación sexual escolar hasta la universitaria, para lograr como una nueva normalidad, que los pre-jóvenes y jóvenes, estén enajenados con la supuesta seguridad de la protección profiláctica, sin importar el respeto y reverencia a una Autoridad de Dios del Poder Superior o Ser Supremo, que atañe a la vida espiritual y moral. Se justifica y legitima los instintos de pecado más bajos del ser humano.


¿Podría la misma humanidad ser causa o exacerbar un gran enfado o enojo en Dios Hijo? Ya en otra ocasión está escrito lo siguiente: “Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho. Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová” (Génesis 6.6 al 8 – RVR60). La espiritualidad es la gracia ante los ojos del Hijo, es decir, el conocimiento y fe de Jesucristo: “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un



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varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efesios 4.13 – RVR60). ¿Por qué es indispensable un temperamento pacífico, sensato y sosegado? La Biblia dice: “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12.14 – RVR1909). La espiritualidad es el grado o nivel de paz y santidad, sin la que nadie recibirá el cuerpo transformado en la Segunda Venida de Jesucristo, ya sea entre la población en espera en ese momento o por la resurrección de los muertos. Esta dimensión o medida de santidad es indispensable para el encuentro con el Señor.

La dimensión o medida está definida y establecida por la palabra de Dios: “para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios” (Efesios 3.17 al 19 – RVR60). ¿Cómo lograr el temperamento pacífico, sensato y sosegado? En el desarrollo de esta literatura, se ha reiterado la importancia de la interpretación de cada una de las señales, símbolos y representaciones bíblicas con sus significados. En el profeta Isaías se menciona: “Porque así dijo el Señor Jehová, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza. Y no quisisteis, Sino que dijisteis: No, antes huiremos en caballos: por tanto vosotros huiréis. Sobre ligeros cabalgaremos: por tanto serán ligeros vuestros perseguidores” (Isaías 30.15 al 16 – RVR1909). Luego Jesucristo confirma:


“El cielo y la tierra pasarán; mas mis palabras no pasarán. Y mirad por vosotros, que vuestros corazones no sean cargados de glotonería y embriaguez, y de los cuidados de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra. Velad pues, orando en todo tiempo, que seáis tenidos


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por dignos de evitar todas estas cosas que han de venir, y de estar en pie delante del Hijo del hombre” (Lucas 21.33 al 36 – RVR1909).

Lo que pasa es que el Señor no retarda su promesa:


“El Señor no tarda su promesa, como algunos la tienen por tardanza; sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Mas el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella están serán quemadas. Pues como todas estas cosas han de ser deshechas, ¿qué tales conviene que vosotros seáis en santas y pías conversaciones, Esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos siendo encendidos serán deshechos, y los elementos siendo abrasados, se fundirán?” (2 Pedro 3.9 al 12 – RVR1909).

Acerca del temperamento pacífico, sensato y sosegado: “Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento” (Salmos 23.1 al 4 – RVR60). En esta simbología y su significado se representan la relación entre el cerebro y el corazón, mente, intención y la voluntad. La Biblia lo confirma en muchos de sus pasajes, los pensamientos celestiales de Dios son muy diferentes y elevados a los pensamientos naturales del ser humano. Las acciones, hechos y proceder del humano en la condición de natural, transita sus caminos de la vida sin la espiritualidad y el conocimiento de los caminos de Dios:



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“Buscad á Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos; y vuélvase á Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos” (Isaías 55.6 al 9 – RVR1909).

El secreto de la vida está en Jesucristo, la integridad psicoteológica en la comunión del ser humano con Dios, se encuentra integrada entre mente y corazón mediante el enlace de Jesucristo: “Todas las cosas me son entregadas de mi Padre: y nadie conoció al Hijo, sino el Padre; ni al Padre conoció alguno, sino el Hijo, y aquel á quien el Hijo lo quisiere revelar. Venid á mí todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga” (Mateo 11.27 al 30 – RVR1909). Esta inteligencia emocional y espiritual demostrada por Jesucristo con su mansedumbre y humildad, es un ejemplo y modelo de vida, de certeza, confianza y seguridad en Dios, para agradar y agradecer el hacer con fidelidad su voluntad, caso contrario el humano se constituye en amigo del mundo, pero enemigo de Dios: “¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente? Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes” (Santiago 4.4 al 6 – RVR60). En el sentido comunitario el entorno espiritual y religioso hace la diferencia, para mejorar el ego, el carácter y la personalidad.



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La sociedad para educarse en las cuestiones que atañen a la salvación y vida eterna, tiene que educarse pero en Jesucristo, su legado, ejemplo, enseñanza, mensaje y modelo de vida. Es por excelencia el único como Maestro y Señor, enviado al mundo para transmitir directamente la palabra de Dios Padre. Jesucristo tiene la exclusividad de conocimiento de ser el Hijo de Dios como Cristo, Mesías y Ungido del Padre. Solamente Jesucristo ha ascendido a los cielos después de resucitar con cuerpo transformado, fue, es y será siempre el jefe del séquito celestial y primero después del Padre. Así como el ejemplo del caso de José en el tiempo del Faraón: “Y dijo Faraón á sus siervos: ¿Hemos de hallar otro hombre como éste, en quien haya espíritu de Dios? Y dijo Faraón á José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú: Tú serás sobre mi casa, y por tu dicho se gobernará todo mi pueblo: solamente en el trono seré yo mayor que tú” (Génesis 41.38 al 40 – RVR1909). ¿Por qué la mente y el corazón tienen relación con la Psicoteología? En el caso de la psique tiene conexión con el estudio y obediencia a Dios.


Según el texto “La Ley y La Gracia” en el Manual del Neobiblismo (www.neobiblismo.org), se indica lo siguiente: “El tema de Jesús y la gracia versus la ley añadida, se presenta porque en el caso de los Diez Mandamientos, fueron escritos en el primer pacto con el dedo de Dios en tablas de piedra, pero en el nuevo pacto son escritos en nuestra mente y en nuestro corazón con el poder del Espíritu Santo. Según el profeta Jeremías, Dios daría un corazón, un camino y un pacto eterno, al dar su temor en el corazón (Jeremías 32.39 al 40). El primer pacto es un ministerio de condenación y muerte, el nuevo pacto es con gloria un ministerio del espíritu o de justificación (2 Corintios 3.7 al 9). El primero es en la letra, grabada con letras en piedra, con una ley añadida, como fin o propósito, para llevarnos a Cristo (Gálatas 3.23 al 4.7)”. Además este tema dice lo siguiente: “La aceptación del evangelio y a Jesús como Salvador, posibilita ser siervo de la justicia de Dios (Romanos 6.18, 20 al 23), la persona se aferra al estandarte de los mandamientos no escritos en



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tablas de piedra, sino escritas con poder del Espíritu del Dios vivo en tablas de carne del corazón (2 Corintios 3.2 al 3)”.

Dios establecería su ley en la mente y la escribiría en el corazón: “Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo” (Jeremías 31.33 – RVR60). Hay una conexión de Dios con el ser humano a través del cerebro y mente, con el corazón y emoción, intención, sentimiento y voluntad. Esto es la Psicoteología, cuando actúa la psique en lo conductual sincronizado con la voluntad de Dios. El estado de conciencia sensorial, la función intelectual de autenticidad consecuente consigo mismo y las psíquicas congruentes con el conocimiento proveniente de Dios Padre y de la inteligencia celestial transmitida directamente por Jesucristo. Por esta razón se confirma el nuevo pacto: “Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho: Este es el pacto que haré con ellos Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, Y en sus mentes las escribiré” (Hebreos 10.15 al 16 – RVR60). Aquí se ratifica la afectividad y la sensibilidad celestial, en nuestra mente y corazón, establecida según la mente y psique de Jesucristo, como ejemplo y modelo de la vida cotidiana. La Biblia dice: “… Pondré mis leyes en la mente de ellos, Y sobre su corazón las escribiré; Y seré a ellos por Dios, Y ellos me serán a mí por pueblo” (Hebreos 8.10 – RVR60). Hay correspondencia entre Dios y su pueblo entendido: “Y no os conforméis á este siglo; mas reformaos por la renovación de vuestro entendimiento, para que experimentéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12.2 – RVR1909).


El cerebro es un centro principal de control, mando y procesamiento, donde desempeña una función principal la corteza prefrontal, médula espinal y el sistema nervioso en general. La mente y el corazón se involucran en el amor principal y prioritario a Jesucristo, que es el verdadero amor al Padre, que envía a su Hijo Amado. Estos mandamientos en



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la mente y escritos en el corazón es el amor más elevado y grande reconocido a Jesucristo: “Si me amáis, guardad mis mandamientos; Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: Al Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce: mas vosotros le conocéis; porque está con vosotros, y será en vosotros” (Juan 14.15 al 17 – RVR1909). El mundo no puede recibir la energía, fuerza y poder del Espíritu de Dios, debido al aumento de la maldad en la sociedad y la frialdad al amor a Jesucristo: “y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mateo 24.12 al 14 – RVR60). Hay una cantidad de ocho mil millones de seres humanos en todo el planeta, pero son muy pocos los que verdaderamente reconocen y dan la alabanza, gloria y honra a Jesucristo. Son pocos los que no se avergüenzan del Hijo de Dios. Lo que pasa es que hay mucho desconocimiento de las Escrituras y del poder de Dios, hay un desinterés en la Biblia: “Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis ignorando las Escrituras, y el poder de Dios” (Mateo 22.29 – RVR1909).


La fuente del amor está en el cerebro, que atañe con fuerza las emociones y sentimientos hacia Jesucristo, con una convicción y seguridad genuina de fe puesta en nuestro Salvador y Señor. Es lo que se llama una adhesión ferviente, en entusiasmo y exaltación ardiente en el fuego del Espíritu Santo desde la mente y corazón, con todo el ánimo, intención y voluntad, que por consiguiente afecta el comportamiento y la conducta:: “Y sabemos que á los que á Dios aman, todas las cosas les ayudan á bien, es á saber, á los que conforme al propósito son llamados. Porque á los que antes conoció, también predestinó para que fuesen hechos conformes á la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos” (Romanos 8.28 al 29 – RVR1909). En este caso se cumple el tener la mente de Cristo, que es la verdadera libertad inherente: “Porque el Señor es el Espíritu; y donde hay



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el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Por tanto, nosotros todos, mirando á cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma semejanza, como por el Espíritu del Señor” (2 Corintios 3.17 al 18 – RVR1909). Hay casos de infantes que vienen al mundo con una condición especial, físico – mental, que los hace ángeles permanentes en inocencia y sin ninguna clase de maldad o pecado. A pesar de venir como ángeles indecisos, en su crecimiento y desarrollo de la niñez a la edad adulta, se conservan como niños sin maldad ni pecado. En este estado, en una condición como niños, en palabras de Jesucristo de los tales es el reino de los cielos por inocencia (Mateo 19.14).

¿Cuál es la relación del cerebro y el corazón? El cerebro cumple funciones de automatización corporal interna, control de tiempo con sincronización y temporización, por ejemplo, la frecuencia cardiaca, parpadeo, presión arterial, respiración, entre otros. Se consideran relaciones de relojes neuronales principales, cognitivos y relojes biológicos corporales. Hay un tipo de tiempo relacionado con un llamado a la consciencia, que activa y despierta la Psicoteología en el ser humano, para la contemplación y fijación del sentido de la vida, en relación con las promesas de Dios acerca de la vida eterna. Este tipo de tiempo atañe a la espera y preparación corporal y mental, para la Segunda Venida de Jesucristo y la resurrección de los muertos. La condición anímica, lo emocional y sensorial afecta e influye en el comportamiento y la conducta, que es determinante en la toma de las decisiones procesadas en el cerebro – corazón, según el balance o equilibrio entre razón y emoción, para lo que involucra la consagración y santidad.


La interacción de la consciencia entre mente y corazón, según la ley de Dios dentro del ser interior, la mente y escrita en el corazón, posibilita la identificación y el reconocimiento del compromiso y responsabilidad de los progenitores, como guías del Camino de Jesucristo en sus descendientes. Lo que pasa es que el aprendizaje, la educación y la enseñanza, de contenidos y funciones psicológicas combinadas y reforzadas



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con la palabra de Dios, de ninguna manera pasan por alto la claridad e iluminación del conocimiento directo de Dios, que mediante las convicciones, las emociones físicas y mentales, los pensamientos y las percepciones, inciden en las funciones saludables fisiológicas de células, con la producción química – orgánica de bienestar. Lo emocional, espiritual y mental, fortalece un sistema inmunológico saludable en lo corporal. El conocimiento y la fe es poder de certeza y convicción, como una clase de neurociencia de las emociones, para enfrentar la adversidad y contrarrestar el suplicio moral interno o social.

El estilo de vida saludable, es determinante para nuestro destino, porque la conexión mente y corazón, representa la interrelación de la mente con el cuerpo, que afectada negativa o positivamente según las convicciones, creencias, emociones, pensamientos y sentimientos, generadores del cambio efectivo bioquímico y psicológico en el ser humano, llamado el efecto placebo que es el producto del creer con la seguridad de la fe. La percepción a pesar de su propia limitación, interpreta el entorno y así es como determina su particular propósito y sentido de la vida, para un destino específico. Inclusive hay una manifestación física que tiene origen por lo emocional. Así en la mente y el pensamiento influye en la fisiología y fisionomía. La auto-meditación y auto-reflexión, en el silencio de orar y hacer plegarias humildes y fervientes desde lo más interno, con las puertas cerradas de intimidad y privacidad con Dios, según Jesucristo en reverencia a Dios (Mateo 6.6). Esto es necesario para la sanidad espiritual de no dejarse atrapar por la perdición y muerte eterna. Así los hijos de la resurrección llegan a ser iguales a los ángeles hijos de Dios, que tienen inmortalidad. Pero en la condición de los ángeles indecisos como seres humanos, se casan para procrear como medio de traer a este mundo otros ángeles indecisos. El sexo de una persona lo definen los cromosomas sexuales X o Y, con sus respectivas combinaciones celulares normalmente XX en mujer y XY en hombre. La madre aporta un cromosoma X y el padre un cromosoma X o Y, según sea el caso para determinar el sexo femenino (XX) o masculino (XY).



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7) EL AMOR AUTÉNTICO Y LEGÍTIMO


En el principio en el séquito celestial en la preexistencia, estuvieron enérgicamente interconectados entre sí y con Dios. Pero ahora como seres humanos no son del todo seres de inocencia, sino propensos en hacer guerras entre sí mismos. Por este motivo la importancia de la determinación y firmeza de carácter, con la visión puesta en las promesas futuras de Dios: “Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Los hijos de este siglo se casan, y son dados en casamiento: Mas los que fueren tenidos por dignos de aquel siglo y de la resurrección de los muertos, ni se casan, ni son dados en casamiento: Porque no pueden ya más morir: porque son iguales á los ángeles, y son hijos de Dios, cuando son hijos de la resurrección” (Lucas 20.34 al 36 – RVR1909). Otro pasaje confirma y reitera el texto: “Entonces respondiendo Jesús, les dice: ¿No erráis por eso, porque no sabéis las Escrituras, ni la potencia de Dios? Porque cuando resucitarán de los muertos, ni se casarán, ni serán dados en casamiento, mas son como los ángeles que están en los cielos” (Marcos 12.24 al 25 – RVR1909).


Los ángeles indecisos que nacen en este mundo, con la oportunidad de llegar a ser padres de familia, de experiencia de vida y madurez, con la capacidad de guiar a sus hijos, que también son otros ángeles indecisos, rompen con la rivalidad preexistente entre los ángeles indecisos, que es la causa, existencia y origen, de las enemistades y guerras entre seres humanos. La rivalidad es debido a las opciones de elección, entre el camino angosto de la fidelidad y lealtad a Jesucristo o el camino contrario de la indecisión, indiferencia y rebeldía, regido por la decadencia y descomposición cultural y social, sin principios ni los valores en una sociedad sumida en la corrupción y degeneración en todos los ámbitos, posiciones o status sociales, como ángeles indecisos ahora en ser humano.



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¿Cómo se manifiesta la rivalidad preexistente en nuestra mente y nuestro corazón? La Biblia menciona lo siguiente: “De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, no conviene que estas cosas sean así hechas. ¿Echa alguna fuente por una misma abertura agua dulce y amarga? Hermanos míos, ¿puede la higuera producir aceitunas, ó la vid higos? Así ninguna fuente puede hacer agua salada y dulce” (Santiago 3.10 al 12 – RVR1909). ¿Cómo se ha tergiversado hasta trastrocar y dar otro sentido y significado al amor original de Dios? La expresión, palabra o término “AMOR”, tiene cualidad de abstracta, en el sentido de que no se puede tocar, como se percibe con los sentidos a un objeto palpable o tangible, que puede tocarse con las manos. El amor se hace visible con las acciones: “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (1 Corintios 13.4 al 7 – RVR60). El amor auténtico es libre de mezcla, puro y sincero, una persona con amor y desamor juntos, sin sinceridad, es un contrasentido que coexistan ambos y ambiguos: “Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aun más y más en ciencia y en todo conocimiento, para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo, llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios” (Filipenses 1.9 al 11 – RVR60).


El verdadero amor de ninguna manera es carnal, inicuo o pecaminoso, porque el amor es y procede de Dios. El primer Amor y Eterno que existe, sin principio ni fin es Dios Padre:


“El que no ama, no conoce á Dios; porque Dios es amor. En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió á su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no que nosotros hayamos amado á Dios, sino que él nos amó


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á nosotros, y ha enviado á su Hijo en propiciación por nuestros pecados. Amados, si Dios así nos ha amado, debemos también nosotros amarnos unos á otros. Ninguno vió jamás á Dios. Si nos amamos unos á otros, Dios está en nosotros, y su amor es perfecto en nosotros: En esto conocemos que estamos en él, y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu. Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo para ser Salvador del mundo. Cualquiera que confesare que Jesús es el Hijo de Dios, Dios está en él, y él en Dios. Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que vive en amor, vive en Dios, y Dios en él” (1 Juan 4.8 al 16 – RVR1909).

Ahora bien, Jesucristo es nuestro primer amor suficiente en autenticidad y genuino, su obra redentora lo demuestra, con la crucifixión, muerte y resurrección, porque es un amor prioritario y supremo con valor y verdad absoluta: “Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo. Buena es la sal; mas si la sal se hiciere insípida, ¿con qué se sazonará? Ni para la tierra ni para el muladar es útil; la arrojan fuera. El que tiene oídos para oír, oiga” (Lucas 14.33 al 35 – RVR60). En la Biblia se resalta la importancia de la simbología, su representación y significado, por motivos de espacio no cabrían en el mundo los libros referentes a Jesucristo: “Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, que si se escribiesen cada una por sí, ni aun en el mundo pienso que cabrían los libros que se habrían de escribir. Amén” (Juan 21.25 – RVR1909). Dios Padre es Amor Eterno, sin principio ni fin, es la Energía, Fuerza y Poder mediante su Santo Espíritu: “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. Dícele la mujer: Sé que el Mesías ha de venir, el cual se dice el Cristo: cuando



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él viniere nos declarará todas las cosas. Dícele Jesús: Yo soy, que hablo contigo” (Juan 4.23 al 26 – RVR1909).

El Espíritu Santo es el Espíritu de Dios Padre. Así dijo Jesucristo: “Empero cuando viniere el Consolador, el cual yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio de mí. Y vosotros daréis testimonio, porque estáis conmigo desde el principio” (Juan 15.26 al 27 – RVR1909). Los ángeles indecisos estuvieron con el Hijo en el principio de la creación del séquito celestial. Jesucristo es la primera creación como Hijo, de manera que Dios se hace así mismo como Dios Padre al crear a su Hijo: “el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados. El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación” (Colosenses 1.13 al 15 – RVR60). Luego el Padre y el Hijo crean juntamente al séquito celestial para que honren al Hijo y para que toda la existencia celestial del tercer cielo perteneciera al Hijo. También después de la rebelión del ángel caído, el Padre y el Hijo crean el cosmos del segundo cielo y el planeta Tierra del primer cielo, para la venida de los ángeles indecisos a tomar su decisión:


“Porque por él fueron criadas todas las cosas que están en los cielos, y que están en la tierra, visibles é invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fué criado por él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y por él todas las cosas subsisten: Y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia; él que es el principio, el primogénito de los muertos, para que en todo tenga el primado. Por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, Y por él reconciliar todas las cosas á sí, pacificando por la sangre de su cruz, así lo que está en la tierra como lo que está en los cielos. A vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos de ánimo en malas obras, ahora empero os ha reconciliado En el cuerpo de


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su carne por medio de muerte, para haceros santos, y sin mancha, é irreprensibles delante de él: Si empero permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído; el cual es predicado á toda criatura que está debajo del cielo; del cual yo Pablo soy hecho ministro” (Colosenses 1.16 al 23 – RVR1909).

Tanto en el cosmos como en nuestro planeta, la materia es visible, en relación con lo físico y perceptible, y el espacio es invisible, en el caso de lo incorpóreo e intangible. También lo que llaman materia oscura. Antes del cosmos, Jesucristo es el principio y fin como objetivo o propósito de la creación, es el alfa y la omega, establecido por Dios Padre: “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último. Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad. Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira” (Apocalipsis 22.12 al 15 – RVR60). En el caso del amor, se menciona claramente que todo aquel que ama y hace mentira estará fuera. Aunque algunos transmiten la mentira sin ser conscientes de la veracidad, por lo general la mentira es lo que se dice con la conciencia de que no es verdadero, pero se pretende que sea creído como cierto, es apariencia, disimulo, engaño y falsedad. Por esta razón se dice que todo está en la mente, es el campo de batalla de la duda en la lucha entre el bien y el mal. Es una condición o estado de indecisión en la mente, confusión de la conveniencia o inconveniencia de las acciones confrontadas con la moralidad, vacilación del ánimo de los principios y valores de la conciencia y el entendimiento frente a lo sensorial, sensaciones o sensibilidad propia de la repercusión concupiscente. Del apetito y deseo desenfrenado, desordenado, inmoral y terrenal, en placeres deshonestos y viciosos. El libro de Eclesiastés lo describe claramente:



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“Y TORNÉME yo, y vi todas las violencias que se hacen debajo del sol: y he aquí las lágrimas de los oprimidos, y sin tener quien los consuele; y la fuerza estaba en la mano de sus opresores, y para ellos no había consolador. Y alabé yo los finados que ya murieron, más que los vivientes que hasta ahora están vivos. Y tuve por mejor que unos y otros al que no ha sido aún, que no ha visto las malas obras que debajo del sol se hacen. Visto he asimismo que todo trabajo y toda excelencia de obras mueve la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu” (Eclesiastés 4.1 al 4 – RVR1909).

El ser interior es complejo y es vasto, no es un asunto de creencias, sino que puede abarcar áreas de actitud, atributos, bondad, carácter, características, competencias psicosociales, comprensión, compromiso, conciencia, cortesía, costumbres, cualidades, disciplina, educación, ego, emociones, empatía, entendimiento, espiritualidad, ética, fe, habilidades sociales, hábito saludable, humildad, inteligencia, intención, justicia, meditación, misericordia, moralidad, oración, personalidad, plegarias, principios, reflexión, resiliencia, responsabilidad, sabiduría, salud mental, paciencia, paz, santidad, sensatez, sentimientos, solidaridad, temperamento, valores, virtudes y voluntad, que son integrales en la persona, en relación con el amor y la consistencia en hacer el bien, que sea comprobable y demostrado con las acciones y los hechos del diario vivir. La relación bidireccional del ser interior y el Ser Supremo, entre las criaturas y su Creador, de parámetros de comportamiento y la conducta, con los protocolos definidos y determinados como normalidad o regla de vida, tienen que ser comparables y congruentes con la voluntad de Dios, que sean de acuerdo con el ejemplo y modelo de vida de Jesucristo, su transmisión de educación, enseñanza y formación para la vida: “Todas vuestras cosas sean hechas con amor” (1 Corintios 16.14 – RVR60). Entendido que el amor verdadero corresponde al amor de Jesucristo. Las Escrituras aclaran lo siguiente:



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“Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de obra y en verdad. Y en esto conocemos que somos de la verdad, y tenemos nuestros corazones certificados delante de él. Porque si nuestro corazón nos reprendiere, mayor es Dios que nuestro corazón, y conoce todas las cosas. Carísimos, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios; Y cualquier cosa que pidiéremos, la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él. Y éste es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos á otros como nos lo ha mandado. Y el que guarda sus mandamientos, está en él, y él en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado” (1 Juan 3.18 al 24 – RVR1909).

Lo que pasa es que la educación emocional y espiritual es indispensable en la formación del ser humano. El corazón se endurece o sensibiliza con la ausencia o presencia de este tipo de educación. La Biblia dice: “y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mateo 24.12 al 14 – RVR60). El enfriamiento del amor endurece el corazón, por este motivo algunos educan y enseñan en lo que llaman las habilidades blandas o suaves, en contraste al corazón duro de piedra. En el libro La Comunidad de Fe: Acuerdos de Fe (www.neobiblismo.org) se menciona lo siguiente: “Jesús en su enseñanza impulsa una buena armonía con Dios el Padre, al amar a Dios con todo el corazón, alma, mente y fuerzas, así como de una buena armonía consigo mismo y con aquel que está a su alrededor (Marcos 12.30 al 31)”. La maldad se multiplica porque el ser humano es el portador de la maldad, que acciona la operación de la misma, con cierto cinismo de descaro, desvergüenza e impudencia. Inclusive la sociedad



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tiene una indolencia, donde no se afecta o conmueve de su falta de consagración, fidelidad y santidad, sino que adopta la corrupción y legitimación del mal, como si fuera una nueva moda o normalidad legal, política o social, debido a la falta de amor a Dios Padre y a su Hijo. Esto hace imprescindible en el comentario bíblico y en el caso de la compilación de los textos bíblicos, para aclarar y respaldar el tema, como el siguiente:

“Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia; vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados” (2 Pedro 1.3 al 9 – RVR60).

La Biblia se explica por sí misma, aunque se presenta una sinergia entre análisis, comentario e interpretación, que en su conjunto provoca un efecto de aclaración o iluminación, para una concertación superior, de manera que se pueda concordar o cotejar el texto literal con su análisis, comentario e interpretación, por ejemplo, tal es el caso de Felipe, diácono y evangelista, con el eunuco, que es un etíope funcionario de Candace, reina de los etíopes, tratado en el siguiente pasaje:



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“Y acudiendo Felipe, le oyó que leía el profeta Isaías, y dijo: Mas ¿entiendes lo que lees? Y dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó á Felipe que subiese, y se sentase con él. Y el lugar de la Escritura que leía, era éste: Como oveja á la muerte fué llevado; Y como cordero mudo delante del que le trasquila, Así no abrió su boca: En su humillación su juicio fué quitado: Mas su generación, ¿quién la contará? Porque es quitada de la tierra su vida. Y respondiendo el eunuco á Felipe, dijo: Ruégote ¿de quién el profeta dice esto? ¿de sí, ó de otro alguno? Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús” (Hechos 8.30 al 35 – RVR1909).

La acción de la Psicoteología ablanda la coordinación de la mente con el corazón, en relación con la interacción del conocimiento con el ánimo, el enternecimiento, el mover a compasión y misericordia, el mejorar la actitud, carácter y condición psíquica, la intención, esfuerzo, temple y voluntad. Todo esto vinculado a la guía, orientación y percepción de Dios en nuestras mentes y vidas. El tema de la Psicoteología se relaciona con otros temas, como La Personalidad de los Discípulos de Jesucristo, La Caracterología Cristiana, Los Tres Tipos de Conocimiento, El Conocimiento Celestial, La Dilatría, Jesucristo Mi Decisión, La Conspiración Contra Jesucristo, La Ley y La Gracia, entre otros temas. Por último, la simbología bíblica, su representación y significado, aporta un valioso contenido para la comprensión y entendimiento del mensaje bíblico y psicoteológico. En el aspecto psicosocial, según el conocimiento de Jesucristo, prevalece el balance o equilibrio de mitigación de la fiereza mente - corazón: “Sino que juzgará con justicia á los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra: y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío. Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de sus riñones. Morará el lobo con el cordero, y el tigre con el cabrito



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se acostará: el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará” (Isaías 11.4 al 6 – RVR1909).

El corazón de piedra se vuelve un corazón de carne. La Biblia dice: “Mas a aquellos cuyo corazón anda tras el deseo de sus idolatrías y de sus abominaciones, yo traigo su camino sobre sus propias cabezas, dice Jehová el Señor” (Ezequiel 11.21 – RVR60). Además se dice: “Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra” (Ezequiel 36.25 la 27 – RVR60). Al respecto, es innegable, en Jesucristo encontramos el ejemplo y modelo de la Psicoteología, o sea, las funciones mentales puestas en el pensamiento en Dios y su correspondiente voluntad, por consiguiente el quehacer de las acciones, comportamiento, conducta y hechos en la obediencia a Dios Padre el Creador. La Superioridad Moral de reconocida imperativa conducta y pensamiento está en la premisa fundamental de Cristo:


“En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, que hayas escondido estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las hayas revelado á los niños. Así, Padre, pues que así agradó en tus ojos. Todas las cosas me son entregadas de mi Padre: y nadie conoció al Hijo, sino el Padre; ni al Padre conoció alguno, sino el Hijo, y aquel á quien el Hijo lo quisiere revelar. Venid á mí todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga” (Mateo 11.25 al 30 – RVR1909).