EL CALENTAMIENTO GLOBAL Y SEGUNDA VENIDA DE JESUCRISTO


TABLA DE CONTENIDO




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1) LA LEALTAD A JESUCRISTO EN LA EDAD DEL CALENTAMIENTO GLOBAL


El tiempo después de Cristo se divide en dos tiempos: el tiempo de la apostasía y el tiempo del fin. La apostasía del anticristianismo se caracteriza por las fuerzas y movimientos contrarios a Cristo (anticristos), por ejemplo, la persecución y muerte a sus seguidores. Jesucristo dijo lo siguiente acerca de los fieles y leales a su causa: “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia: porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando os vituperaren y os persiguieren, y dijeren de vosotros todo mal por mi causa, mintiendo. Gozaos y alegraos; porque vuestra merced es grande en los cielos: que así persiguieron á los profetas que fueron antes de vosotros” (Mateo 5.10 al 12 – RVR1909). Obsérvese como Jesucristo menciona que esta persecución es basada en la mentira. También parece que la existencia de una reacción contraria a Jesucristo es debido a un desconocimiento hacia Dios Padre o por la ignorancia:


“Si el mundo os aborrece, sabed que á mí me aborreció antes que á vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; mas porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso os aborrece el mundo. Acordaos de la palabra que yo os he dicho: No es el siervo mayor que su señor. Si á mí mé han perseguido, también á vosotros perseguirán: si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra. Mas todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado” (Juan 15.18 al 21 – RVR1909).


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El tiempo del fin es la etapa previa a la segunda venida de Jesucristo. En el caso del anuncio desde el primer siglo, acerca de la inminente segunda venida de Jesucristo, a pesar de esta inminencia, ha sido imprescindible la etapa de la apostasía: “Y como hubieron anunciado el evangelio á aquella ciudad, y enseñado á muchos, volvieron á Listra, y á Iconio, y á Antioquía, Confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles á que permaneciesen en la fe, y que es menester que por muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios” (Hechos 14.21 al 22 – RVR1909). Estas tribulaciones ya han sido cumplidas durante todo el trascurso del tiempo de la apostasía, por esta razón previo a cumplir la segunda venida de Jesucristo, es necesario y requerimiento dicha apostasía: “No os engañe nadie en ninguna manera; porque no vendrá sin que venga antes la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición” (2 Tesalonicenses 2.3 – RVR1909). Debido a que la apostasía y la manifestación del hombre de pecado que es hijo de perdición, es posterior a la primera venida del Señor Jesucristo, entonces corresponde al surgir de un sistema de pensamiento y sentimiento anticristo, por parte de los seres humanos en su conjunto, esto significa a continuación que se trata de un sistema anticristiano.


Algunos de los seguidores de Jesucristo del primer siglo, cayeron en desempleo, desocupación y hasta vagancia, por la espera inminente de la segunda venida de Jesucristo en cualquier momento: “Porque aun estando con vosotros, os denunciábamos esto: Que si alguno no quisiere trabajar, tampoco coma. Porque oímos que andan algunos entre vosotros fuera de orden, no trabajando en nada, sino ocupados en curiosear” (2 Tesalonicenses 3.10 al 11 – RVR1909). Otros daban la segunda venida de Jesucristo como tardada: “El Señor no tarda su promesa, como algunos la tienen por tardanza; sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Mas el día del Señor vendrá como ladrón en la noche…” (2 Pedro 2.9 al 10 – RVR1909). Mientras tanto, otros afectan la fe al alegar que la resurrección esperada ya había



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pasado: “Y la palabra de ellos carcomerá como gangrena: de los cuales es Himeneo y Fileto; Que se han descaminado de la verdad, diciendo que la resurrección es ya hecha, y trastornan la fe de algunos” (2 Timoteo 2.17 al 18 – RVR1909).

En todo caso desde el primer siglo se espera la segunda venida de Jesucristo de forma repentina y sorpresiva en cualquier momento. Porque el Señor vendrá como ladrón en la noche sin avisar, inesperado en quien está sin preparar:


“Empero acerca de los tiempos y de los momentos, no tenéis, hermanos, necesidad de que yo os escriba: Porque vosotros sabéis bien, que el día del Señor vendrá así como ladrón de noche, Que cuando dirán, Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción de repente, como los dolores á la mujer preñada; y no escaparán. Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sobrecoja como ladrón; Porque todos vosotros sois hijos de luz, é hijos del día; no somos de la noche, ni de las tinieblas. Por tanto, no durmamos como los demás; antes velemos y seamos sobrios” (1 Tesalonicenses 5.1 al 6 – RVR1909).

¿Cuál es esta paz y la seguridad que dirán antes de la destrucción repentina? La Biblia dice que a la segunda venida de Jesucristo, quienes habitan el planeta están con una vida cotidiana de toda normalidad, como si no estuviera pasando ningún tipo de gravedad mundial, sino una rutina normal:


“Y como fué en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del hombre. Comían, bebían, los hombres tomaban mujeres, y las mujeres maridos, hasta el día que entró Noé en el arca; y vino el diluvio, y destruyó á todos. Asimismo también como fué en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban,


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edificaban; Mas el día que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y destruyó á todos: Como esto será el día en que el Hijo del hombre se manifestará” (Lucas 17.26 al 30 – RVR1909).

Entonces, ¿cuál es la relación que se hace cuando digan paz y seguridad? La respuesta hace referencia a la Edad del Calentamiento Global. La disminución del ozono y el agujero en el mismo se ha regenerado con el paso del tiempo, con la posibilidad de estabilidad a las condiciones del siglo pasado. La paz y seguridad está en función de un máximo de un grado adicional a la temperatura promedio del planeta. Es un margen de sostenibilidad para la conservación al límite del tope ideal y permisible. Mientras la temperatura atmosférica terrestre se conserve y mantenga, el ser humano dirá paz y seguridad. Lo grave del asunto es que la realidad es otra, cuando la temperatura se incremente en el umbral superior a un grado y medio, hasta dos grados o dramáticamente tres grados, se vendrá una destrucción repentina a nivel mundial. Hay una analogía al respecto: “Porque como el relámpago, relampagueando desde una parte de debajo del cielo, resplandece hasta la otra debajo del cielo, así también será el Hijo del hombre en su día” (Lucas 17.24 – RVR1909). Además:


“Y entonces será manifestado aquel inicuo, al cual el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida; A aquel inicuo, cuyo advenimiento es según operación de Satanás, con grande potencia, y señales, y milagros mentirosos, Y con todo engaño de iniquidad en los que perecen; por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por tanto, pues, les envía Dios operación de error, para que crean á la mentira; Para que sean condenados todos los que no creyeron á la verdad, antes consintieron á la iniquidad” (2 Tesalonicenses 2.8 al 12 – RVR1909).


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Este resplandor en su venida, que podría representar la luz fuerte de la gloria, honra y nobleza de Jesucristo, pero en términos de significado tendría relación con la intensidad de los rayos ultravioleta, olas de calor, las altas temperaturas por efecto invernadero, el calentamiento y aumento del nivel de los océanos, con grandes oleajes e inundaciones, incendios forestales y problemas atmosféricos. En general tiene relación con el cambio climático provocado por mayor radiación solar, la amenaza nuclear y la afectación catastrófica al sistema ecológico y medio ambiente global. El engaño y mentira es la negación de la existencia de un Creador y de una creación dañada con el cambio climático, porque se toma el lugar de Dios, para disponer el destino y rumbo de la humanidad, cuando se niega la amenaza evidente de calentamiento global. Se ejecuta una operación contraria a Jesucristo y adversa a Dios Padre, con un sistema inicuo que prioriza y endiosa el enriquecimiento industrial, con la gran potencia, señales y milagros del progreso económico, generación de riqueza y el consumismo exacerbado. Donde el dios de este mundo es la acumulación y generación de dinero, sin importar el daño a la flora, fauna y naturaleza en general. Cuando se salga de control el calentamiento global, solamente dependeremos de Dios para subsistir, a pesar de la arrogancia y prepotencia del ser humano e inicua administración y gobierno del planeta.


La Biblia contiene expresiones y palabras claves en todo el conjunto de su literatura, las cuales actúan como llaves para abrir la puerta del conocimiento en su mayor plenitud de comprensión y entendimiento. Dios dice: “Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová…” (Jeremías 9.24 – RVR1909). Se requiere conocer y entender a Dios, pero Jesucristo dice a algunos: “Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos…” (Juan 4.22 – RVR1909). Hay quienes adoran pero en realidad están sin conciencia de lo que adoran. La mujer samaritana responde a Jesús: “Dícele la mujer: Sé que el Mesías ha de venir, el cual se dice el Cristo: cuando él viniere nos declarará todas las cosas. Dícele Jesús: Yo soy, que hablo



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contigo” (Juan 4.25 al 26 – RVR1909). Según este testimonio, creían que Cristo les declararía todas las cosas. Jesús dice: “Y decía también á las gentes: Cuando veis la nube que sale del poniente, luego decís: Agua viene; y es así. Y cuando sopla el austro, decís: Habrá calor; y lo hay. ¡Hipócritas! Sabéis examinar la faz del cielo y de la tierra; ¿y cómo no reconocéis este tiempo?” (Lucas 12.54 al 56 – RVR1909).

Jesucristo menciona el desconocimiento de algunos en reconocer las señales de los tiempos, en alusión a los tiempos del fin. Los discípulos le preguntan: “Y sentándose él en el monte de las Olivas, se llegaron á él los discípulos aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del mundo?” (Mateo 24.3 – RVR1909). En relación con la venida de nuestro Señor Jesucristo y el fin del mundo, Jesús dice: “Por tanto, también vosotros estad apercibidos; porque el Hijo del hombre ha de venir á la hora que no pensáis” (Mateo 24.44 – RVR1909). Las personas no saben el momento de la segunda venida de Jesucristo, ni piensan en este acontecimiento, porque se quedan sin estar preparados para el magno recibimiento. Esto significa que estar apercibido es prepararse y disponer lo necesario para dicha preparación. Además en los casos que no se piensa en determinada situación se requiere advertir, tomar conciencia y darse cuenta. Jesucristo lo confirma: “Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del hombre ha de venir” (Mateo 25.13 – RVR1909). Velar incluye observar atentamente, cuidar con detalle y esmero, estar a la espera y expectativa de lo que acontezca, según la profecía bíblica.


Una de las señales principales es la siguiente: “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, por testimonio á todos los Gentiles; y entonces vendrá el fin” (Mateo 24.14 – RVR1909). Esta predicción se cumple con la invención tecnológica de las telecomunicaciones, iniciada con la radio, seguida de la televisión, satélite de comunicaciones y finalmente con el internet. El evangelio del reino ha sido predicado en todo el mundo, esta parte está en cumplimiento,



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delimitado por la expresión a todos los gentiles: “… hasta que haya entrado la plenitud de los Gentiles” (Romanos 11.25 – RVR1909). ¿Cuándo se cumple la totalidad o plenitud de los gentiles? Jesucristo dijo: “… hasta que los tiempos de las gentes sean cumplidos” (Lucas 21.24 – RVR1909). Este tiempo lo decide y determina Dios Padre en su sola potestad: “Empero de aquel día y de la hora, nadie sabe; ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre” (Marcos 13.32 – RVR1909). La predicción inicial se cumple con la invención tecnológica de las telecomunicaciones, la siguiente predicción se traslapa y se lleva a cabo con la Edad del Calentamiento Global: “Entonces habrá señales en el sol, y en la luna, y en las estrellas; y en la tierra angustia de gentes por la confusión del sonido de la mar y de las ondas: Secándose los hombres á causa del temor y expectación de las cosas que sobrevendrán á la redondez de la tierra: porque las virtudes de los cielos serán conmovidas” (Lucas 21.25 al 26 – RVR1909).

El significado de secar es extraer la humedad debido al aire o calor, especialmente con el efecto invernadero o la vaporización, por consiguiente la pérdida del equilibrio con el cambio climático. Esto provoca en los seres humanos gran temor y expectación, por lo que sobreviene a la atmósfera terrestre o redondez de la tierra, relacionado con la parte gaseosa de la tierra. La venida del tiempo del fin se cumple con la predicación del evangelio del reino en todo el mundo, hasta que se cumpla la entrada de la plenitud de los gentiles. Esta predicación a todo el mundo se ayuda con la innovación de las tecnologías, radio, televisión, satélites de comunicación e internet. Además se traslapa con la predicción de la Edad del Calentamiento Global, desde la reducción de la capa de ozono y el agujero en la misma, hasta nuestros tiempos con el desarrollo de la tercera revolución industrial. El aumento del dióxido de carbono, trae consigo la consecuencia de mayor retención de calor atmosférico y sobrecalentamiento global, aunado al gran aumento de población y la necesidad de explotación, extracción y producción industrial. La Edad del



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Calentamiento Global se inicia con la reducción de la capa de ozono y el proceso de formación de un agujero en la misma.

La problemática en el ozono tiende a regenerar, pero el aumento de población y del avance de cada revolución industrial contemporánea son inevitables, por consiguiente, la generación en aumento del dióxido de carbono, con la consecuencia de mayor retención de calor atmosférico y sobrecalentamiento global. El efecto del derretimiento de los glaciares, por ejemplo, el deshielo del Ártico y el consecuente aumento en el nivel de los océanos. Esto se agrava con el calentamiento del agua, el calentamiento solar influye en la temperatura atmosférica y la generación de fuertes vientos, como grandes olas del mar manifestados como ondas y oscilaciones, ya sean atmosféricas o marinas. Se incrementa el riesgo de las inundaciones. Hay un aumento en el nivel, ondas y sonido del mar, que causan mucha confusión entre los seres humanos. A esta problemática se suma el constante incremento de la contaminación ambiental y la posibilidad de afectar los acuíferos o fuentes de agua potable. Además de la acostumbrada contaminación por el uso de combustibles fósiles y los crecientes incendios forestales, por consiguiente la amenaza latente del deterioro para los océanos y la vida marina. La destrucción como contrario a la creación de Dios.


La combinación de aumento en la ciencia, fue anunciado por el profeta Daniel para el tiempo del fin, por consiguiente la industria y tecnología: “Tú empero Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin: pasarán muchos, y multiplicaráse la ciencia” (Daniel 12.4 – RVR1909). Este tiempo del fin se asocia al aumento de la ciencia, porque concuerda con el tiempo del fin del sistema de gobierno humano, debido a que adversan la administración del planeta como si fueran dioses contra el Dios Creador: “Mas el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella están serán quemadas. Pues como todas estas cosas han de ser



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deshechas, ¿qué tales conviene que vosotros seáis en santas y pías conversaciones, Esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos siendo encendidos serán deshechos, y los elementos siendo abrasados, se fundirán?” (2 Pedro 3.10 al 12 – RVR1909). Hay un incremento de la temperatura de la atmósfera terrestre. La angustia de los seres humanos por la confusión de las ondas y del sonido en el mar, se debe al rozamiento de las ondas con la superficie del agua o con el gas de la atmósfera, provocando un aumento de la transformación en calor.

En el caso de la propagación del sonido, es mayor por las altas temperaturas del mar, esta es la causa del estruendo y retumbo, confusión y bullicio percibido por ciertas zonas de la población mundial: “En un momento, en un abrir de ojo, a la final trompeta; porque será tocada la trompeta, y los muertos serán levantados sin corrupción, y nosotros seremos transformados” (1 Corintios 15.52 – RVR1909). Semejante es el estruendo y retumbo que anunciará la venida del Señor: “Porque el mismo Señor con aclamación, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero: Luego nosotros, los que vivimos, los que quedamos, juntamente con ellos seremos arrebatados en las nubes á recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” (1 Tesalonicenses 4.16 al 17 – RVR1909). Mediante la misma tecnología de televisión e internet, tanto del lado de oriente del planeta como del lado de occidente: “Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del hombre” (Mateo 24.27 – RVR1909), el mundo presenciará el acontecimiento final y serán testigos de lo sucedido: “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra se lamentarán sobre él. Así sea. Amén” (Apocalipsis 1.7 – RVR1909). Esta es la importancia de conservar la fidelidad y lealtad a Jesucristo al final de la Edad del Calentamiento Global: “Porque es justo para con Dios pagar con tribulación á los que os atribulan; Y á vosotros, que sois atribulados, dar reposo con nosotros,



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cuando se manifestará el Señor Jesús del cielo con los ángeles de su potencia, En llama de fuego, para dar el pago á los que no conocieron á Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo” (2 Tesalonicenses 1.6 al 8 – RVR1909).

El tiempo del fin se inicia con el siglo veinte en el año 1900, con el auge, crecimiento y desarrollo de la tecnología hasta nuestros días, especialmente con la invención de la radio, televisión, satélites de comunicaciones e internet, estos medios son importantes para que se cumpla la siguiente escritura: “Y a todas las gentes conviene que el evangelio sea predicado antes” (Marcos 13.10 – RVR1909). En este mismo siglo sucede traslape, del inicio de la Edad del Calentamiento Global, con la reducción del ozono y el descubrimiento de un agujero en el mismo. Aunque la capa de ozono se regenera el calentamiento global sigue su curso infinito. La Biblia misma menciona a los que destruyen el planeta: “Y se han airado las naciones, y tu ira es venida, y el tiempo de los muertos, para que sean juzgados, y para que des el galardón á tus siervos los profetas, y á los santos, y á los que temen tu nombre, á los pequeñitos y á los grandes, y para que destruyas los que destruyen la tierra” (Apocalipsis 11.18 – RVR1909). El siglo veinte ofrece la combinación de la técnica, tecnología y las comunicaciones, a saber, las telecomunicaciones y la mayor industria, de manera que dan forma a la tercera revolución industrial, por consiguiente la continuación y reforzamiento del calentamiento global. El siglo veintiuno destaca por la digitalización mundial, desarrollo de la inteligencia artificial, incremento de la ciencia e impulso al surgir de una cuarta revolución industrial. Previo a las predicciones anteriores en alusión al inicio de 1900 con el tiempo del fin, el aumento de la maldad y el pecado, al llegar el siglo veinte, antes se vive la época o período apóstata, entre el siglo primero y diecinueve:


“Sabiendo primero esto, que en los postrimeros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, Y diciendo: ¿Dónde está la promesa


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de su advenimiento? porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación. Cierto ellos ignoran voluntariamente, que los cielos fueron en el tiempo antiguo, y la tierra que por agua y en agua está asentada, por la palabra de Dios; Por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua: Mas los cielos que son ahora, y la tierra, son conservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio, y de la perdición de los hombres impíos” (2 Pedro 3.3 al 7 – RVR1909).

Esta apostasía corresponde a una forma de vida del ser humano, a la vez una filosofía de vida, donde se presenta un tipo de ignorancia a conveniencia, o sea, voluntaria, porque fingen ser desentendidos. Al término del tiempo se finaliza con la perdición de los hombres impíos: “Y dijo: Anda, Daniel, que estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del cumplimiento. Muchos serán limpios, y emblanquecidos, y purificados; mas los impíos obrarán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá, pero entenderán los entendidos” (Daniel 12.9 al 10 – RVR1909). Esta época o período de apostasía es la rebeldía de la impiedad, en alzada y rebelión contra la autoridad de Dios, sin amor ni respeto a la consagración y santidad a Jesucristo, en absoluto abandono, deserción, negación, renuncia, repudio y traición hacia el ejemplo y modelo de vida de Jesús: “No os engañe nadie en ninguna manera; porque no vendrá sin que venga antes la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, Oponiéndose, y levantándose contra todo lo que se llama Dios, ó que se adora; tanto que se asiente en el templo de Dios como Dios, haciéndose parecer Dios” (2 Tesalonicenses 2.3 al 4 – RVR1909). Desde el primer siglo hasta nuestros días se ha manifestado por dos mil años, un sistema reinante contrario a la creencia y práctica de Jesucristo, que aprisiona y asesina a sus seguidores. El mismo ser humano ha llevado al mundo a una primera y a una segunda guerra mundial, sin respetar



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el derecho a la vida, ejerciendo un dominio e imponiendo su propia voluntad, como si fuera la voluntad infalible de Dios.

La apostasía inicia en el primer siglo con el santo mártir Esteban: “Y apedrearon á Esteban, invocando él y diciendo: Señor Jesús, recibe mi espíritu. Y puesto de rodillas, clamó á gran voz: Señor, no les imputes este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió” (Hechos 7.59 al 60 – RVR1909). Durante todo el período previo al tiempo del fin, se mantuvo caracterizado por la muerte y persecución a los seguidores de Jesucristo: “Otros experimentaron vituperios y azotes; y á más de esto prisiones y cárceles; Fueron apedreados, aserrados, tentados, muertos á cuchillo; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; De los cuales el mundo no era digno; perdidos por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra” (Hebreos 11.36 al 38 – RVR1909). En la segunda carta a los Tesalonicenses se hace mención de este sistema apóstata, dictatorial, imperial y opresor, donde prescinden de Jesucristo y no quieren formar y tener parte con él: “¿No os acordáis que cuando estaba todavía con vosotros, os decía esto? Y ahora vosotros sabéis lo que impide, para que á su tiempo se manifieste. Porque ya está obrando el misterio de iniquidad: solamente espera hasta que sea quitado de en medio el que ahora impide” (2 Tesalonicenses 2.5 al 7 – RVR1909). Aquí el autor menciona en la segunda carta a los Tesalonicenses, una alusión en forma indirecta del Imperio romano, que en el código y lenguaje simbólico se describe y detalla en el escrito del Apocalipsis o Revelación. La solución inevitable es la inminente segunda venida de Jesucristo, para detener o suspender la imposición de persecución y muerte a sus seguidores, con la premisa que a su debido tiempo urge.


Lo lamentable del caso es que el Imperio romano a pesar de su cristianización, posteriormente como una organización religiosa, también se practica la persecución y muerte de sus oponentes. Se ven envueltos en marañas de engaño y mentira como verdugos, a través de lo que llaman las guerras santas e



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inquisición, con crímenes anticristos del sistema contrario a Cristo. Esto equivale a una lamentable mancha en la historia eclesiástica, que solo se olvidará permanente con la segunda venida de Jesucristo, para pagar a cada responsable de las acciones contrarias al ejemplo, enseñanza y modelo de Cristo.


Luego la Iglesia, tanto con sede central en Roma como de origen protestante, dejan de buscar, perseguir y matar a los llamados como herejes, pero surgen las doctrinas y naciones contrarias a Cristo, que continúan la aprensión, persecución y muerte de muchos cristianos hasta nuestros días. Este sistema previo al tiempo del fin, representa las políticas del ser humano y gobiernos dictatoriales, que se imponen en beneficio de unos y perjuicio de otros, ya sean a nivel interno de una cultura, etnia, nación o a nivel internacional. Se hace mayor y claramente visible cuando asesinan o encarcelan a quienes se oponen al sistema. El Apocalipsis o Revelación es un claro ejemplo de un código o lenguaje en clave, señal y en símbolo. Se describe indirectamente los alcances del Imperio romano opresor en la persecución y muerte de los cristianos: “Y cuando él abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sido muertos por la palabra de Dios y por el testimonio que ellos tenían. Y clamaban en alta voz diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre de los que moran en la tierra? Y les fueron dadas sendas ropas blancas, y fuéles dicho que reposasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completaran sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos” (Apocalipsis 6.9 al 11 – RVR1909).


También en la colonización y conquista en el continente Americano y otras latitudes del planeta, inclusive los mismos colonos llamados cristianos o naciones llamadas cristianas. En todo caso la segunda de Tesalonicenses hace alusión o referencia a un sistema, con la criminalidad de matar a su prójimo, por cualquier clase de justificación o pretexto y con la impunidad de sus malos actos, que discrimina y excluye el ejemplo, enseñanza, mensaje y modelo de vida de Jesucristo.



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Esta impunidad llega hasta que Dios mismo tome medidas finales al respecto, como dice el profeta Sofonías: “Por tanto, esperadme, dice Jehová, al día que me levantaré al despojo: porque mi determinación es reunir las gentes, juntar los reinos, para derramar sobre ellos mi enojo, todo el furor de mi ira; porque del fuego de mi celo será consumida toda la tierra” (Sofonías 3.8 – RVR1909). Por esta razón, Dios que es Amor, corrige como un Dios Justo, que retribuye con castigo al injusto, malvado y perverso, por causa del precedente de mal y pecado cometido. Además por la falta de compromiso y de la responsabilidad, que el ser humano tiene que asumir, ya que se hace justicia a manera de una purificación, a través de la consumación con el fuego del Eterno: “Así que, tomando el reino inmóvil, retengamos la gracia por la cual vamos á Dios agradándole con temor y reverencia; Porque nuestro Dios es fuego consumidor” (Hebreos 12.28 al 29 – RVR1909).

El humano tiene que asumir su propia responsabilidad, como administrador y mayordomo, porque por su infidelidad y su negligencia, además de destruir a quienes están a su alrededor, destruye el planeta mismo con su contaminación y corrupción, en todo el ámbito legal y social. El Apocalipsis entre su simbología menciona que por causa del calor, los seres humanos en lugar de convertirse a Dios para clamar auxilio, y dar la gloria y honra a Dios, proceden a blasfemar contra Dios por el excesivo calor: “Y oí á otro del altar, que decía: Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos. Y el cuarto ángel derramó su copa sobre el sol; y le fué dado quemar á los hombres con fuego. Y los hombres se quemaron con el grande calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene potestad sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria” (Apocalipsis 16.7 al 9 – RVR1909). La preparación previa en el ser humano requiere el cambio con persistencia de la actitud perjudicial. Saber y tener las herramientas espirituales del ser interior, provee una poderosa decisión, que afronta el estrago y problemática del mal y del pecado, tanto en el mundo actual como futuro, durante el transcurso del tiempo final o tiempo del fin.



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2) LA MEDITACIÓN, ORACIÓN Y REFLEXIÓN, COMO PREPARACIÓN PARA EL TIEMPO DEL FIN


Las personas muchas veces planean sus vidas en relación con el domicilio, estudio, familia, ocupación, trabajo, vacaciones, entre otros. En el caso de lo espiritual proyectado a lo celestial, la preparación para el tiempo del fin, es determinante en la misión del propósito y razón de ser de la persona en la vida presente, con la visión puesta en la condición futura deseada en la vida eterna. El tiempo del fin para una persona puede ser su duración de vida o longevidad, pero se podría cumplir con el fin del sistema mundial a la segunda venida de Jesucristo. Esto es indispensable para tener una coherencia adecuada, conveniente y correcta, en la espiritualidad correspondiente del ser humano, en armonía, conexión y sintonía, frente a la comunicación con Jesucristo como mediador ante Dios Padre.


La barrera psicológica afecta y altera la transmisión emisor – receptor, en la codificación y decodificación del mensaje entre la humanidad como creación y Dios como su Creador. Por ejemplo, el distractor y ruido provocado por las costumbres y construcciones culturales que distancian al ser humano de Dios. Algunos tienen la creencia de vivir por vivir, sin necesidad de consagración y santificación a Jesucristo, por consiguiente el pensamiento de que ser santo es imposible o una utopía irrealizable. Sus vidas tienen una visión limitada, sin provisión más allá de esta vida, sin anhelar la salvación y vida eterna. No creen en la acción



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divina inherente a la trayectoria de vida de la experiencia humana.

En la crisis actual de la pandemia, se muestra una diversidad de factores mentales en las personas, que les imposibilita la comprensión y entendimiento con claridad del conocimiento, idea y plan de Dios. En el caso de la bondad, generosidad y solidaridad se contrasta con la altivez, egoísmo y prepotencia, como barrera de espiritualidad en la comunicación con Dios. Las personas espirituales son sensibles y poco apegadas a lo material del beneficio propio, pero espléndidas en ayudar y compartir para el bien común. Estas personas son proactivas que también aplica en lo espiritual, tienen la capacidad de iniciativa de anticipar y reaccionar a los hechos, con compromiso, decisión y responsabilidad. Se considera la proactividad como la actitud de mejorar y superar constantemente, cuando se mide las consecuencias y se actúa con la disposición de enfrentar cualquier situación, para resolver y aportar soluciones eficientes. Hay una relación con encontrar el sentido a la vida activa en la colaboración, cooperación, solidaridad y voluntariedad. La barrera del ofuscamiento en la comunicación efectiva, se presenta cuando hay un incremento de incertidumbre y preocupación, debido a la confusión de las ideas por la oscuridad de la razón, con la consecuente desorientación, equivocación y turbación. Se manifiesta mayormente a través de la irresolución y perplejidad de la duda de lo que se debe hacer en una determinada situación.


Es fundamental en estos casos potencializar la capacidad de saber escuchar y hacer. A nivel colectivo se presenta lo socio – emocional, que integra lo físico – mental del individuo con otros individuos en el ámbito de la sociedad. Se involucra lo que llaman el aprendizaje, educación y mejora continua, en cada persona y en la sociedad en general. Aunque hay una autonomía e independencia en la comprensión, compromiso y



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responsabilidad del ser humano, cada persona tiene una interdependencia con los demás, de igualdad en la correspondencia y reciprocidad. Esto se demuestra con la situación de la pandemia del COVID-19, donde se utiliza el aislamiento, cubrebocas y distanciamiento para evitar esparcir el contagio entre personas. El Coronavirus no discrimina a nadie y nos hace más iguales a todos los seres humanos como nunca antes visto. Lo socio – emocional nos ayuda a ser personas más colaborativas, cooperativas y serviciales, en nuestras interacciones cotidianas con otras personas, donde se requiere una mayor comunicación empática, para comprender las emociones ajenas y una auténtica identificación con los demás.

Nos renovamos y volvemos a Dios con decisión y obediencia, con la meditación cotidiana y piadosa de las Sagradas Escrituras, como alimento espiritual para nuestras vidas. Las mismas representan un sistema de principios y valores que nos centran, enfocan y ubican en Jesucristo, para salvación y vida eterna. Hay un arrepentimiento, conversión y resarcimiento, para volvernos al amor, fidelidad, lealtad y servicio a nuestro Señor. La naturaleza humana se cambia a espiritual mediante Cristo, para llevarnos al camino del conocimiento celestial, como enviado de Dios Padre. Esta meditación en la palabra de Dios, a través de Jesucristo, es una fuente de poder energética del Espíritu Santo, sumado a la práctica de la comunión en oración: “Y asimismo también el Espíritu ayuda nuestra flaqueza: porque qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos; sino que el mismo Espíritu pide por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones, sabe cuál es el intento del Espíritu, porque conforme á la voluntad de Dios, demanda por los santos” (Romanos 8.26 al 27 – RVR1909). La paz interior y serenidad, sin turbación física, mental o moral, se logra con la meditación, oración y reflexión espiritual en Cristo. Porque la persona se enfoca en Jesucristo, como fuente de vida abundante para salvación y vida eterna, especialmente por la confianza, convicción y seguridad, de haber encontrado y saber que



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Cristo es a quien buscaba, para alcanzar el amor, esperanza y fe, especialmente la felicidad de ser parte del amor de Dios.

La salud físico – mental colectiva e individual es necesaria para una buena relación socio – emocional, con el resultado de un mejor control de la ansiedad y del estrés. Especialmente para prevenir ciertos niveles del desánimo y depresivos. El dolor social provocado por la pandemia, podría generar la aflicción y sentimiento de haber ofendido, primeramente a Dios y seguidamente al prójimo. Es un arrepentimiento y pesar de nuestras acciones, de la omisión del bien y de la práctica del mal. Por esta razón, siempre hemos afirmado que no basta con la dimensión de lo natural, es indispensable actuar y mirar la trascendencia hacia lo espiritual, tener muy en claro el compromiso con los principios, valores y virtudes de Jesucristo. Aquí es donde se hace indispensable la meditación, oración y reflexión, para una vida saludable, inclusive para comer el tipo correcto de alimentos y lograr una armonía sana en el organismo. Ejercitar la paciencia, se fortalece y robustece una firme salud emocional. El desarrollo y disciplina mental, la exploración en profundidad de la Biblia, con pensamiento analítico y sentido crítico, el lenguaje claro, conciso y sobre todo respetuoso.


El Internet se complementa a la radio y televisión, como medios poderosos de transmisión de valores, especialmente el evangelio de Jesucristo hasta lo último de la tierra. La combinación del auge del Internet con el desarrollo del calentamiento global en proceso, contribuyen al cumplimiento profético previo de la segunda venida de Jesucristo. La historia de la humanidad en los últimos aproximadamente seis mil años, se dividen en la Edad de la Agricultura y Ganadería, la Edad Industrial y de Telecomunicaciones, la Edad del Calentamiento Global y próximamente la Edad Definitiva del Reino Celestial. Debido a la influencia global de las actividades humanas en el cambio del clima, especialmente por su afectación al medio ambiente,



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algunos alegan su origen antropogénico, desde el punto de vista geológico y en el sentido de las actividades de influencia humana en detrimento de las capas terrestres del planeta. Esta afectación mundial sumada a la concordancia con el tiempo del fin, hacen urgente el clamar e invocar el nombre de Jesucristo como mediador ante Dios Padre, para rogar por su ayuda e intervención.

La humanidad culturalmente y socialmente hace del cristianismo un estereotipo o estigma repulsivo, así es como revolucionariamente luchan contra otros tipos de discriminación, pero discriminan a Jesucristo para evadir todo compromiso y responsabilidad ante Dios Padre. Previo a la pandemia COVID-19 o SARS-CoV-2 en el año 2019, se propagó la persecución a los cristianos con violencias consideradas a nivel de genocidio. También una oleada de contagios en las legislaciones de muchos países, con la aprobación de leyes que promueven comportamientos y conductas anticristianas, conocidas como la cultura e ideología de la muerte. Cuando se persigue a la iglesia cristiana se persigue a Jesús mismo, tal fue el caso de Saulo conocido posteriormente como Pablo:


“Y Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al príncipe de los sacerdotes, Y demandó de él letras para Damasco á las sinagogas, para que si hallase algunos hombres ó mujeres de esta secta, los trajese presos á Jerusalem. Y yendo por el camino, aconteció que llegando cerca de Damasco, súbitamente le cercó un resplandor de luz del cielo; Y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Y él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y él dijo: Yo soy Jesús á quien tú persigues: dura cosa te es dar coces contra el aguijón” (Hechos 9.1 al 5 – RVR1909).


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Se dice que sin finalizar la primera oleada del Coronavirus en el mundo, ya hay indicios de otras oleadas consecutivas de la pandemia. Posiblemente este virus COVID-19 va a ser más agresivo, esto implica mejorar tratamientos curativos y vacunas preventivas. Hay que esperar la evolución del mundo frente a este peligro sanitario, con las consecuencias económicas y psicosociales, en relación con el comportamiento y la conducta humana. La hipótesis o teoría es que Dios tiene el control de lo que sucede, porque la tendencia de las naciones es discriminar, excluir y marginar a Dios mediante las legislaciones y revoluciones culturales, llamadas libertarias y progresistas, confundidas muchas veces con la anarquía y libertinaje. Los acontecimientos mundiales constituyen un pronunciamiento de Dios, quien determinará su última palabra en el destino final del planeta, máxime porque según las Sagradas Escrituras estamos en el tiempo del fin. La evidencia que comprueba la validez de cualquier tesis, serán los hechos reales de los sucesos enfrentados por el planeta.


Hasta ahora los hechos demostrados por las corrientes gobernantes del mundo, es la falta de consagración, dedicación, reconocimiento y santificación a Jesucristo. De ninguna manera hay rendimiento de cuentas por el rumbo discriminatorio e intolerante hacia Jesucristo, especialmente la actitud despectiva a la sangre derramada por Cristo en su crucifixión: “¿Cuánto pensáis que será más digno de mayor castigo, el que hollare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del testamento, en la cual fué santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? Sabemos quién es el que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará su pueblo. Horrenda cosa es caer en las manos del Dios vivo” (Hebreos 10.29 al 31 – RVR1909).


Los principios y valores correctos arraigados en nuestro corazón y mente, desde la interioridad con fuerza y profundidad, se manifiestan y reflejan hacia lo externo con la coherencia de vivir una vida de integridad. Se logra la



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excelencia de vida consagrada a Dios. Esto produce la armonía, paz y santidad de bienestar y salud espiritual, con la trascendencia desde la dimensión natural a la dimensión espiritual. Se concluye que esta vida no es del todo vida, sino una transición temporal, limitada por espacio y tiempo, a la verdadera vida intemporal, la vida celestial y eterna. Por lo tanto, el objeto o propósito de la vida presente tiene relación con la meta de formar parte del séquito celestial. Lo que llaman elevarse por encima del plano animal, carnal, diabólico y terrenal: “Pero si tenéis envidia amarga y contención en vuestros corazones, no os gloriés, ni seáis mentirosos contra la verdad: Que esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrena, animal, diabólica. Porque donde hay envidia y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa” (Santiago 3.14 al 16 – RVR1909). El ser humano se aferra y apega a lo terrenal, mientras tanto, Jesucristo es quien representa el conocimiento celestial: “El que de arriba viene, sobre todos es: el que es de la tierra, terreno es, y cosas terrenas habla: el que viene del cielo, sobre todos es” (Juan 3.31 – RVR1909).

La humanidad desprecia al Hijo de Dios, se dice que de cada siete o casi ocho personas del mundo, solamente dos o a futuro tres se hacen llamar cristianos. Esto representa tan solo un veinticinco por ciento, o sea, la cuarta parte de la población mundial en la actualidad, proyectado hasta un treinta por ciento a futuro. La siguiente parábola de Jesús menciona ciertas proporciones entre creyentes y solo oyentes (el subrayado es nuestro): “Y él dijo: A vosotros es dado conocer los misterios del reino de Dios; mas á los otros por parábolas... Y los de junto al caminoY los de sobre la piedra... Y la que cayó entre las espinas, éstos son los que oyeron; mas yéndose, son ahogados de los cuidados y de las riquezas y de los pasatiempos de la vida, y no llevan fruto. Mas la que en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y llevan fruto en paciencia” (Lucas 8.10 al 15 - RVR1909). Lo que pasa es que la tendencia del humano es trastornar los caminos rectos del



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Señor: “Mas les resistía Elimas el encantador (que así se interpreta su nombre), procurando apartar de la fe al procónsul. Entonces Saulo, que también es Pablo, lleno del Espíritu Santo, poniendo en él los ojos, Dijo: Oh, lleno de todo engaño y de toda maldad, hijo del diablo, enemigo de toda justicia, ¿no cesarás de trastornar los caminos rectos del Señor?” (Hechos 13.8 al 10 – RVR1909).

Inclusive se antepone la voz del mismo humano sin dar la gloria a Dios: “Y un día señalado, Herodes vestido de ropa real, se sentó en el tribunal, y arengóles. Y el pueblo aclamaba: Voz de Dios, y no de hombre. Y luego el ángel del Señor le hirió, por cuanto no dió la gloria á Dios; y espiró comido de gusanos” (Hechos 12.21 al 23 – RVR1909). Estas actitudes presentadas en individuos se generalizan en la sociedad mundial, basta con saber la información estadística de la persecución sufrida por los cristianos, a nivel de genocidio en todo el mundo actual. La dimensión espiritual y celestial requiere el empoderamiento en el Señor Jesucristo. La dimensión natural por sí misma, sin el poder de Dios de ninguna manera puede trascender finalmente a lo celestial. Solamente con el don de Dios podemos alcanzar perfección y santidad, con la debida coherencia en los principios y valores de Dios, en lo que se refiere a la vida como última instancia y de importancia suprema. La fuente que nos inspira y eleva es Jesucristo. La Biblia menciona lo siguiente: “Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, que piensas que el don de Dios se gane por dinero” (Hechos 8.20 – RVR1909). Se dice que fuimos seres celestiales que venimos al mundo a vivir una experiencia humana, de manera que ya hay un conocimiento previo, donde ningún ser humano queda impune de cualquier indecisión y desobediencia. En este sentido no hay acepción de personas para con Dios. La Biblia dice:


“Porque no hay acepción de personas para con Dios. Porque todos lo que sin ley pecaron, sin ley también


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perecerán; y todos los que en la ley pecaron, por la ley serán juzgados: Porque no los oidores de la ley son justos para con Dios, mas los hacedores de la ley serán justificados. Porque los Gentiles que no tienen ley, naturalmente haciendo lo que es de la ley, los tales, aunque no tengan ley, ellos son ley á sí mismos: Mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio juntamente sus conciencias, y acusándose y también excusándose sus pensamientos unos con otros; En el día que juzgará el Señor lo encubierto de los hombres, conforme á mi evangelio, por Jesucristo” (Romanos 2.11 al 16 – RVR1909).

Jesucristo es quien le da capacidad, fe y sentido a la vida del justo. La Biblia hace referencia del justo, en alusión al ejercicio de la fe y justicia con exactitud y precisión. La práctica eficiente de la justicia en el justo maximiza el poder del resultado de la oración: “Confesaos vuestras faltas unos á otros, y rogad los unos por los otros, para que seáis sanos; la oración del justo, obrando eficazmente, puede mucho. Elías era hombre sujeto á semejantes pasiones que nosotros, y rogó con oración que no lloviese, y no llovió sobre la tierra en tres años y seis meses. Y otra vez oró, y el cielo dió lluvia, y la tierra produjo su fruto” (Santiago 5.16 al 18 – RVR1909). La vida requiere un equilibrio con sabiduría, tener bien claro los principios y valores, con un compromiso y responsabilidad de practicar los mismos. La sabiduría consiste en el buen juicio y conocimiento profundo del temor a Dios: “Oirá el sabio, y aumentará el saber; Y el entendido adquirirá consejo; Para entender parábola y declaración; Palabras de sabios, y sus dichos oscuros. El principio de la sabiduría es el temor de Jehová: Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza” (Proverbios 1.5 al 7 – RVR1909).


En el caso de la fe está ligada a la consciencia de la invocación del nombre de Dios. La fe es certeza, confianza, convicción y seguridad en Dios. La fe es comprender y



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entender a Dios, con el efecto de una respiración de serenidad y tranquilidad, sin turbación física o moral, debido a la confianza y creencia en Dios. La fe se ejerce con el corazón y la mente, implica la actitud, emoción y sentimientos. La fe integra la personalidad con el carácter y temperamento. La intensidad de la fe tiene relación con la fuerza de unir o ligar a Dios, originalmente influenciada por la religión. En relación con invocar el nombre de Dios, se establece que su representación está en el nombre de Jesucristo, el nombre del Hijo de Dios que está por sobre todo nombre entre los seres humanos. En las últimas décadas la tendencia mundial en muchas naciones es legislar en contra de la fe y la invocación del nombre de Dios. Legislaciones en proceso en el mundo, referente al aborto, cannabis recreativo, eutanasia, matrimonio de igualdad civil, suicidio asistido, entre otros, están pendientes por la conmoción de la pandemia del coronavirus COVID-19 o SARS-CoV-2. Hay que esperar el destino final del planeta, en lo económico y psicosocial, especialmente en el comportamiento y la conducta. Además de la expectativa futura de la llegada de nuevas cepas, pandemias y virus más contagiosos y letales. Posiblemente la nueva normalidad social sea el imprescindible e indispensable temor a Dios, congruente con la imperante moral y buenas costumbres.

El ser humano en su relación directa con Dios, tiene una conexión consciente del conocimiento de lo que hace y piensa, en función de la obediencia, respeto, reverencia y sumisión, más relacionados con el temor a Dios. La consciencia es un medio de cohesión de energía, enlace y fuerza de atracción del ser humano con su Creador: “Pues el fin del mandamiento es la caridad nacida de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida: De lo cual distrayéndose algunos, se apartaron á vanas pláticas; Queriendo ser doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan, ni lo que afirman” (1 Timoteo 1.5 al 7 – RVR1909). Otro término que también aplica en lo espiritual es la sinergia, o sea, la acción conjunta para el logro de un fin común y un



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mismo resultado, hay un mayor alcance de la influencia en la unión del trabajo en equipo. Jesucristo es nuestro núcleo central, donde se agregan y adhieren fuertemente sus discípulos para formar un todo. Jesucristo es el proveedor del agua viva donde todos bebemos y saciamos nuestra sed espiritual, con la confianza y seguridad en la fuente de vida abundante. Ahora podemos ver a Jesucristo con una visión clara y sin ningún tipo de distorsión. En nuestro Señor podemos ver reflejado nuestro propio ser:

“Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, le quitará: y todo aquel que lleva fruto, le limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros sois limpios por la palabra que os he hablado. Estad en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto de sí mismo, si no estuviere en la vid; así ni vosotros, si no estuviereis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos: el que está en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque sin mí nada podéis hacer. El que en mí no estuviere, será echado fuera como mal pámpano, y se secará; y los cogen, y los echan en el fuego, y arden. Si estuviereis en mí, y mis palabras estuvieren en vosotros, pedid todo lo que quisiereis, y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. Como el Padre me amó, también yo os he amado: estad en mi amor. Si guardareis mis mandamientos, estaréis en mi amor; como yo también he guardado los mandamientos de mi Padre, y estoy en su amor. Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido” (Juan 15.1 al 11 – RVR1909).

La adoración es la alabanza, culto, obediencia y oración a Dios Padre y a su Hijo Jesucristo, con conciencia de lo que se hace, o sea, conocimiento interior y reflexivo para hacer el



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bien y evitar el mal (Mateo 6.13; 2 Corintios 13.7). En el acto de adoración que describe el salmista involucra arrodillarse y postrarse delante de Jehová nuestro Hacedor (Salmos 95.6). La oración es la comunicación directa del ser humano con Dios, hay poder en la oración y es eficaz, debe hacerse decentemente y con orden, porque se ora con el espíritu y con el entendimiento (1 Corintios 14.15 y 40). Se requiere orar al Padre en el nombre de su Hijo Jesús (Juan 14.13 al 14), crédulo de recibir la petición (Mateo 21.22). Es necesario orar siempre sin desmayar (Lucas 18.1), porque Dios oye al obediente y temeroso de su voluntad (Juan 9.31). El oye la oración sincera hecha con humillación (2 Crónicas 7.14; Santiago 4.8 al 10), que se acerca y le busca con fe (Hebreos 11.6), porque es importante el espíritu quebrantado, con el corazón contrito y humillado (Salmos 51.17). La obediencia es clave para ser escuchada (Proverbios 28.9), y el estar en paz con el prójimo (Mateo 5.23 al 24). Es necesaria la oración en comunidad (Hechos 12.12), rogar los unos por los otros (Santiago 5.16), orar por los miembros de la iglesia (Efesios 6.18), y por los seres humanos (1 Timoteo 2.1 al 3) en general.

Hay pasajes acerca de la oración de postrado y rodillas (Salmos 95.6). Conforme se pueda, se recomienda la oración en estas posiciones, siempre y cuando las condiciones del lugar lo permitan o no haya ningún impedimento, debido a capacidad física diferente. Es devoción realizar la oración de rodillas, como el profeta Daniel que se hincaba de rodillas tres veces al día, (Daniel 6.10) esta posición es una forma de humillación ante Dios. En la Biblia la expresión caer sobre el rostro significa postrarse (Números 14.5, 16.4; 2 Crónicas 7.3). Se debe doblar las rodillas en el nombre de Jesucristo (Isaías 45.23; Hechos 21.5; Romanos 14.11; Filipenses 2.10 al 11). Jesús nos dio el ejemplo cuando oró de rodillas ante el Padre (Lucas 22.41). El apóstol Pablo dejó precedente de orar en esta posición (Efesios 3.14).



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3) CAMBIO DE MENTALIDAD Y SENSIBILIDAD ESPIRITUAL


En relación con las capacidades o habilidades cognitivas, se involucran procesos de información y mentales acerca del conocimiento. Hemos afirmado la existencia de tres tipos de conocimiento: natural, espiritual y celestial. Cada uno de estos engloba todos los demás conocimientos existentes afines a su dimensión correspondiente. En nuestro caso el análisis, estudio e investigación es sobre el énfasis de la atención y concentración de la actividad mental enfocada en Jesucristo. En su primera venida Jesús dijo: “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay: de otra manera os lo hubiera dicho: voy, pues, á preparar lugar para vosotros. Y si me fuere, y os aparejare lugar, vendré otra vez, y os tomaré á mí mismo: para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Juan 14.1 al 3 – RVR1909). En este pasaje Jesucristo promete volver otra vez. En el caso de su segunda venida está la señal de la Edad del Calentamiento Global:


“El Dios de dioses, Jehová, ha hablado, Y convocado la tierra desde el nacimiento del sol hasta donde se pone. De Sión, perfección de hermosura, Ha Dios resplandecido. Vendrá nuestro Dios, y no callará: Fuego consumirá delante de él, Y en derredor suyo habrá tempestad grande. Convocará á los cielos de arriba, Y á la tierra, para juzgar á su pueblo. Juntadme mis santos; Los que hicieron conmigo pacto con sacrificio. Y denunciarán los cielos su justicia; Porque Dios es el juez (Selah)” (Salmos 50.1 al 6 – RVR1909).


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Se dice que la señal del calentamiento global llegó para quedarse y no hay marcha atrás. La expresión “Fuego consumirá delante de él” mencionada en el pasaje anterior de los Salmos, también se dice en el profeta Joel: “Delante de él consumirá fuego, tras de él abrasará llama; como el huerto de Edén será la tierra delante de él, y detrás de él como desierto asolado; ni tampoco habrá quien de él escape. Su parecer, como parecer de caballos; y como gente de á caballo correrán. Como estruendo de carros saltarán sobre las cumbres de los montes; como sonido de llama de fuego que consume hojarascas, como fuerte pueblo aparejado para la batalla” (Joel 2.3 al 5 – RVR1909). También el profeta Isaías realiza una mención similar: “Y la luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol siete veces mayor, como la luz de siete días, el día que soldará Jehová la quebradura de su pueblo, y curará la llaga de su herida. He aquí que el nombre de Jehová viene de lejos: su rostro encendido, y grave de sufrir; sus labios llenos de ira, y su lengua como fuego que consume” (Isaías 30.26 al 27 – RVR1909).


Por lo tanto, conscientes de la presencia del calentamiento global como señal de los tiempos finales, la pregunta es la siguiente: ¿Cuál es la clave para el cambio de mentalidad y sensibilidad espiritual? Pero ¿qué o quién determina esta clave? La clave es la preparación para la segunda venida de Jesucristo. De manera que es la condición de conocimiento que uno tiene sobre el cambio, disposición y mejora, requeridos para recibir a Jesucristo en su segunda venida. Lo que determina es el nivel necesario de preparación preventiva, para la espera o esperanza en la promesa de la segunda venida de Jesucristo. Es un estado de consciencia y ánimo de ser y tener la condición personal suficiente, para encontrarse con el Señor en su segunda venida. Es la certeza y seguridad de la posibilidad de alcanzar y lograr la participación de recibir la transformación corporal, para tener vida eterna con el Señor Jesucristo en su venida. La confianza y convicción de haber realizado o rectificado lo necesario para estar preparado, en el momento adecuado,



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oportuno y presente, en relación con la segunda venida del Señor Jesucristo. Es imprescindible una excelente forma o manera de ser, en todo lo relacionado a la actitud, carácter y personalidad en general, comparado con el ejemplo y modelo de vida en profundidad en Jesucristo. Además del predominio de una intención optimista y positiva con la mirada puesta en Jesús, como el Maestro y Mentor de nuestras vidas.

El mayor bien inmaterial y material ofrecido por Dios Padre para beneficio del ser humano, es la posibilidad de gozar la recompensa de estar corporalmente transformados al lado de su Hijo Jesucristo, a partir de su encuentro en la segunda venida del Señor. Este cumplimiento de cuerpo incorruptible para la vida eterna, es la culmine o clímax, de la relación espiritual con Jesucristo en el corazón y la mente de cada uno en la vida presente. Por esta razón cuando muere una persona en la paz de Cristo, se refiere a su condición del ánimo con sosiego y tranquilidad, mayormente del temperamento pacífico moldeado por Jesucristo, preparado con anticipación durante el trayecto de su vida cotidiana, para morir en cualquier momento con la paz y santidad, sin la cual nadie verá al Señor. Precisamente a estos principios, valores y virtudes heredados por Jesucristo, la mayor de todas es el amor y caridad que son representados por la Persona y la Personalidad de Jesucristo. Esto significa que ante todo Jesucristo es primero: “Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si alguno edificare sobre este fundamento oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca; La obra de cada uno será manifestada: porque el día la declarará; porque por el fuego será manifestada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego hará la prueba” (1 Corintios 3.11 al 13 – RVR1909).


Por cierto, según mencionamos acerca del calentamiento global, el pasaje mencionado anteriormente se reitera nuevamente la mención del fuego, pero el tema que nos atañe en este análisis es el amor y caridad representados por Jesucristo: “Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no



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tengo caridad, vengo á ser como metal que resuena, ó címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia; y si tuviese toda la fe, de tal manera que traspasase los montes, y no tengo caridad, nada soy. Y si repartiese toda mi hacienda para dar de comer á pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo caridad, de nada me sirve” (1 Corintios 13.1 al 3 – RVR1909). Ahora realicemos una dinámica de parafrasear el pasaje anterior y cambiar la palabra amor o caridad por el nombre de Jesucristo:

1) Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo A JESUCRISTO, vengo á ser como metal que resuena, ó címbalo que retiñe.


2) Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia; y si tuviese toda la fe, de tal manera que traspasase los montes, y no tengo A JESUCRISTO, nada soy.


3) Y si repartiese toda mi hacienda para dar de comer á pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo A JESUCRISTO, de nada me sirve.


La dinámica anterior es muy interesante para comprender y entender, la explicación de por qué a pesar de repartir todas las posesiones para dar de comer a los empobrecidos, si se hace sin el amor y la caridad, de nada nos sirve. En realidad el amor y la caridad es lo mismo que dar todo lo que tienes para alimentar al más desposeído y necesitado:


“Entonces Jesús mirándole, amóle, y díjole: Una cosa te falta: ve, vende todo lo que tienes, y da á los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz. Mas él, entristecido por esta palabra, se fué triste, porque tenía muchas posesiones. Entonces Jesús, mirando alrededor, dice á sus discípulos: ¡Cuán


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dificilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! Y los discípulos se espantaron de sus palabras; mas Jesús respondiendo, les volvió á decir: ¡Hijos, cuán dificil es entrar en el reino de Dios, los que confían en las riquezas! Más fácil es pasar un camello por el ojo de una aguja, que el rico entrar en el reino de Dios. Y ellos se espantaban más, diciendo dentro de sí: ¿Y quién podrá salvarse? Entonces Jesús mirándolos, dice: Para los hombres es imposible; mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios. Entonces Pedro comenzó á decirle: He aquí, nosotros hemos dejado todas las cosas, y te hemos seguido” (Marcos 10.21 al 28 – RVR1909).

¿Cómo comprender y entender toda esta dinámica? Jesús fue notable por su actividad y energía a favor de los más necesitados, entre los empobrecidos, enfermos y los sufridores por la falta del alimento, tanto espiritual como material, sin embargo, habla en contra de quienes no toman en cuenta a Dios en la vida cotidiana, de quienes se afanan y llenan de ansiedad y preocupación, debido a la desconfianza a Dios Padre. Lo mismo de quienes en el otro extremo se aferran al enriquecimiento, ya sea por acumulamiento, ambición, avaricia, codicia, envidia, lucro, opulencia, ostentación y vanidad. Lo que pasa es que según parafraseamos, en este caso el pasaje menciona el amor y caridad en referencia a Jesucristo: “Y si repartiese toda mi hacienda para dar de comer á pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo caridad, de nada me sirve” (1 Corintios 13.3 – RVR1909). El sentido de este mensaje es el siguiente: Y si repartiese toda mi hacienda para dar de comer á pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo A JESUCRISTO, de nada me sirve. Esto es semejante a la sociedad que se avergüenza, descarta y desecha a Jesucristo en sus vidas. Aquella sociedad que discrimina y excluye a Jesucristo en su cotidianidad. Uno de nuestros lemas es el siguiente: Mejorar la actitud y la personalidad



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según el ejemplo y modelo de Jesucristo, nos hace sus discípulos. ¡Enamórate de Jesucristo con toda la pasión! ¡Sin ánimo de lucro ni proselitismo! El cambio de mentalidad y sensibilidad espiritual, es tener a Jesucristo presente en toda circunstancia, lugar y momento, esto implica en todo el espacio y tiempo que abarca nuestras vidas. Significa esto que el propósito y sentido de la vida es vivir en, para y por Jesucristo. Así es, por esto hay que leer en profundidad la palabra de Dios: “Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis ignorando las Escrituras, y el poder de Dios” (Mateo 22.29 – RVR1909).

El ejemplo y modelo de Jesucristo en la sensibilidad espiritual, incluye la amabilidad, apacibilidad, bondad, compasión, dadivosidad, fraternidad, generosidad, misericordia, solidaridad, ternura, entre otros, además del amor y caridad. Hay un pasaje que describe a Jesucristo en todos estos principios, valores y virtudes: “La caridad es sufrida, es benigna; la caridad no tiene envidia, la caridad no hace sinrazón, no se ensancha; No es injuriosa, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa el mal; No se huelga de la injusticia, mas se huelga de la verdad; Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (1 Corintios 13.4 al 7 – RVR1909). Se insiste que el ejemplo y modelo rechazado por el mundo y la sociedad en general, es el de Jesucristo. En la historia de la humanidad han surgido decenas o cientos de filosofías y teorías, muchas de ellas o sus fundadores, gestores o promotores han prevalecido, especialmente se han vuelto famosas y reconocidas a nivel histórico y mundial. Pero al final se discrimina y excluye a Jesucristo, a quien el mundo no le da el debido reconocimiento, ni por respeto a la voluntad de Dios Padre.


¿Hasta qué grado, nivel o punto la humanidad está preparada para la segunda venida de Jesucristo? El distanciamiento por salud social a nivel mundial podría ser la antesala, de adquirir consciencia del respeto y temor a Dios en sociedad, además del reconocimiento del acercamiento al



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tiempo del fin y la pronta y más evidente e inminente segunda venida de Jesucristo. También reconocer la magnitud social de la discriminación y exclusión que se hace a Jesucristo y a la voluntad de Dios Padre. Esto inevitablemente requiere un cambio de mentalidad y sensibilidad espiritual, volvernos a Dios por la posibilidad de futuras pandemias aún más contagiosas y graves, que atentan un desastre mundial, reforzado por la evolución y mutación de enfermedades afectadas por el calentamiento global. Este volverse a Dios por parte de la sociedad, sería muestra de mansedumbre y humildad para pedir auxilio, ayuda y clemencia en tiempos de crisis mundial. Jesucristo dijo:

“En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, que hayas escondido estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las hayas revelado á los niños. Así, Padre, pues que así agradó en tus ojos. Todas las cosas me son entregadas de mi Padre: y nadie conoció al Hijo, sino el Padre; ni al Padre conoció alguno, sino el Hijo, y aquel á quien el Hijo lo quisiere revelar. Venid á mí todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga” (Mateo 11.25 al 30 – RVR1909).


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La gracia y paz de nuestro Señor Jesucristo, el amor en Cristo Jesús, el amor de Dios Padre y su fuerza y poder del Espíritu Santo sea con vuestra intención de espíritu. Amén. Saludos y bendiciones a todas las Iglesias de Dios de la Dilatría. Escrito y recopilación con amor por un servidor, Frederick Alberto Mora Quesada en https://www.neobiblismo.org/