Los pastores en el área espiritual, tienen una función de administración especial y específica de la mayordomía, a cargo del cuidado y dirección de las personas. Apacientan la iglesia del Señor
Cuando se menciona en el versículo 1 de 1 Pedro 5: “... A los ancianos que están entre vosotros”, se refiere a ancianos en plural, porque en el pastoreo de cada iglesia local se recomienda, de acuerdo con la palabra de Dios, la dirección en manos de un equipo pastoral
Un pasaje de las Escrituras menciona tener por dignos de doble honor, a los ancianos con un buen gobierno, mayormente a los docentes y predicadores
Entre las funciones de pastoreo en el campo están la ayuda a los enfermos y visitación
Al dirigir actividades de alabanza y oración por las casas. Acompañar en el dolor a los sufrientes, porque padecen o tienen familiares con enfermedad terminal y crónica (SIDA, cáncer y leucemia), depresión, otras enfermedades y problemas de salud. Orientar a jóvenes pandilleros o a quienes están en prostitución. Socorrer a los indigentes, deambulantes y niños de la calle. Dar servicio social, material y espiritual, donde haya pobreza y necesidad, con énfasis en los lugares y barrios marginados. Ayudar a quienes se encuentran en codependencia o en situación de agresión o violencia intrafamiliar. Trabajar en equipo y cooperación, para una recuperación, restauración e integración a la sociedad, sin ningún tipo de discriminación, marginación o proselitismo.
En Ezequiel 34.1 al 22, Dios habla en contra de los pastores negligentes, porque descuidan el trabajo de campo:
“... Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores a los rebaños? Coméis la grosura, y os vestís de la lana; la engordada degolláis, mas no apacentáis a las ovejas. No fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis la perniquebrada, ni volvisteis al redil la descarriada, ni buscasteis la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia...”
Tal como se describe en este pasaje se presentan las siguientes similitudes:
1) Cuando los pastores sirven únicamente por el interés de recibir un salario o por recibir exaltación y reconocimiento, no se ubican en el nivel de la vida de Cristo; al contrario viven en lucro, opulencia y vanidad, sin prestar un servicio de corazón, amor de Dios, con el cuidado de responsabilidad social, práctica de los valores comunitarios, vocación y voluntad.
2) Cuando actúan con indiferencia a las necesidades del campo o con negligencia, porque se conforman con fungir dentro del local desde un altar o púlpito.
El obrero es digno de su salario y la iglesia tiene la responsabilidad de proveer para su mantenimiento, pero Jesús advierte de quienes sirven solo por un salario, sin dar la importancia al bienestar de las ovejas, buscan un cargo para lucrar, de manera que desempeñan una labor sin consentimiento del Señor (la puerta de las ovejas y el buen pastor)
La arrogancia, engreimiento, enriquecimiento acumulativo, extremismo, fanatismo, radicalismo, rivalidad, odio, onerosidad, opulencia, orgullo, soberbia, vanagloria, vanidad, son contrarios al amor, ejemplo, fe y vida de Jesús. Las buenas relaciones entre seres humanos, en armonía, bien común y comunión los unos con los otros, requieren una equidad, equilibrio y justicia, en la distribución de bienes y servicios, caridad y solidaridad al compartir con los demás.