PREFACIO


Primeramente la gratitud a Dios por la elaboración de este manual del neobiblismo. El interés del autor es documentar un manual de consulta bíblica, dogmática, eclesiástica, litúrgica, ministerial, social, teológica, valores administrativos y comunitarios, relacionados con la cristología y Jesucristo como el centro de la ley y la profecía bíblica.


Este libro se espera sea útil al público en general y a los biblistas apasionados en profundizar la trascendencia del evangelio y los valores del reino de Dios. El fin de mejorar la convivencia y personalidad, tiene el propósito de glorificar y honrar a Dios Padre y al Señor Jesucristo con estos objetivos:


a) Adquirir un criterio en el estudio de Dios, con la capacidad de respetar otros análisis y criterios generales.


b) Analizar el sentido bíblico, propósito de la iglesia y trabajo eclesial, sin perder el contexto de convivencia social.


c) Compartir, pensar, reflexionar la palabra de Dios y del Señor Jesucristo.


d) Comprender la simbología bíblica.


e) Considerar y promover los valores de desarrollo espiritual, personal y social.


f) Definir y detallar la enseñanza bíblica, el evangelio y los valores del reino.


g) Enseñar la unidad, respeto a la diversidad, inclusividad e integración congruente a la palabra y voluntad de Dios.


INTRODUCCIÓN


El siguiente libro analiza un enfoque especial de la realidad bíblico - social, en relación con los valores comunitarios: amor de Dios, compasión, fe, justicia, misericordia, paz, santidad, virtud y los elementos necesarios para la convivencia y la búsqueda de una mejor calidad de vida personal y social.


Las comunidades de fe del primer siglo, manifiestan creyentes aferrados a preservar lo ritual, la circuncisión y el apedrear a los transgresores de la ley de los diez mandamientos (Decálogo). Otros modifican su forma de creencia, según las transformaciones del mensaje. En Hechos de los apóstoles, el capítulo 16, versículos 4 y 5, se toman acuerdos acerca de la enseñanza. En este pasaje encontramos la solución a los diferentes pensamientos reflexivos, en quienes integraron las diversas comunidades de fe y según la intención de los seguidores posteriores, de las escuelas de fe del primer siglo: Apolos, Bernabé, Jacobo, Juan, Marcos, Pablo, Pedro, Silas, entre otros. El precedente del pasaje citado se encuentra en el Nuevo Testamento, en Hechos de los Apóstoles, capítulo 15, con una desavenencia en el criterio de los versículos 1 al 6, un consenso en los versículos 22 y 28, y acuerdos por escrito en los versículos 23 al 27 y 30 al 31.


Se presentan los primeros indicios de la necesidad de los concilios y el origen de la confesión de fe o profesión de fe: (1 Corintios 15.3 al 5).


La resolución del conflicto y consenso fue determinar los acuerdos de fe, para ser llevados a todas las localidades, entonces las comunidades son confirmadas en la fe, donde se destacan los contenidos esenciales para construir los valores del reino de Dios en el diario vivir, mediante una misma regla, basada en el amor, la esperanza y la fe, especialmente en el amor, manifestado por la unidad del Espíritu. La Santa Biblia es inspirada y escrita en el pasado; pero hay un enlace con su interpretación en el presente, porque en cada época se agregan nuevos elementos de juicio para mejorar la comprensión de las Sagradas Escrituras.


Se requiere tomar en cuenta el lugar y el tiempo específico, tanto del lector como del pasaje, esto contribuye a un buen entendimiento de lo escrito. Por ejemplo, la diversidad y evolución de los idiomas a través del tiempo y su relación con las traducciones de la Biblia. Es vital analizar el contexto cultural, geográfico e histórico de cada pasaje, el motivo por el que se dirige el mensaje a determinada comunidad o persona y las necesidades que resuelve. También identificar la influencia de la idiosincrasia (carácter y temperamento), tanto colectivo e individual. Las situaciones descritas en el primer pacto, pero cesadas o transformadas en el nuevo pacto, la tradición conservada, las alegorías, figuras literarias, géneros literarios, interpretaciones literales, parábolas y simbólicas.


El trabajo en general consiste en unos comentarios y compilación de citas bíblicas, en el contenido del libro y al pie de página, ordenado y seleccionado según el tema. Los razonamientos analizados se hacen a través de demostraciones textuales apoyadas en la Biblia, sin perder el sentido original, para sustentar el testimonio acreditado en la palabra de Dios. La traducción utilizada es la Santa Biblia versión Reina-Valera (Antigua versión de Casiodoro De Reina, en 1569, revisada por Cipriano de Valera, 1602, con otras revisiones en 1862, 1909 y 1960), editada por las Sociedades Bíblicas en América Latina y por las Sociedades Bíblicas Unidas.


Existen cuatro áreas de acción fundamentales, para mejorar la cultura de la vida, la calidad de vida y la personalidad: una vida plena como ser integral. Los aspectos espirituales y su relación con Dios. Los aspectos de la inteligencia social y la sana convivencia y armonía con el hábitat. Todos estos factores requieren una cristología práctica, útil en la vida diaria, especialmente con la puesta en práctica del bien común y la participación activa en la solidaridad y subsidiaridad, donde prevalece la dignidad y el respeto.


Jesús promueve la armonía con Dios el Padre, al amar a Dios con el alma, corazón, fuerzas y mente, la paz consigo mismo y con los demás. Mr. 12.30 al 31. Se abarcan temas de la existencia de una ley moral, vida y virtud comunitaria, los valores del reino, el evangelio, la ley de Cristo, el gozo perpetuo, el poder de la oración cotidiana, el hambre, sed y comprensión de la palabra de Dios, el trabajo ministerial y el testimonio de Pablo, el proceso de bautismos, la profundidad de la conversión, el compromiso y vida eclesiástica, la predicación y práctica del ejemplo o cena del Señor: (2 Pedro 1.5 al 7).


NOTA: La traducción al idioma español por parte de Casiodoro de Reina en 1569, es la primera traducción castellana completa del Antiguo y Nuevo Testamento directa del arameo, griego y hebreo, revisada por Cipriano de Valera en 1602.