En relación con el mensaje de llamamiento, arrepentimiento, conversión y santificación, en cierta ocasión el apóstol Pablo expresa lo siguiente: “... ¡Ay de mí si no anunciare el evangelio!” (1 Corintios 9.16). En esta exclamación se manifiesta gravedad, cuando no se cumple a cabalidad con esta misión. Jesucristo comisiona el hacer discípulos: enseñar y bautizar
Una iglesia sin evangelización organizada, no logra el propósito de vitalizar, mostrar actividad y movimiento, consecuente al crecimiento de la comunidad de fe. Las llaves del reino fueron entregadas al apóstol Pedro, él fue el primero en predicar y acercar a Dios a los de la circuncisión y a los de la incircuncisión
Es indispensable la existencia, función y operatividad del grupo ministerial de evangelistas, constituido en la estructura ministerial de la iglesia
Por razones obvias solamente se permite el evangelismo puro, sin favorecer, fomentar y practicar el proselitismo, sino las buenas nuevas de salvación, amor de Dios, fe, justicia y misericordia. Es fundamental en los evangelistas, tener en claro los límites de enseñanza, entre el evangelista, el maestro y viceversa. También en relación con los cargos de pastor y de diácono, es importante para cada grupo ministerial, conocer sus fronteras de enseñanza en la especialización de cada área de desempeño y trabajo ministerial, para una mejora continua en la labor.