PSICOTEOLOGÍA: LA NEUROCIENCIA DE LA FE
(TOMO 1)



[328]

5.1) SER VIVIENTE


La Escritura cuando habla de santificarse por completo, se refiere en forma integral a todo el ser, mencionando alma, cuerpo y espíritu (1 Tesalonicenses 5.23). La diferencia entre el ser humano y el ser animal, es que los animales no buscan santificarse por sí mismos como lo hace el ser humano. No obstante, el animal al igual que el ser humano tiene cuerpo, aunque haya diferencia entre terrestres, marinos y aves (1 Corintios 15.39), también tienen espíritu de vida (Génesis 7.13 al 15, Eclesiastés 3.19), por lo tanto, son seres vivientes o almas (Génesis 7.21 al 23), así como el ser humano fue un alma viviente (1 Corintios 15.45), hasta que fue formado su cuerpo del polvo de la tierra y recibió el aliento de espíritu de vida en su nariz, constituyéndose en un ser viviente (Génesis 2.7), con el soplo de vida dado por el Creador. Dios perdonó la vida del ser humano en la ciudad de Nínive y valoró la vida del animal, seres animados de alma que es vida (Jonás 4.11).