PSICOTEOLOGÍA: LA NEUROCIENCIA DE LA FE
(TOMO 1)



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7.2.1) PREEXISTENCIA Y DEIDAD DEL HIJO DE DIOS


Hay preexistencia en el Hijo de Dios (Juan 8.58). Fue creado por Dios el Padre (Salmos 2.7; Hechos 13.33; Hebreos 1.5, 5.5). El Hijo también es un ser con esencia Divina en forma de Dios (Filipenses 2.5 al 6). El Padre constituyó al Hijo como heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo (Hebreos 1.1 al 2). Es el principio de la creación (Apocalipsis 3.14). Se hace alusión a él cuando Dios en el primer día hizo la luz (Génesis 1.3; 2 Corintios 4.6), ya que Juan lo relaciona con la luz (Juan 1.4 al 9, 3.19 al 21), y Jesús mismo se hace llamar la luz (Juan 8.12, 9.5, 12.35, 46). Nótese en el primer capítulo de Génesis que la luz del sol, la luna y las estrellas fueron creadas hasta el día cuarto y no el primer día (Génesis 1.14 al 19). La preexistencia significa una existencia anterior.


El Hijo Creador estaba con el Padre cuando se afirmó todos los términos de la tierra (Proverbios 30.4), veía cada día que era bueno el avance y como iba quedando el resultado de cada elemento creado (Génesis 1.4, 10, 12, 18, 21, 25, 31).


Dios Hijo, era la Palabra o el Verbo que acompañaba al Padre ordenándolo todo, el libro de Proverbios lo personifica en la sabiduría (Proverbios 8.22 al 30). El Hijo en el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho (Juan 1.10). Todas las cosas por él fueron hechas y sin él nada se hubiera hecho (Juan 1.3), en él fueron creados todos los componentes de la existencia, todo fue creado por medio de y para él, es antes de todas las cosas de la creación, todas las cosas en él subsisten (Colosenses 1.16 al 17), porque el Padre amó al Hijo desde antes de la fundación del mundo (Juan 17.24). Bien dicho, que la memoria histórica de la presencia del Hijo de Dios, nos refuerza la esperanza para la paciencia de recibir la promesa, de nuestro Salvador para vida eterna en la resurrección.