SEGUNDA EDICIÓN LA COMUNIDAD DE FE: ACUERDOS DE FE



Basado en la Biblia Versión Reina - Valera Revisión de 1960 (RVR60)

2.2.1 EL ORIGEN DE LA RELIGIÓN


El origen de la religión data desde Abel cuando muere por causa de la justicia, pero antes de morir ofrece a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanza testimonio de ser justo (Hebreos 11.4). Los hombres comienzan a invocar el nombre de Jehová desde un principio (Génesis 4.26). Enoc se conduce en el camino de justicia (Génesis 5.22), a riesgo de amenaza de muerte y Dios lo lleva a otro lugar, es traspuesto para salvar su vida de la persecución (Hebreos 11.5). Surgen creencias y prácticas, porque quienes hacían la voluntad de Dios, como hijos de Dios, en relación con la obediencia, se mezclan con las hijas de los hombres paganos (Génesis 6.1 al 7), sin embargo, Noé se preserva recto y justo ante Dios (Génesis 6.8 al 9), y halla gracia ante los ojos de Dios.


La religión trae consigo el surgimiento de los mitos, arquetipos y la aventura de un viaje al encuentro con la deidad. Por consiguiente, la energía, fuerza, y valentía hacia el conocimiento verdadero, con la superación de adversidades y obstáculos. Distorsionado en luchas de poder del gobierno humano, en lugar del dominio del temperamento, la modificación de la personalidad y la consolidación del carácter, para acercarnos al Dios verdadero y a una mejor convivencia entre seres humanos. Surgen los héroes y villanos, las vidas ejemplares y subordinadas a la confianza en Dios, frente a los rebeldes por desobediencia, obstinados al seguir su propio camino o destino. Toda una conspiración y complot, con los miedos y temores que esto implica. Los héroes y villanos a su vez son figuras y representaciones entre el bien y el mal, porque son consejeros y guías hacia lo bueno o lo malo. La religión influye en el conflicto espiritual determinante del destino de cada persona y su temor a la muerte. El contraste entre la luz y las tinieblas, entre el conocimiento y la ignorancia.


La religión se vuelve una práctica o medio cultural determinante de intercesión, interpretación y tradición. El cielo se convierte en un elemento con una connotación del lugar considerado como la morada de Dios, de manera que muchas veces la mirada hacia lo alto, es la meta propuesta para la iluminación y salvación de los humanos. El cielo como gobierno de Dios y la tierra como los gobernados. La idea de ir al cielo es muy antigua, desde la torre de Babel se pretende una cúspide de esa torre para llegar hasta el cielo (Génesis 11.4). Algunos tratan de justificar esto con las afirmaciones del caso de Enoc llevado por Dios (Génesis 5.24), quien vivió 365 años cuando fue llevado a otra parte (traspuesto), para que no lo mataran por causa de que él caminaba haciendo la voluntad de Dios, dando testimonio de haber agradado a Dios (Génesis 5.22 al 23).


La trasposición del caso de Enoc es semejante a la del profeta Elías (2 Reyes 2.16), donde se alega su estancia en el cielo (2 Reyes 2.11). Pero subió al primer cielo, las Escrituras mencionan el término cielos en plural (Nehemías 9.6; Salmos 148.4), por ejemplo, el apóstol Pablo menciona acerca del tercer cielo (2 Corintios 12.2). Elías no fue llevado en visión, sino en un torbellino, él simplemente fue trasladado de Samaria a Judá, porque tiempo después le llegó una carta a Joram rey de Judá, enviada por el profeta Elías (2 Crónicas 21.12), cronológicamente esto sucede posteriormente después de ser alzado en el torbellino, ya Jehová había intentado alzarlo en un torbellino antes (2 Reyes 2.1), el Espíritu de Jehová le llevaba en esa forma a cualquier parte (1 Reyes 18.12; 2 Reyes 2.16). También es traspuesto Felipe el evangelista y diácono, para ser llevado a Azoto (Hechos 8.39 al 40).