PSICOTEOLOGÍA: LA NEUROCIENCIA DE LA FE
(TOMO 1)



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6.1) EL SÉQUITO CELESTIAL


Se olvidaron de la Roca que los creó, del Hijo de Dios o Dios Hijo que participó en la creación, porque molestaron con esto a Jehová Hijo, debido al menosprecio que le realizaron, porque esta Roca es Cristo mismo. En la carta a los Corintios encontramos la siguiente afirmación en 1 Corintios 10.2 al 5 “y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar, y todos comieron el mismo alimento espiritual, y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo. Pero de los más de ellos no se agradó Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto” (RVR60). Ante los dioses falsos e ídolos solamente hay un Dios, el Padre y su Hijo es nuestro Señor en 1 Corintios 8.4 al 6, no hay más que un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él. Dios Padre es Eterno, sin principio ni fin y por siempre.


Porque del Padre procede todo, inclusive el Hijo, pero del Padre junto con su Hijo proceden el séquito celestial y toda la creación. 1 Corintios 15.27 al 28 “Porque todas las cosas sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice: Todas las cosas son sujetadas á él, claro está exceptuado aquel que sujetó á él todas las cosas. Mas luego que todas las cosas le fueren sujetas, entonces también el mismo Hijo se sujetará al que le sujetó á él todas las cosas, para que Dios sea todas las cosas en todos” (RVR1909). El séquito celestial es para obsequio al Hijo, el fin de este séquito es acompañar y seguir al Hijo, rendir respeto y reverencia en forma unánime y aplaudible a su Autoridad como Hijo de Dios. Pero el ser celestial conocido posteriormente como el ángel caído, decide no aprobar con entusiasmo el reconocimiento del lugar o posición del Hijo de Dios. Al contrario, con orgullo y soberbia aspira reemplazar al



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Hijo y tomar el derecho de autoridad superior. ¿Qué es lo que establece Dios Padre en el protocolo de jerarquía con su Hijo? Según Efesios 1.3 al 5 dice: “Bendito el Dios y Padre del Señor nuestro Jesucristo, el cual nos bendijo con toda bendición espiritual en lugares celestiales en Cristo: Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él en amor; Habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos por Jesucristo á sí mismo, según el puro afecto de su voluntad” (RVR1909).


Para un ángel indeciso los lugares celestiales son como volver a casa en el tercer cielo de Dios, pero se logra solo con el conocimiento celestial de Jesucristo. En la dimensión de Dios tuvimos la condición de seres celestiales santos como séquito o seguidores del Hijo, antes de la fundación del primero y segundo cielos, predestinados a ser como el Hijo. Precisamente en esto consiste la predestinación, en el poder de decisión de ser semejantes al Hijo, en consagración, santidad y sin mancha, lo que se llama seres irreprensibles, que no requieren ser amonestados o corregidos por lo que se dice o se hace. Lo que pasa es que la decisión por sí misma no es buena ni mala, sino las consecuencias o resultado. El ángel caído como todo ser celestial creado tiene la capacidad de decisión. Surge una rivalidad entre ángeles provocada por el posible indicio y emergente anti-valor de la envidia. Hay un pesar y tristeza por el bien concesionado u otorgado al Hijo de Dios. ¿Cuál fue la decisión desacertada del ángel caído? El Hijo es merecedor por la estimación y gracia de su Padre. Sin embargo, se establece una rivalidad que luego es constante y profundizada entre los ángeles indecisos, mediante las guerras como seres humanos. Este es el motivo y origen de la rivalidad preexistente manifestada en las guerras humanas.


Es clave comprender y entender con claridad y en profundidad de la introspección, a través de una visualización interior direccionada a los propios actos y estados de ánimo. En 2 Corintios 10.3 al 6 se pronuncia acerca de nuestra militancia, porque las armas que son de nuestra milicia no



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son carnales, sino poderosas en Dios, derribando argumentos de la altivez que es contraria al conocimiento de Dios, para cautivar y llevar todo pensamiento a la obediencia a Cristo. La decisión del ángel caído fue enaltecer su corazón contra el reconocimiento de la alabanza, gloria y honra del Hijo de Dios. Esta acción genera la duda, donde había solamente la inocencia, tampoco hay bien ni mal, la duda por consiguiente trae consigo el desconocimiento desacertado de conveniencia o inconveniencia acerca de la consecuencia o resultado al enaltecer el corazón a la autoridad del Hijo. Isaías 14.13 al 15 “Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo” (RVR60).

Solamente el Hijo es semejante al Altísimo, en eminencia y potestad, preeminencia y primacía, superior jerárquico y supremacía, especialmente por ser el unigénito Hijo de Dios. Apocalipsis 5.11 al 13, manifiesta de forma contundente, la presencia de muchos ángeles alrededor del trono, en número de millones de millones, que declaran al Cordero como digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. Toda la creación reconoce al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos. A ningún otro ser, Dios Padre ha reconocido como el Hijo de Dios que es un Dios Hijo. Según Hebreos 1.5 al 8 dice:


“Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Mi Hijo eres tú, Yo te he engendrado hoy, y otra vez: Yo seré a él Padre, Y él me será a mí hijo? Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice: Adórenle todos los ángeles de Dios. Ciertamente de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles espíritus, Y a sus ministros llama de fuego. Mas del Hijo dice: Tu trono,


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oh Dios, por el siglo del siglo; Cetro de equidad es el cetro de tu reino” (RVR60).

Y otra vez, Dios ordena a todos los ángeles que adoren a su Hijo, la primera vez fue cuando el séquito celestial fue creado, esta vez fue cuando el Primogénito Hijo de Dios preexistente, encarna en su venida a la Tierra como un ser humano. Una vez que el ángel caído enaltece su corazón contra la acción de honrar y reconocer al Hijo de Dios, se acompaña de la duda de la conveniencia o inconveniencia de alabarse y elogiarse así mismo, de engrandecerse y exaltarse, hasta que surge la envidia y rivalidad, luego el orgullo y la soberbia. Según el libro de Ezequiel 28.15 al 17 menciona la perfección en sus caminos desde que fue creado, pero que debido a sus contrataciones de incitación a la rebeldía, da cabida a la iniquidad. Esto, por consiguiente, al pecado, como consecuencia es echado del monte que es de Dios. ¿Cuál es el momento del ángel caído donde se halló maldad y comete pecado? Hay dos etapas, primeramente la de rebeldía, se resiste a la adoración al Hijo de Dios, se alza y rebela contra su autoridad, arrastra la tercera parte de ángeles en su rebeldía. Esta etapa le permite darse cuenta y conocer con certeza las consecuencias y resultado del proceso de rebeldía.


Hasta aquí todavía no ha sido juzgado y sentenciado, sino que recibe una segunda oportunidad para rectificar y resarcir el daño, con plena conciencia de sus acciones y actos. Esta nueva etapa se presenta en el jardín del Edén. De acuerdo con el libro de Ezequiel 28.13 al 14 es en Edén, en el huerto de Dios, en la misma creación de Dios y en el santo monte de Dios, allí estuvo y se paseaba. En Edén se presenta su oportunidad de guiar y orientar al género humano de Adán y Eva, específicamente por el Camino de la fidelidad y lealtad al Hijo de Dios. Eran los primeros ángeles indecisos que venían a este mundo, en la forma de seres humanos a tomar una decisión definitiva. En esta etapa el ángel caído muestra toda su maldad y pecado, da cabida al orgullo y la



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soberbia, ya no es solamente la envidia y rivalidad, sino que confirma y reincide; vuelve a incurrir en el error y la falta, pero con la alevosía de un delito consciente y consistente en maldad y pecado, sin ningún tipo de pesar ni remordimiento. El Hijo observa la caída del ángel. Lucas 10.18 dice: “Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo” (RVR60).

El ángel caído era un portador de la luz del Hijo de Dios, porque el Hijo es la Luz. Isaías 14.11 al 12 “Descendió al Seol tu soberbia, y el sonido de tus arpas; gusanos serán tu cama, y gusanos te cubrirán. ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones” (RVR60). Entonces el ángel caído utiliza todo su ardid, astucia y engaño, su disimulo y habilidad, con un mensaje subliminal e intención perversa, prevalece la maldad y el pecado, manifestado en traición. Génesis 3.1 al 5 dice:


“Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal” (RVR60).

El ángel caído tergiversa el mensaje, de forma camuflada y oculta para provocar una interpretación errónea, por debajo del umbral de la conciencia, que Adán y Eva no perciben con la concienciación, pero los influye en la acción y conducta contraria a la voluntad de Dios. A manera de lo que hoy llamamos “mensaje subliminal”. Nuevamente se confirma su intención de ser como Dios al decir “seréis como Dios”. No



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solamente arrastra a los ángeles caídos, ahora pretende arrastrar también a los ángeles indecisos. En lugar de hacer que Adán y Eva sean conscientes, los confunde y pervierte. Esta misma estratagema de astucia, engaño y fingimiento, fue germinada e injertada como confusión mental en el ser humano, a través de la simiente de maldad y del pecado, contraria a la moral establecida como norma de Dios y transmitida mediante el sistema de ejemplo y modelo de aprendizaje. Esto es lo que se conoce como las conductas aprendidas e imitadas. En Judas 1.4 se trata el caso de la práctica de la impiedad convertida en libertinaje, donde se niega la soberanía de Dios. Hay una diferencia entre ser santo como Dios es Santo y otra es pretender ser como Dios, en la autoridad y potestad de hacer uno lo que quiera, con la negación de la obediencia y sujeción a Dios. Según 1 Pedro 1.14 al 17 hay que ser santo en toda la manera de vivir, especialmente con una conducta en temor todo el tiempo. La vida como una peregrinación de consagración y santidad.

Los ángeles que son fieles y leales se mantienen sujetos a Jesucristo hasta el día de hoy, en 1 Pedro 3.21 al 22 se dice que por la resurrección de Jesucristo, quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; y a él están sujetos ángeles, autoridades y potestades. Los ángeles caídos tuvieron su oportunidad de rescate y restauración en el huerto del Edén, que no aprovecharon, sino que obstinadamente endurecieron su posición, con el consecuente encierro en prisión de los seres espirituales caídos. Judas 1.6 “Y á los ángeles que no guardaron su dignidad, mas dejaron su habitación, los ha reservado debajo de oscuridad en prisiones eternas hasta el juicio del gran día” (RVR1909). Aquí el llamado príncipe de las tinieblas, junto con sus seguidores, recibe juicio y condena, hasta el día final, cuando sean echados en el castigo del lago de fuego y azufre, para su destrucción total como sentencia eterna, porque los ángeles caídos no fueron socorridos (Hebreos 2.16). La intriga inicial con la astucia de seducción inmoral, con la argucia de la sutileza de engaño y mentira, para persuadir al mal en Adán y Eva, recibe justa retribución.



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¿Cómo se convierte en libertinaje la gracia y se niega a Dios Padre y a su Hijo Jesucristo? Seis mil años después de Adán y Eva, la situación es la misma en la sociedad actual. Los distractores del mundo generan una ocupación que no toma en cuenta y reta a Dios. El Padre quiere una adoración exclusiva por medio de la adoración a su Hijo. En Romanos 12.1 al 2 se insta a presentar nuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios como culto racional. Pero se insiste en renovar el entendimiento, para comprobar cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Porque se trata de un culto racional, dotado de razón. Salmos 139.17 al 18 “¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos! Si los enumero, se multiplican más que la arena; Despierto, y aún estoy contigo” (RVR60). Esta racionalidad es como vivir corporalmente y fisiológicamente en el primer cielo, pero con los pensamientos puestos en la Dimensión de Dios del tercer cielo. Es como vivir en una realidad virtual del primero y segundo cielo, pero despertar en la verdadera realidad del tercer cielo, para salvación y vida eterna, como respuesta del comportamiento y conducta.


¿Qué significa este dilema a la vez enigma? La convicción es la certeza o seguridad, es un convencimiento y persuasión con razones. Así es la fe en Hebreos 11.1 “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (RVR60). La fe no es ciega, así como la ciencia no es ciega, la fe también es comprobable con la razón. La fe, razón y ciencia van de la mano. Por ejemplo, el Calentamiento Global está anunciado en la Biblia, así la ciencia lo confirma. El profeta Daniel nos confirma como de Dios es el poder y la sabiduría, provee tanto la sabiduría a los sabios como la ciencia a los entendidos, su revelación es en profundidad y descubre aun lo que se encuentra escondido o secreto, conoce lo que está en tinieblas, pero con él mora la luz. Daniel 2.20 al 22 “Y Daniel habló, y dijo: Sea bendito el nombre de Dios de siglo hasta siglo: porque suya es la sabiduría y la fortaleza: Y él es el que muda los tiempos y las oportunidades: quita reyes, y pone reyes: da la sabiduría á los sabios, y la ciencia á los



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entendidos: El revela lo profundo y lo escondido: conoce lo que está en tinieblas, y la luz mora con él” (RVR1909).

Aunque los seres espirituales caídos son puestos en las prisiones del castigo eterno, hasta el día establecido del juicio final, surgen entre los seres humanos los hijos del diablo y los hijos de Dios, diferenciados por los que no tienen y los que sí tienen vida espiritual en Cristo. Toda esta Cronología Bíblica son como las piezas del rompecabezas que se van, poco a poco, armando, cada una es necesaria para identificar por completo el hilo conductor de los tiempos, además de la trama del sentido bíblico. La vida espiritual es una vida sin maldad ni pecado. 1 Juan 3.9 al 10 “Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios” (RVR60). Esta diferencia entre hijos de Dios y los hijos del diablo es la siguiente: algunos transmiten con la educación, ejemplo y modelo de vida, la enseñanza de Cristo, que es la simiente de Dios, otros con su forma de ser y vivir, transmiten la desobediencia y rebeldía del ángel caído.


Esta diferencia se anuncia proféticamente desde el inicio en el tiempo de Adán y Eva. De acuerdo con 1 Juan 3.11 al 13, Caín era del maligno porque mató a su hermano, sus acciones eran malas, contrarias a las de Abel que practicaba obras justas. La profecía bíblica al respecto se encuentra en Génesis 3.15, cuando Dios establece una enemistad entre la serpiente; por supuesto, lo que representa la serpiente y la mujer, por causa de sus simientes. Así dice que la simiente de la mujer herirá en la cabeza a la serpiente, aunque esta última le herirá en el calcañar a la simiente de la mujer (RVR60). La simiente que transmiten los hijos de Dios es Cristo. Gálatas 3.16 “A Abraham fueron hechas las promesas, y á su simiente. No dice: Y á las simientes, como de muchos; sino como de uno: Y á tu simiente, la cual es Cristo” (RVR1909). Cristo posibilita la consagración y santidad.



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¿Cómo es que intercede o media la religión durante esta cronología bíblica? Hemos considerado a las ciencias bíblicas en igualdad de condiciones que las ciencias teológicas, pero algunos alegan y defienden, la trascendencia de las ciencias religiosas a un mismo nivel. La ciencia al final del camino sigue siendo ciencia, es decir, la ciencia a pesar del tránsito de su inicio y su fin, de ninguna manera pierde su esencia, lo que constituye su característica e importancia inalterable. Así es, Biblia, religión y teología, tienen validez y vigencia en el sustento del conocimiento exacto y razonado, sobre la base del dominio de los conocimientos que son comprobados y demostrables, con nuestras acciones del comportamiento y conducta. Tiene erudición por ser un estudio e investigación de conocimiento en profundidad, es un saber porque es un estudio profundo de las Sagradas Escrituras de la Palabra de Dios. Las afirmaciones bíblicas tienen su clara explicación, pero hay que analizar, estudiar e investigar en profundidad.


Por ejemplo, en Juan 16.7 al 11, Jesucristo en su época, en su paso por el mundo, dice que enviará al Espíritu Santo para convencer de pecado, de Justicia y de juicio, porque aclara que de pecado, debido a que no creen en él, de justicia, por cuanto va al Padre, y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado. El ángel caído con los suyos de la rebelión se encuentra en prisiones hasta el día del fin. Jesucristo dice la verdad, la misma es congruente con lo que hace. Primeramente la verdad existe y es real, la verdad no se puede negar racionalmente. Faltar a la verdad es sembrar la duda. Jesucristo menciona la unción del Espíritu Santo entre sus seguidores, porque la existencia de la función y operación del Espíritu Santo, es real y verdadera, pero cómo explicamos científicamente el Espíritu Santo. Se demuestra mediante su efectividad de convencimiento, en relación con el descubrir y el visualizar el pecado, la justicia y el juicio. Jesucristo es histórico, sin embargo, hay quienes no creen en él y niegan su historicidad. La resurrección y elevación al tercer cielo fue presenciada por testigos oculares, que con sus declaraciones



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y testimonios hicieron justicia, según derecho y razón. Sus manifestaciones orales y escritas son auténticas y fidedignas.

Por último, dar un lugar que no le corresponde al ángel caído es caer en su simulación de engaño y mentira, es darle una ostentación de poder que no tiene de ninguna manera. Inclusive muchos predican y promueven más al ángel caído, al rendir con disimulo pleitesía. El ángel caído y sus secuaces se encuentran en prisión, condenado con castigo eterno por su maldad y pecado. ¿Cómo se puede explicar científicamente la existencia del mal? El ser humano es el portador y se refleja en sus acciones, actos y hechos. La humanidad tiene que reconocer su maldad y pecado, asumir con compromiso su responsabilidad del mal y dejar de culpar al ángel caído por sus propias actuaciones, su comportamiento y conducta, tanto a nivel individual como una persona y colectivamente en sociedad, corresponde solamente al humano su obligación de rendir cuentas ante el juicio de Dios. Esto es comprobable o demostrable con la evidente ciencia del bien y del mal.


En el conocimiento antiguo se creía la analogía de los seres venidos a la tierra, que regresan posteriormente a Dios, comparados con chispas desprendidas de la luz de Dios que nuevamente se fusionan. Esto ocurre en el fraccionamiento cristiano, donde todos los creyentes y seguidores de Cristo están desunidos, por centros o instituciones educativas y formativas, comunidades de fe, congregaciones, cooperativas caritativas y solidarias, denominaciones, hospitales, iglesias, orfanatos, organizaciones, religiones, sociedades, unidades de educación superior, universidades y las llamadas sectas de forma peyorativa, entre otros. En el “debería” es el amor de y en Jesucristo lo que une este fraccionamiento, pero este tipo de amor es el demostrado por Jesucristo, en la compasión, consagración, fe, fidelidad, justicia, misericordia, obediencia, paz, pureza y santidad. En términos de amor como en otros principios y valores, Jesucristo es el Ejemplo y Modelo, de mayor Excelsitud y Soberano, en la autoridad suprema y el dominio de los principios, valores y virtudes de origen divino.